En la sociedad aguascalentense siempre ha existido un gusto por la cultura, manifestándose ésta en sus diferentes expresiones como la música, el canto, la poesía, escultura, pintura, etc. a través de sus artistas, muchos de ellos natos pero también algunos otros con formación académica, que no cuentan con lugares para mostrar sus cualidades al público sin que les represente erogaciones, las cuales, la mayoría no cuenta con la capacidad para hacerlas.
La democracia debe entenderse como un sistema de vida incluyente, corresponsable y con mayores oportunidades para todos; la cultura como parte de nuestra formación ciudadana es un derecho de todos los mexicanos sin distinción de edades, sexo, origen étnico, condición económica, social o de salud, discapacidades, creencias religiosas o carencia de ellas; así como orientación sexual o estado civil.
La nueva sociedad en Aguascalientes cuenta con una gran diversidad cultural, por lo que bueno sería contar con espacios públicos en los cuales los artistas pudieran mostrar libremente sus cualidades sin que les representara mayores gastos que los estrictamente inherentes a sus actividades. La cultura y el arte son expresiones de los valores que nos ayudan a tener una vida armónica.
En nuestras ciudades, no tiene razón de ser que todos los espacios sociales de alta concurrencia o tránsito se encuentren ocupados por el comercio informal que en la mayoría de los casos representa estorbo, incomodidad y riesgos tanto para la integridad física, por sus improvisadas instalaciones; como para la salud, en el caso de que se preparen alimentos, por la falta equipo y utensilios que garanticen una higiene adecuada a los ciudadanos o, bien ya sea, que se expendan algunos de los conocidos como alimentos chatarra. Aparte de lo anterior cabe hacer notar que ese tipo de comercio compite desleal y ventajosamente con el comercio organizado, que es fuente de ingresos para muchas familias y generador de recursos vía impuestos que se traducen en beneficios para toda la sociedad.
El uso de espacios para actividades que permitan la manifestación y estimulen la creación artística, incluyendo la artesanal de nuestras etnias, resulta ser imperioso con el fin de ampliar las oportunidades de una parte importante de nuestra sociedad.
Los invito a imaginar nuestras calles y plazas públicas limpias, con música compuesta y cantada por nuestra gente (sin los estruendos de amplificadores electrónicos para permitir la expresión en igualdad de circunstancias), con pinturas, esculturas, artesanías, ropa y otros productos hechos en nuestra tierra, exhibidos limpia y atractivamente, respetando las áreas de circulación tanto de vehículos como de personas.
Estoy seguro que con la participación ciudadana y la eficiente y respetuosa actitud de las autoridades esta utopía puede ser posible para el bien de todos.