- Según le heredara Dunia Wasserstrom, secretaria del campo de concentración
- Esos malditos mexicanos necesitan un buen amo: agente del S.S., Voggue
Dice el dramaturgo Martín Rivas, que presenta la obra Auschwitz, nunca más en el Instituto Tecnológico de Aguascalientes, que quien le heredara sus descubrimientos en los campos de concentración nazis, Dunia Wasserstrom, documentó que entre los judíos había 300 mexicanos.
Sobre el Holocausto y los mexicanos en Auschwitz, Martín Rivas indicó: “La señora Dunia Wasserstrom fue obligada a ser secretaria de los nazis. Entre la documentación que Dunia pudo observar de sus jefes, específicamente del (agente del) Servicio Secreto, Voggue (se pronuncia Voga), ella localizó un expediente en donde ella vio a 300 mexicanos que fueron ingresados al campo de Auschwitz el 13 de enero de 1944”.
Agregó: “Ella logró preguntarle a este Voggue, que en ese momento era el jefe de la Oficina Política de la Gestapo, dentro de Auschwitz: ¿Por qué a latinoamericanos? La respuesta de Vogue fue: Esos malditos mexicanos necesitan un buen amo. Los nazis estamos dispuestos a hacer de México, el jardín del Tercer Reich, al igual que el Brasil”.
Añadió que el de la Gestapo resaltó: “Pero de los mexicanos, si sobreviven, tenemos pensado hacer las bestias de carga de Alemania. Y si atrapamos a estos 300 mexicanos fue para interrogarlos y entender la mentalidad latinoamericana, porque si Europa tiene razas que son superiores, las latinoamericanas: mexicana, venezolana; toda la connotación latina, no tiene ni siquiera el derecho de ser llamada humana”.
“Cuando Dunia escuchó esto, ella se dio a la tarea de investigar quiénes eran esos 300 mexicanos; Dunia tenía cinco jefes, eran: Voggue, Broa, Brailesvky, Starck y otro que se llamaba el SS Marko. Este último en Auschwitz en ese momento, tenía 15 años de edad. Marko era la posibilidad de Dunia de poder sacar más datos sobre todos los latinoamericanos en Auschwitz.”
Marko le dijo a Dunia: “Mira Dunia, el jefe de los campos de concentración, Heinrich Himmler, nos ordenó que se hiciera una ampliación del campo, de cuatro mil 500 kilómetros cuadrados, porque esa parte que está muy alejada del campo central de Auschwitz, se pretende traer aquí, si es posible, a la mayor cantidad de gente que sea descendiente de latinoamericanos y que vivan en Europa, porque nosotros necesitamos averiguar cómo es la forma de pensar de Latinoamérica, para poder conquistarla”.