Sam Kean convierte la ciencia en diversión - LJA Aguascalientes
21/11/2024

  • El estadounidense conjunta a la literatura y a la ciencia en relatos divertidos e interesantes
  • Es un placer trabajar con mis dos pasiones: la ciencia y la literatura

 

En su primera visita a México, el escritor estadounidense Sam Kean recibió a La Jornada Aguascalientes tras su charla con más de 300 alumnos de la Universidad Tecnológica del Norte de Aguascalientes (UTNA) y el Instituto Tecnológico (ITA) sobre sus libros La cuchara menguante y El Pulgar del Violinista, agradeciendo la respuesta obtenida con el sector juvenil, ya que normalmente la ciencia no es muy perseguida por ellos.

Su primer libro, La cuchara menguante, que fuera publicado en el 2010 habla sobre la tabla periódica y sus elementos, pero de una manera entretenida, inteligente y a modo de relato suave, lo cual hace más digerible el estudio de la ciencia al lector; “uno puede enlazar ambas cosas (literatura y ciencia)  sin perder el objetivo de cada una, ese es el reto para mí como divulgador científico y escritor”.

Normalmente se asume que en la ciencia no existe diversión, por ello Kean decidió conjuntar historias tipo cuento, pues señala que los seres humanos recordamos mejor la información cuando se presenta en la forma de una historia “esta es la manera en cómo nuestros cerebros funcionan mejor y así se puede aprender mucha ciencia de una manera chistosa”.

Durante toda su vida Sam Kean ha amado la ciencia, sin embargo, cuando entró a la universidad en el área del laboratorio complicó todo “rompía todo, nada me salía, era un desastre”, fue entonces cuando se percató que a pesar de su pasión por ella no tenía potencial para ser científico y comenzó a estudiar literatura; tiempo después extrañó la ciencia y su seguimiento, por lo que decidió conjuntar sus conocimientos académicos con sus pasiones.

Aunque pareciera severamente complicado, Kean opina lo contrario: “No es tan difícil sólo tiene que entenderla primero para poder explicarla a un tercero, sólo cuando hay algo muy técnico con muchas matemáticas, pero aun así lo tomo como un desafío”, de esa manera ha encontrado las formas de explicar la ciencia usando relatos chuscos y divertidos.

Kean y su público

El creador de El pulgar del violinista considera que cuenta con dos tipos de público, el primero lo conforman aquellos que no conocen la ciencia o que han tenido muy poco acercamiento a ella, pues la usan poco en su vida cotidiana (niños y adultos sobre todo); para ese grupo escribe principalmente pues busca demostrar que la ciencia es “riquísima y divertida”. El otro grupo son los científicos que a pesar de vivir de la ciencia sólo la conocen pura y técnica, “muchos me han dicho que con mis libros encontraron otra manera de ver a la ciencia, mis historias los sorprenden y aprenden de una forma diferente”, relatos que cuentan lo que viene detrás de los descubrimientos, enriqueciendo sus conocimientos.

Experiencia en la Feria Internacional del Libro Guadalajara


Además de visitar Aguascalientes fue invitado a presentar un libro en la Feria Internacional del Libro Guadalajara, donde por poco más de una hora mantuvo a sus asistentes “perdidos en las historias y explicaciones”, confesó que la parte favorita fue la sesión de preguntas ya que al inicio algunas manos dudosas se alzaron pero conforme pasaban los minutos se llenaron de confianza aumentando los cuestionamientos, “la gente estaba muy interesada en saber más sobre la ciencia y cómo la conjunto con la literatura”.

En esta, su primera visita al país, Kean se llevó una sorpresa al percatarse que muchas personas conocían ya su trabajo al emitirle comentarios favorables que lo incitan a seguir escribiendo; aunque todavía no está proyectado para cuándo, planea preparar La cuchara menguante para una audiencia más joven en busca de que sea traducida al español y pueda utilizarse en las escuelas, “finalmente lo que busco no es hacerme famoso, sino compartir mi amor por la ciencia y la literatura, que los niños y jóvenes conozcan de ella de una manera divertida”.

En el 2009 fue finalista del premio Evert Clark/Seth Payne de la National Association of Science Writers, premio que se le concede al mejor escritor de divulgación científica menor a 30 años, razón por la cual, el Consulado General de los Estados Unidos en Guadalajara lo buscó para llevar su trabajo a entidades mexicanas, esto a través de un convenio que se tiene con las instituciones universitarias y las autoridades gubernamentales de ambos países.


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