En una entidad donde los medios de comunicación obligan al lector a mirarse el ombligo, proponiéndole la superficialidad del morbo antes que la reflexión sobre los hechos, no podemos dejar de subrayar que cumplimos con nuestra responsabilidad educando a la clase política con un principio simple: vendemos espacio, no criterio; cuando los avances tecnológicos demandan de los periodistas oportunidad y análisis. Parece mentira que uno de los logros que subrayemos sea ése, lamentable porque más allá del profesionalismo con que los jóvenes de La Jornada Aguascalientes cumplen con su tarea, el lugar en el que estamos denota la brecha que el interés económico abre entre lo que los lectores requieren y los periódicos ofrecen.
Más pudiéramos decir, al final, todo se reduce a los lectores, a su actitud, a su respaldo, a que nos permiten formar parte de su conversación, a que nos entregan su confianza, a que nos ayudan todos los días a pensar que un medio de comunicación, una plataforma como esta donde trabajan los jóvenes de pensamiento, nos ayuda a reconocer nuestro lugar en Aguascalientes. Si hemos podido ser algo más que un periódico es gracias a ustedes, lectores, que nos comprometen con una forma de comunicarnos en la que más que pensar en política o militancia, queremos hacer comunidad, por eso y por lo que viene, gracias, esperamos estar a la altura del reto. A diferencia de la clase política, podemos decir que en este sexenio inicial siempre hemos estado al lado de los lectores.