Es utópico y peligrosísimo cambiar a las instituciones - LJA Aguascalientes
21/11/2024

  • No podemos decir como López Obrador: ¡Al diablo las instituciones!: obispo de Aguascalientes
  • Los partidos políticos tienen que ayudar a avanzar en justicia social, elaborando leyes adecuadas y los procesos judiciales necesarios para que se haga justicia social

Luego de reiterar el llamado del Episcopado Mexicano a la justicia social, el obispo de Aguascalientes, José María de la Torre Martín -preguntado sobre si una revolución debe cambiar las cosas- dijo que la solución es la conversión, el cambio de las personas y el fortalecimiento de las instituciones.

Elogió el compromiso social irreprochable de Alberto Sicilia Falcón, pero admitió: “A veces me desconcierta en lo agresivo que es, pero es un hombre honesto, que habla con la verdad. Fácilmente entras en empatía con sus inquietudes…. Pero atinadamente, los poetas no pisan la tierra”.

José María de la Torre respondió así a la pregunta durante su conferencia de prensa de los lunes:

–¿Qué falta en nuestro país? ¿Una revolución para que cambie?

–Una revolución del amor… -respondió el obispo.

“Apostamos a la conversión, ¿verdad? Yo creo que el cambio que tenemos que hacer en México es apoyando las instituciones y saneándolas desde el mismo interior. ¿Cómo se sanean? Pues propiciar la conversión de las personas. Buscar un cambio en el país sin las instituciones que a lo largo de los años nos hemos ido dando los mexicanos, además de ser utópico sería yo creo que peligrosísimo. Mal que bien tenemos muchas instituciones, lo que se necesita es consolidarlas; instituciones muy válidas. No podemos decir como alguien: ‘Al diablo las instituciones’, anarquistas que ya sabemos quiénes son, que apuestan a la desestabilización del país porque están contra todo y contra todos. Es muy bonito decir que se haga un Constituyente, que haya instituciones nuevas si llevamos 200 años dándonoslas”.

Desde la guerra de Independencia y después desde la Revolución, agregó, “estamos tratando de darnos esas instituciones. También, yo creo que hay que purificarlas, fortalecerlas, dignificarlas”.

–Entonces, ¿el llamado a la conversión es a quienes se dedican a la política?

–Bueno, es que las instituciones no cambian si las personas que están al frente no cambian. Estamos aquí apelando que el espíritu de paz, de reconciliación, pueda operar al interno de las personas… Claro que sí, por eso incluso en nuestra paz hay vida digna; claro que sí. Señalamos por dónde, los valores evangélicos, la conversión de los corazones, el fortalecimiento de las instituciones. Yo creo que es por ahí.


Añadió: “Los cambios no son drásticos, son procesos largos, y además, siempre hay la posibilidad como seres humanos, de dar pasos para atrás. Se necesita estar consolidando la justicia, la paz, la fraternidad, la democracia, todos los días, es una lucha continúa”.

–Para esos grupos que están pidiendo que no vayamos a votar en las elecciones, ¿será válido eso?

–Es muy respetable su opinión. Yo ahí sí me quedo perplejo porque hay personas muy admirables, como Sicilia. Tú no puedes dudar que no ama a México, no puedes poner en duda que tiene un compromiso social muy definido; no puedes negarle su liderazgo social…

–El padre Solalinde…

–Yo me refiero a éste, a Solalinde no lo conozco, a Sicilia sí, he sido lector suyo. A veces me desconcierta en lo agresivo que es, pero es un hombre honesto, que habla con la verdad. Fácilmente entras en empatía con sus inquietudes. Pero cuando habla de esto, ah, como que me desubica, ¿verdad? Y él lo ve así como visionario, pero atinadamente los poetas no pisan la tierra.

Relató: “Una persona, ahí en Santa Teresa, le dijo: Oiga, ¿y no será un acto de irresponsabilidad invitar a la gente a…? Y él dijo: Bueno, esa es mi postura, usted asuma la que usted quiera, pero haga algo por México, no podemos quedarnos sin hacer algo”.

Entonces, postuló De la Torre, “sin duda alguna es respetable de aquellos que crean y estén convencidos que lo mejor es no ir a votar, habrá que discutirlo; habrá quienes digan, ‘pues hay que ir a votar y romper las boletas’, o escoger al peor de todos, o al mejor…”

–¿Usted qué les diría, padre, que sí hay que ir a votar?

–Todavía no, tranquilo; pero sí, claro. En eso estamos, al rato habrá de salir una carta. Claro que sí, habrá que asumir esa responsabilidad, que además es un privilegio, colaborar con muchos mexicanos ilusionados, que es una de las maneras, no la única, pero sí privilegiada que hay de consolidar la democracia.

Recordó: “Hay un documento del Episcopado Mexicano que dice: ‘No habrá democracia real sin justicia social y participación ciudadana’. Entonces, el mero voto no cambia las cosas: Justicia social y participación ciudadana. Yo creo que los partidos políticos tienen que ayudarnos a avanzar en justicia social haciendo análisis certeros y elaborando leyes adecuadas, y además los procesos judiciales necesarios para que se haga justicia social”.

Resumió: “Y todos los partidos tienen que, en todo tiempo, ir dando redes sociales de participación y no meramente voluntarios electorales temporales para apoyar a determinado candidato. Las redes sociales ciudadanas tienen que ser permanentes, a eso le deben apostar, es lo que algunos dicen ‘la ciudadanización de la vida política’, que no es solamente mandar un candidato prestigiado de la sociedad, sino establecer redes de colaboración en los barrios, en los distintos ambientes; miles”.

 


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