Hoy por hoy los legisladores tenemos más que nunca la responsabilidad de ser consecuentes con la encomienda de representación popular para ser voz y acción en los congresos en defensa de los intereses de la sociedad. Lo he mencionado ya, y ahora, en el afán de la rendición de cuentas, la tarde de mañana habré de presentar mi segundo informe de actividades legislativas.
Es el deber de someter al escrutinio público los resultados de cada ejercicio en el cargo que se ostenta, pero en este segundo año en particular muchas son las reflexiones en caso de un servidor, porque México hoy atraviesa un momento histórico, singular, complejo, que exige a cada uno de nosotros ampliar significativamente nuestra participación y compromiso para generar una fuerza nacional capaz de encarar los efectos inmediatos de esta situación. Y crear una estrategia con posibilidades reales de repensar el futuro de nuestros hijos, de Aguascalientes, de México y de nosotros mismos.
Además de la relatoría de decisiones como la aprobación de reformas estructurales para “destrabar” el desarrollo de nuestro país en esferas como la energética y el campo de las telecomunicaciones, no sin un análisis, discusión y modificaciones necesarias, en este segundo año también estuve a favor de la creación del Código Nacional de Procedimientos Penales, que establece la homologación de criterios judiciales en todo el país, lo cual favorece la protección de los derechos humanos, punto que debe ser focal en los procesos penales ante un escenario doloroso en el que la certificación de nuestro país en esta materia, está en riesgo.
Mención aparte merece el franco rechazo a una reforma fiscal con mecanismos prohibitivos para el desarrollo de los pequeños negocios, esos que nada más y nada menos son motor económico y fuente de empleo.
En este segundo año tuve la anuencia de mis compañeros de bancada, quienes tuvieron a bien permitirme acompañar a Jorge Luis Preciado como vicecoordinador para ayudar a amalgamar los esfuerzos y posturas de Acción Nacional, principal fuerza opositora en México.
Y es que la importancia de ser oposición en estos momentos es crucial, pues sabemos que la desaprobación, los señalamientos y la endeble credibilidad a la figura presidencial demandan carácter y firmeza en los pronunciamientos y en el actuar de todas las fuerzas políticas.
El marco de referencia que ha definido mi actuación como senador de la República es la propia realidad social, económica y política del momento histórico que nos ha tocado vivir, por lo que el recuento del segundo año en el encargo implica no una pausa, sino apenas un sumario de actividades en la continuidad que es menester intensificar porque es demanda y convicción personal, exigencia y reclamo que cada día brota con más fuerza desde las entrañas de la sociedad, hasta las más modernas formas de comunicación, donde las calles mismas no dejan de ser el espacio de manifestación más evidente, provocador e insoslayable.
Muchas cosas suceden, nadie puede evitarlo ni callarlo, ahora nos corresponde ser partícipes a todos y como senador por Aguascalientes no puedo menos que estar a la altura de las expectativas de mis vecinos y familia, y por supuesto, no dejar pasar la gran oportunidad de ser parte del devenir del México de hoy.
*Senador de la República por Aguascalientes, vicecoordinador del grupo parlamentario del PAN. Sus bases formativas son la Contaduría Pública y el Derecho, desde donde ha ejercido apasionadamente el servicio público, la política y la representación social como férreo militante de Acción Nacional.
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