Muy pocos deben de disentir en que México está pasando por una de las etapas parteaguas de la historia nacional. En un futuro, los libros de historia narrarán, unas páginas después de Tlatelolco 68 y la alternancia en el 2000, el desenlace que tendrá nuestro tiempo.
El propio presidente de la República manifestó la semana pasada que él también se sumaba al “clamor ciudadano que exige justicia”. Al tiempo de lo anterior, el Ejecutivo Federal anunció las que llamó “10 medidas para mejorar la Seguridad, la Justicia y el Estado de Derecho en México”.
Quizá no sea el Glasnost o la Perestroika, tal vez no estemos ante el Solidarność de Lech Walesa, no sabemos siquiera si algún día alcancen un lugar en los libros de texto, como el Plan de Iguala, el de San Luis, o el de Guadalupe, que lanzaron Iturbide, Madero y Carranza, respectivamente, pero los asesores presidenciales idearon 10 puntos para “liberar a México de la criminalidad, la corrupción y la impunidad” y las anunciaron como si fueran cualquiera de los primeros.
A los asesores presidenciales se les ocurrió que con mandar una serie de iniciativas de ley al Congreso de la Unión, la Seguridad, la Justicia y el Estado de Derecho en México mejorarán. Quizá sí, pero en todo caso, depende de otro Poder y no del Ejecutivo, su implementación. Por esto, el Zenzontle no se ocupará de las medidas primera a tercera, la quinta, y de la séptima a la novena, porque seguramente no buscan implementarse pronto. Atribuyen a Napoleón Bonaparte aquella frase que dice que si quieres que algo no se haga, crea una comisión. Como dicen en mi pueblo “as de copas”.
Pero ¿qué hará el presidente (no el Congreso de la Unión) para “mejorar la Seguridad, la Justicia y el Estado de Derecho en México”? Básicamente ha anunciado tres medidas:
Un número de emergencias nacional “para pedir auxilio en casos de urgencia”. Ya no será el 066, que todos empezábamos a reconocer, y que incluso en Aguascalientes costó trabajo posicionar en el colectivo, cuando ya se tenía memorizado el 080, ahora “se buscará que este número sea el 911 por ser el más reconocido a nivel mundial”. Esa justificación es de reconocerse, sobre todo considerando el número de llamadas de auxilio en caso de urgencia que normalmente provienen del resto del mundo.
En segundo lugar, el Ejecutivo Federal ha ordenado un “Operativo Especial en la región conocida como Tierra Caliente, ampliando el despliegue de las Fuerzas Federales en municipios de Guerrero y Michoacán”, además, anunció “un mayor respaldo de las Fuerzas Federales para los municipios que lo requieran, en los estados de Jalisco y Tamaulipas”. Ataque frontal a la delincuencia, una medida que su propio partido tanto criticó y obstaculizó en el gobierno anterior.
Y por último, los asesores presidenciales han recomendado “desarrollar un portal de información sobre los proveedores y contratistas de toda la Administración Pública Federal”. ¿Pues qué esto no existía ya? No, me informan que dejó de funcionar poco después de su toma de protesta, el primero de diciembre de 2012.
También se anunció el establecimiento de la Clave Única de Identidad. Sí, no la Clave Única de Registro de Población (CURP), sino la clave única de identidad, que no es lo mismo. No me pregunten cuál es la diferencia, pero quiero pensar que no es lo mismo.
Hay algo que preocupa mucho a este Zenzontle, es el camino que puedan tomar las declaraciones presidenciales ahora que pretenden hacer cargar a los municipios mexicanos con toda la culpa de la corrupción, que ha llevado las cosas en este país a los niveles que han llegado. Sí, una de las iniciativas que irán a alguna comisión del Congreso de la Unión, la han llamado “Ley Contra la Infiltración del Crimen Organizado en las Autoridades Municipales”. Es decir, ya el título de la iniciativa de ley en cuestión juzgó y sentenció “la infiltración del crimen organizado se da en las autoridades municipales”.
Ya no importa si la iniciativa prospera, se discute, se promulga o entra en vigor, la suerte de los municipios ya está echada.
Otra de las iniciativas que se presentarán, la que busca desaparecer a las policías municipales, se ha justificado en que se podrá “pasar de más de mil 800 policías municipales débiles, a 32 sólidas corporaciones de seguridad estatal, confiables, profesionales y eficaces”. Sí, con la presentación de una iniciativa pasaremos de policías municipales débiles a policías estatales “confiables, profesionales y eficaces”. Sí.
¿Será necesario informarle a los asesores presidenciales que el Estado de Derecho no “se promulga”, sino que se construye con base en respeto irrestricto a la ley, empezando por el primer encargado (o mandatario, es lo mismo) de cuidar los asuntos públicos, y terminando por el más humilde de los ciudadanos?
¿Qué pasa por la mente de esos asesores cuando se sientan a redactar un documento como éste? No lo sé. Lo que sí sé, -no porque me conste- es que también Nerón tocaba el arpa mientras Roma ardía en llamas.
Twitter: @manuelcortina [email protected] www.manuelcortina.com
Excelente opinion, mando saludos