Con el propósito de proporcionar una medición amplia e integral del tema de la percepción sobre la seguridad pública, el INEGI diseñó la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), la cual cuenta con una periodicidad trimestral e incluye conceptos relevantes en el tema, tales como sensación de inseguridad por temor al delito y expectativa social sobre la tendencia del delito (que son indicadores de percepción) pero también agregan datos sobre la atestiguación de conductas delictivas o antisociales (conocimiento) o cambio de rutinas por temor a ser víctima del delito (experiencias) para finalmente, evaluar, a partir de su propia percepción, cuál ha sido el desempeño de la policía como autoridad de seguridad pública.
La lectura más reciente de la ENSU la tenemos para el mes de diciembre (2014), y deja de manifiesto que un 67.9% de la población de 18 años y más que reside en las capitales de los estados (como Aguascalientes) o ciudades seleccionadas de 100,000 habitantes y más, denominadas ciudades objeto de estudio, consideró que, en términos de delincuencia, vivir en su ciudad es inseguro, manteniéndose el indicador ciudadano en el mismo nivel de percepción si se compara con el de diciembre del año pasado, en el que esta percepción fue de 68.0%.
De acuerdo con este sexto levantamiento de la ENSU y en términos de denuncia, la población objeto de estudio manifestó que en los últimos tres meses ha escuchado o ha visto en los alrededores de su vivienda situaciones como: consumo de alcohol en las calles (68.3%), robos o asaltos (67.9%) y vandalismo (60.0%) pero en general, lo que la población percibe es la violencia estructural de la sociedad, que hace posible junto con la violencia cultural las manifestaciones más visibles de la delincuencia y la desavenencia social.
Percepción de inseguridad en las capitales de los estados y otras ciudades
2013-2014
Fuente: INEGI, Encuestas Nacionales de Seguridad Pública Urbana (ENSU 2013-2014)
Se generan por diversos elementos y circunstancias, tanto la sensación de inseguridad y temor a que se pueda presentar un delito, como las expectativas que tienen los habitantes urbanos de la población respecto a una posible mejora de la seguridad pública. Así, cuando son testigos de conductas delictivas y antisociales ocurridas en el entorno de la población, y ello les produce temor al delito, estas variables pueden afectar las rutinas de las personas y la percepción que tienen sobre el desempeño de la policía. Esas modificaciones son violencia y rompen la segurabilidad humana, necesaria para el buen desempeño social e individual de la población.
Preguntas tales como: si considera que vivir actualmente en Aguascalientes es seguro, o tener expectativas de que en los próximos 12 meses la situación va a cambiar al respecto… obtienen respuestas negativas si el entrevistado sabe de la presencia de inequidades (diferencias injustas y evitables) vandalismo (grafitis, pintas, vidrios quebrados, daños en las viviendas y negocios) o aprecia consumos de alcohol en las calles, robos, asaltos, operación de bandas violentas, pandillerismo, venta y/o consumo de droga. Estas son preguntas propias de la ENSU que abonan a la percepción de un clima de inseguridad si la ciudadanía no tiene confianza en el entorno en que se desenvuelve.
De hecho, la encuesta incluye preguntas sobre si se sabe de disparos frecuentes con armas de fuego, o si la gente evita llevar cosas de valor consigo como joyas, dinero, o tarjetas de crédito, por miedo a que la asalten; también se invita a contestar si se siente inseguro al caminar por los alrededores de su vivienda (a determinadas horas de la noche) o incluso si ha dejado de visitar a parientes y amigos por este tipo de motivos. Se consigna si los padres o tutores han dejado de permitir que salgan de su vivienda sus hijos menores… por temor a que les pase algo. Finalmente, se les pide evaluar qué tan efectivo consideran el desempeño de los policías estatales y municipales para prevenir y combatir la delincuencia.
INEGI dio a conocer que en diciembre de 2014, tres de cada diez entrevistados (28.8%) de entre la población de 18 años y más, residente de las ciudades como Aguascalientes, y que fueron objeto de estudio, manifestó que percibía el desempeño de la policía como “muy o algo efectivo”, mientras que el resto 70.7% consideró el desempeño como “poco o nada efectivo”, dadas sus labores relativas a la prevención y combate a la delincuencia. Se puede observar, que es mayor la proporción de población que considera que el desempeño de las policías estatales y municipales, para prevenir y combatir la delincuencia es “poco o nada efectivo”, así como un incremento de 1.1 puntos porcentuales en comparación con diciembre de 2013. En cambio, hay una disminución en la percepción del desempeño de las policías estatales o municipales como “muy o algo efectivo” de 1.3 puntos porcentuales respecto de diciembre de 2013.
Fuente: INEGI. Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).
En cuanto a la cobertura geográfica de la ENSU, cabe mencionar que tiene representación a nivel nacional y permite generar estimaciones para el agregado de las 32 principales ciudades de la República Mexicana (nacional-urbano), una por cada entidad federativa y el Distrito Federal. La muestra total es de dos mil 336 viviendas en el tercer mes de cada trimestre que se levante.
La seguridad de las personas, en sus vidas cotidianas, no se alcanza mediante un incremento sustantivo de efectivos armados y mayor número de patrullas, sino con la consecución del desarrollo humano, es decir, garantizando la capacidad de cada ciudadano para ganarse la vida, satisfacer sus necesidades básicas, valerse por sí mismo y participar en la comunidad de forma libre y segura. La auténtica inseguridad de las clases desfavorecidas radica en la insatisfacción de sus necesidades básicas (dadas las estructuras económicas y políticas injustas) en suma, de lo que el sociólogo y matemático noruego Johan Galtung (1971) y otros denominaron como la violencia estructural.
