De la ética a la legalidad / ¿Por qué no? - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Históricamente hemos observado acciones, momentos, situaciones que incluso hay propiciado largas discusiones y debates entre lo legal y lo ético. Ambos conceptos rebasan y debieran estar por encima del interés personal, de individualismos y por supuesto de protagonismos.

Para poder explicarme bien vale referir la definición concreta de ambos conceptos. La ética puede definirse como la rama de la filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Requiere la reflexión y la argumentación. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado.

La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la adopción de un sistema moral u otro.

En tanto, la legalidad es definida como un principio o primacía de la ley que significa que todo ejercicio de un poder público debería realizarse acorde con la ley vigente y su jurisdicción y no a voluntad de las personas. “Si un Estado se atiene dicho principio, entonces las actuaciones de sus poderes estarían sometidas a la constitución o al imperio de la ley.

El punto aquí es si todo lo legal es ético, y si lo ético es legal y sólo por poner un ejemplo referiré algo que ha ocurrido en las últimas semanas en el Poder Legislativo.

La ley en la materia establece para el caso de los diputados y representantes populares en general o bien para los funcionarios públicos, la obligatoriedad de renunciar a sus cargos o presentar las licencias correspondientes 90 días antes del día en que se celebre la elección de que se trate. Esto es 90 días antes del primer domingo de junio, día en que se llevarán las elecciones para decidir por los nuevos 300 diputados federales de mayoría en el país así como los 200 de representación proporcional.

Pero pregunto, ¿es ético?, ¿Es ético que haya diputad@s que a un año dos meses de haber tomado protesta como legisladores por “voluntad” de la gente, decidan dejar su cargo para ir a buscar una diputación federal? El tema claro es, no se trata de legalidad pues es claro que la ley lo permite.

Sin embargo, cabría la oportunidad de que los electores cuestionaran su valor moral y ético al no sólo no haber concluido su encargo, separarse de él sin haber llegado a la mitad de su gestión.

Pero más cabe la reflexión sobre quienes de plano, escudándose en la ley, aseguran que vivirán en el erario su respectivo proceso interno al interior de los distintos partidos políticos.


Vaya pues la oportunidad para demostrar la congruencia entre su decir y hacer, entre su crítica y su propuesta. Han comenzado los procesos internos en todos los partidos políticos y siguen disfrutando de dietas y privilegios de la representación popular, o incluso se mantienen en las nóminas gubernamentales.

Es legal, cierto, pero también ¿mostrará su ética?


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