Populismo neoliberal / Ciudadanía económica - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Durante más de tres décadas los gobernantes de este país han criticado y ridiculizado a sus opositores con diversos calificativos llamándolos populistas. Los regímenes defensores de la libertad económica a ultranza -con matices diversos de dictadura ultraconsevadora en los demás frentes sociopolíticos-, defensores del capitalismo global al grado de sacrificar la iniciativa emprendedora nacional, han convertido el populismo en sinónimo ideológico del antineoliberal. Por la insistencia mediática oficialista durante más de 30 años, el término peyorativo ha arraigado en la mente popular como algo que es exclusivo de ideologías alejas y superadas por la modernidad globalizada.

Hartos de la opacidad, abuso del poder, corrupción y contubernio con la delincuencia, nuestros vecinos al sur se hartaron de su clase política y, de manera creativa, con ejemplar cultura cívica, se organizaron constituyendo el Movimiento Cívico Nacional (MCN) (http://mcn.org.gt/). Al ver restringidos los derechos y libertades civiles de los guatemaltecos y conforme avanzaba la descomposición de su clase política, un grupo de éstos creó este movimiento en 2009 para promover la participación ciudadana responsable, informada y activa en la política nacional.

En septiembre pasado, Gloria Álvarez una joven politóloga guatemalteca integrante de esa asociación, participó en el Primer Parlamento Iberoamericano de la Juventud celebrado en Zaragoza, España. Su discurso movió conciencias y despertó inquietudes y, al difundirse por las redes sociales, se convirtió en todo un éxito en internet, llevándola a impartir actualmente conferencias y participar en diversos programas de televisión en varios países latinoamericanos.

En su discurso, Álvarez indica que el populismo tiene cuatro características: “de lo primero que se encarga es de desmantelar las instituciones”. Aviva el divisionismo entre la población, en unos países, a través de la lucha de clases y en otros, infundiendo odio hacia quien tiene ideología diferente, diluyendo la solidaridad y la capacidad de la población de auto valerse. Se destruye a los representantes populares.

Adicionalmente, coopta al organismo judicial. Compra jueces, corrompe tribunales. En tercer término, restringe libertades económicas, vendiendo como única opción la propia, imponiendo su exclusiva versión reformista. En cuarto lugar, restringe la libertad de expresión; coopta periodistas y opositores, los desaparece o aniquila mediante pactos entre entidades de seguridad pública y la delincuencia organizada.

El régimen populista “se vende como salvador a cambio de los votos y el apoyo del pueblo, quienes, desesperados por su situación, lo aceptan como tal”. Las opciones sociopolíticas ante las que nos encontramos los habitantes de los países latinoamericanos, asegura la representante del MCN, no son ya de derechas contra izquierdas, sino de Populismo vs. República.

Álvarez recurre a la definición de populismo como la práctica política que “juega con la necesidad de los pueblos para imponer una dictadura, anulando la dignidad de las personas, porque es una postergación de la pobreza, de la ignorancia y de mantener a los pueblos sometidos bajo la ilusión de que sólo los bienes materiales son los que importan a la hora de votar”.

En su discurso, la politóloga guatemalteca arremete contra las “atrocidades de los gobiernos populistas” de América Latina, citando concretamente al régimen cubano y al venezolano; pero conforme sus definiciones, también podría estarse refiriendo al actual gobierno mexicano, a cuyas atrocidades se añade la desaparición forzosa de varios miles de personas.

La reciente revelación de la verdad por fin reconocida por la Procuraduría General de la República respecto al crimen contra inmigrantes cometido por policías coludidos con el cártel de Los Zetas en San Fernando, Tamaulipas, reaviva los temores con respecto a lo que pudo haberles sucedido a los estudiantes normalistas en Ayotzinapa.


Tampoco escapan del análisis de populismo hecho por Álvarez, consideraciones como la campaña de desprestigio dirigido desde las esferas de mando hacia liderazgos populares, incluyendo la más reciente campaña de los opositores al neoliberalismo como “desestabilizadores”, y la represión de las marchas de protesta y la eventual infiltración de agresores en las manifestaciones populares.

Resulta extraño, si no es que ominoso y repugnante, que en México se omita la aplicación de justicia en casos de todo orden, particularmente en cuanto a la terrible escalada de violencia que experimenta nuestro país. Pero también en casos de violación a derechos económicos: que no se llame a cuentas a quienes desvían recursos públicos elevando a niveles estratosféricos la deuda pública de varios municipios; que no se explique ni se justifique la condonación del pago de impuestos a importantes causantes. Que no se cuestionen posibles conflictos de intereses entre políticos y contratistas, ni se exija esclarecer el origen de las fortunas de acaudalados políticos y sus cónyuges.

El gobierno mexicano actual, íntimamente relacionado con el que en la década de los 80 entregó el mando de la política económica al Consenso de Washington, ha continuado con la implementación de la “economía que mata”, según ha calificado al neoliberalismo el Papa Francisco. Esa política obligó a que con el “error de diciembre” de hace exactamente 20 años esta semana, pagásemos con nuestro dinero el rescate bancario vía FOBAPROA, llevándonos a perder un tercio del valor la producción nacional en una generación.

Cien millones de mexicanos viven hoy por debajo del nivel de pobreza, como resultado de la imposición del modelo económico que privilegia a los grandes monopolios internacionales y abulta los bolsillos de pequeños sátrapas y caciques nacionales -protegidos por gatilleros que aporta el narco-. Hoy enfrentamos el peor de los populismos: el populismo neoliberal.

Peor porque es hipócrita, es el ladrón que grita ¡al ladrón!, señalando a otro. Esa lacra populista se ha adueñado en México de las instituciones, dejando entrever características de un Estado fallido. La experiencia latinoamericana muestra que con organización popular, conciencia cívica y participación ciudadana, con acciones pacíficas pero activas y contundentes, se puede recuperar la Nación.

 

[email protected]                       Twitter: @jlgutierrez


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1 thought on “Populismo neoliberal / Ciudadanía económica

  1. Fe de erratas
    Ultimo renglón, primer párrafo dice: “ideologías alejas”
    Debe decir “ideologías añejas”

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