- Casa del Migrante recibe a 9 personas por semana de las cuales más de la mitad mostraron sus intenciones de residir en la entidad
- Según la Casa del Migrante la violencia y pobreza de esos países hace que México sea una nación receptora de migrantes
Debido al incremento de la violencia, delincuencia y falta de oportunidades laborales y sociales en países de Sudamérica, México, en especial Aguascalientes, está aumentando la recepción de migrantes que buscan mejorar su calidad de vida, según lo manifestó Xicoténcatl Cardona Campos, coordinador de la Casa del Migrante en Aguascalientes, centro ubicado en la calle Norberto Gómez número 818, en la colonia Gremial.
“Necesitamos estar preparados para legislar en la materia porque la pobreza y la delincuencia está aumentando en países como Honduras y Guatemala, lo que nos deja como una nación más reconfortante para vivir”, aunque México también tiene sus conflictos en materia de seguridad, los migrantes consideran ser fáciles de sobrellevar, contrario a lo que se vive en sus naciones.
La propuesta de legislar en la materia de migración iría en el sentido de dotar mayores facilidades a los migrantes para que puedan radicar en el país, “tenemos que verlos con más humanidad porque así quisiéramos que trataran a los mexicanos migrantes”, aunque el tema es facultad única del Congreso de la Unión, dijo ser probable que los diputados locales puedan emitir un oficio con carácter de recomendación ya que al final todo se engloba en el cuidado de los derechos humanos de toda persona, sea mexicano o extranjero.
En el último año, la Casa del Migrante ha registrado un incremento considerable (no se especificaron cantidades) de migrantes originarios de Honduras, Guatemala y El Salvador, que llegan a Aguascalientes en busca de trabajo y vivienda, “cuando no logran conseguir trabajo se ponen a pedir dinero en las calles”.
Cardona Campos lamentó que esta situación sea utilizada por aguascalentenses o mexicanos en general para no trabajar y vivir de limosnas, “hay algunos mexicanos del norte por ejemplo, que son deportados y como los dejan en la Ciudad de México en lo que llegan a sus ciudades natales aquí se quedan y piden dinero”, desde su perspectiva, esto incrementa la situación de riesgo tanto para el migrante como para las entidades donde pasan, pues en ocasiones por desesperación de no encontrar trabajo llegan a delinquir.
Sin contar con números exactos, el activista social indica que en promedio la Casa del Migrante recibe a nueve personas por semana, de las cuales más de la mitad mostraron sus intenciones de residir en la entidad, mientras que el resto sólo están de paso hacia Estados Unidos.