No cabe duda que la crisis que atraviesa México es ya un asunto que no se puede negar. Quizá después de estas declaraciones la misma presidencia de la República dé pasos atrás intentando recomponer o salir a interpretar lo declarado por el actual jefe de Oficina de la Presidencia de la República, Aurelio Nuño Mayer, quien reconoció que no está funcionando la estrategia de comunicación del gobierno.
El poder mediático hizo ya dos intervenciones recias que pudieron servir para distraer la mirada del foco rojo de Ayotzinapa, por un lado la muerte de Roberto Gómez Bolaños, un homenaje y las multitudes que llenaron el Estadio Azteca, locutores de todas las estaciones de radio y TV regalaban decenas y decenas de boletos para que la gente llenara el Coloso de Santa Úrsula Coapa, mientras la música de fondo tocaba El Padrino, legendario tema de aquel patriarca y jefe de la mafia italiana, Vito Corleone. Y Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, contenía sus lágrimas recordando el legado que quedaba en manos de los mexicanos. Al menos por tres días ininterrumpidos marearon a la audiencia con la cantaleta de la muerte de Chespirito.
El segundo intento fue el Teletón. Nuevamente en transmisiones continuas y con un despliegue mediático impresionante, Televisa nos muestra lo sencillo que es recaudar dinero, millones de billetes en el país, desde luego en su gran mayoría dádiva de los poderosos empresarios, pese a las lágrimas de Carlos Loret de Mola que dice que la gente le reclame al presidente, a su esposa, es más, a Televisa, pero que el descontento y la rabia no toquen el Teletón. Quizá la culpa sea de la misma ONU que denuncia que dicho evento promueve estereotipos de personas con discapacidad y eso viola sus derechos humanos. O que el mismo López Obrador y su mal tino de apoyar al exalcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca, uno de los principales responsables de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero el mismo periodista pregunta en tono de reclamo a la ciudadanía que no donó al Teletón: ¿los niños con discapacidad merecen pagar por esto?
Poco abundó en otra razón sustancial por la que la gente este año ya no se tragó la mentira del Teletón y es el infame fraude fiscal que dicha empresa hace con las donaciones. La imposición que les exige a los gobiernos estatales a destinar recursos para mantener los centros de atención que construyen y además, donar fuertes sumas a la causa Televisa. Ese descontento tiene algunos años, pero sin duda este año las redes sociales, que es de lo poco que escapa al monopolio de los medios de comunicación, se vieron plagadas de fuertes mensajes que se convirtieron en campañas para no hacer donaciones al Teletón y desde luego a Televisa.
Tiene mucha razón Aurelio Nuño Mayer, “la estrategia de comunicación no está funcionando”. Así declaró al diario español El País en días recientes. Las protestas y las marchas seguirán, las movilizaciones y las muestras por todo el mundo, pero principalmente en México, continuarán realizándose, incluso pese a las seis semanas de vacaciones que se tomarán los legisladores, dejando en el congelador a Tlatlaya y Ayotzinapa, sólo por mencionar algunos asuntos urgentes.
Pero ¿cuál es la estrategia del gobierno mexicano, ésa que no está funcionando? Sin duda el olvido, a eso le apuestan, sólo que esta vez hay una cantidad de rabia que se ha sumado, de indignación y hartazgo que tienen en caída estrepitosa al mismo presidente Peña Nieto.
En esa misma entrevista con el diario español, señala Aurelio Nuño Mayer, “No vamos a ceder aunque la plaza pública pida sangre y espectáculo, ni a saciar el gusto de los articulistas, serán las instituciones las que nos saquen de la crisis no las bravuconadas.”
Un claro signo del autoritarismo, lanzar amenazas a quienes escribimos y cuestionamos desde hace mucho tiempo el proceder político que ha traído al país justo donde estamos. Vale la pena recordarle al señor Aurelio Nuño que no somos los articulistas, ni quienes escribimos la crítica y análisis político quienes dispararon a los 22 jóvenes de Tlatlaya en el Estado de México, tampoco desaparecimos a los 43 normalistas de Ayotzinapa, ni estamos asesinando 7 mujeres diariamente en el país. Eso lo ha hecho la clase política que su gobierno representa en contubernio con el crimen organizado y el estado de corrupción, violencia e impunidad que han fundado.
Finalmente el funcionario declaró: “al gobierno le faltó una agenda más contundente en materia de seguridad y de Estado de Derecho. Nos quedamos cortos. No vimos la dimensión del problema y la prioridad que debería haber tenido”.
Qué forma de disculpar la ineptitud de quienes sí han llenado de sangre las plazas públicas de este país, la caída es imparable, si se queda o se va el presidente Enrique Peña Nieto de todas formas el costo en cualquier caso ha sido muy alto y de eso puede dar cuenta la familia del joven normalista Alexander Mora Venancio del que rescataron de un basurero unos cuantos huesos calcinados. La familia de Erika Bravo Caro, secuestrada y encontrada en una carretera de Michoacán con el rostro desollado. La familia de Liliana Morales Flores, de sólo 12 años, alumna de secundaria, asesinada en el Estado de México. Hechos dados a conocer esta semana. ¿Cuántos asesinatos más? Vaya que el Estado mexicano ha fallado.
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