Amanecí con ganas de cocinar un rico pastel de guayaba estilo Calvillo, Ags. De esos que de verlos se antojan y de comerlos envician. Y es que esta semana no es de siete, sino de seis. De seis años a festejar en La Jornada Aguascalientes y de perseguir su objetivo expresado en el primer número publicado: construir ciudadanía.
En ese ambicioso objetivo de formar día con día mejores ciudadanas y ciudadanos en lo individual y mejor ciudadanía como colectivo; esta cocino-política tiene desde hace casi tres años una bonita encomienda, que es ponerle “sazón” a la noticia local… particularmente la noticia política.
A manera de pago por estas notas llenas de sal, pimienta y los muy hidrocálidos clavo, comino y mejorana; los queridos lectores y queridas lectoras me regalan no sólo su fina atención a mis ocurrencias, sino algunas notas en las que me regañan por mis despistes o me ilustran con su mejor conocimiento. De éstas últimas es la bella “Carta de la Tierra” que me envía María Enriqueta Medellín Legorreta, Señora ¡Señoronona! y Presidenta Ejecutiva de Conciencia Ecológica de Aguascalientes.
Tres regalos. ¿Recuerda Usted el bonito bolero de Güicho Cisneros? ¡Pero no! No son esos tres regalos, sino mis tres regalitos para La Jornada Aguascalientes: un delicioso pastel estilo Calvillo de guayaba, varios carajillos (café negro bien caliente, con licor flambeado y granos de café tostado enteros) para acompañar, y algunos fragmentos de esta bellísima “Carta de la Tierra”, para reflexionar que sin la conciencia ecológica que pretende despertar Enriqueta Medellín en Agüitas, pues nomás no hay ciudadanía que valga.
Deber sagrado. A la tierra, nuestro hogar, le da vida una comunidad singular de vida. Las fuerzas de la naturaleza hacen que la existencia sea una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las condiciones esenciales para la evolución de la vida. La protección de la vitalidad de la Tierra, de su diversidad y belleza es un deber sagrado.
Trato a los seres vivos con respeto y consideración. Prevenir la crueldad contra los animales domésticos y evitarles sufrimiento. Salvaguardar a los animales salvajes de métodos de caza, pesca y trampeo que les causen un sufrimiento extremo, prolongado o evitable. Descartar la destrucción o apropiación de especies por simple diversión (toros, gallos, perros, etc.) negligencia o desconocimiento -o jugoso negocio, diría esta cocinera-.
El mejor método de protección ambiental: evitar el daño. Tomar medidas para evitar daños ambientales graves o irreversibles. Hacer que asuman todas las consecuencias de su actuación quienes argumentan que el desarrollo de cierta actividad no causará daño ambiental significativo y, si se produjera, proceder para que los responsables reparen dicho daño. Asegurar que en la toma de decisiones sobre las actividades humanas se contemplen las consecuencias acumulativas, las a largo plazo, las indirectas, de larga distancia y globales asociadas -el efecto “mariposa” diría esta cocinera-. Prevenir la contaminación del medio ambiente de todo el planeta y no permitir la acumulación de sustancias radioactivas, tóxicas u otras materias peligrosas.
Erradicar la pobreza: imperativo ético, social y ambiental. ¡Ah caray! Pensará Usted amable lector, querida lectora. ¿Tiene que ver la pobreza con el cuidado y mejoramiento del medio ambiente? Y yo le contesto: es muy simple, sólo quítele Usted los signos de interrogación. Así, a manera de afirmación, mejor aún, de exclamación ¡Tiene que ver la pobreza con el mejoramiento del medio ambiente!
Garantizar el derecho al agua potable, al aire limpio, a la seguridad alimenticia, a la tierra no contaminada, a una vivienda y un saneamiento seguro, al destinar adecuadamente los recursos nacionales e internacionales que correspondan. Facilitar a todos los seres humanos el acceso a la educación y a los recursos que aseguren un modo de vida sostenible, y proporcionar seguridad social y redes de apoyo a quienes no puedan mantenerse por sí mismos. Ofrecer ayuda a los ignorados, proteger a los vulnerables, servir a aquellos que sufren y posibilitarles a todos ellos el desarrollo de sus capacidades y el logro de sus aspiraciones. ¡Nada más!
Mujeres y familias felices: larga aspiración. Garantizar los derechos humanos de las mujeres y de las niñas y acabar con toda clase de violencia contra ellas. Promover la participación activa de las mujeres en todos los aspectos de la vida económica, política (Aun corriendo el riesgo de empoderar petardos verbales como Violeta Garfias y Martha Márquez), cívica, social y cultural, como socias plenas e iguales en la toma de decisiones, como líderes y como beneficiarias. Consolidar las familias y garantizar la seguridad, la cría y el cuidado amoroso de todos sus miembros.
Una comunidad de la vida, con entendimiento, compasión y amor. Aceptar que el derecho a poseer, a administrar y a utilizar los recursos naturales conduce hacia el deber de prevenir daños ambientales y proteger los derechos de las personas. Reconocer que, a mayor libertad, conocimiento y poder, mayor es la correspondiente responsabilidad de promover el bien social.
¡Feliz cumpleaños a La Jornada Aguascalientes! Y Usted apreciable lector, querida lectora, recuerde pasar a esta cocina por una rebanada de pastel de guayaba y un carajillo. Traiga Ud. mucho para conversar… particularmente de política.
Gracias Coco por ayudar a difundir este maravilloso documento que nos hace repensarnos.
…. ah! y gracias por lo de señorona jajaja