Casi a manera de reseña, tengo el gusto y obligación de narrar lo que pasó aquella afortunada tarde del pasado cuatro de diciembre del presente año en el foro de televisión de la Universidad del Valle de México.
Como pocas veces, según da fe nuestro director editorial el maestro Edilberto Aldán, se da la oportunidad de reunir a un grupo de colaboradores editorialistas de esta casa editorial. En efecto, los Jornaleros se hicieron presentes en un evento que organizó la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad del Valle de México campus Aguascalientes.
Casi una cita a ciegas, aquí aplica al revés del refrán de “entre gitanos no nos leemos las cartas” entre jornaleros sí nos leemos los artículos y es la única referencia directa de nuestra personalidad.
Así es como la aventura comenzó, entre jóvenes estudiantes, docentes, el coordinador académico y uno que otro colado, la espera por los Jornaleros dio inicio, a ciencia cierta nadie sabía nada sobre el físico del otro. El concentrador de tan valiosa información era nuestro director editorial, quien llegó saludó a un servidor y quedó en espera de reconocer más rostros. Fue fácil identificar al maestro Soren de Velasco pues al igual que yo, imparte clases en la institución de educación superior anfitriona. Ya éramos tres, el jefe y dos, inquietos por conocer al resto de la tripulación comenzamos con el interrogatorio a la coordinadora del evento sobre el paradero de los demás panelistas.
Fue así que llegó Chuy Tinoco, el saludo efusivo y la identificación física como si nos hubiéramos visto antes, Edilberto, Soren, Chuy y Eric, bueno ya sólo faltaban dos, y mientras estábamos en esas nos fue presentado el joven moderador de nuestro panel de discusión, que más que debate fue una charla amena sobre temas de la agenda nacional pero sin mayor polémica, Jornalero contra Jornalero, es difícil no compartir el tinte del cristal con que miramos a la sociedad y su proceder.
Regresando al joven moderador, resultó ser Cruz Soto, conductor, ¿periodista debería escribir?, lector de noticias, titular de los segmentos deportivos de Radio BI, egresado de la casa anfitriona y entusiasta aprendiz de esta profesión u oficio como usted le quiera llamar. La pregunta obligada de Soren y un servidor fue ¿un comentarista deportivo moderará una mesa de análisis con los Jornaleros, en serio? De manera verbal y no verbal el joven Soto aprovechó para poner sus cartas credenciales sobre la mesa, o bueno sobre la parte posterior del recinto televisivo, mientras los compañeros Jornaleros lo veían con un poco de reserva; en ese momento hizo su arribo Rodolfo Popoca, literal rock star, dueño del escenario, apasionado del debate y del rock & roll, quien de entrada observo al joven BI con cierta reserva, “bueno, nadie es perfecto ¿no?” comentó cuando supo la procedencia de Cruz Soto.
El arribo estridente de Popoca se fusionó con las personalidades de los otros tres editorialistas, la reunión se estaba dando y conste que no quiero caer en el cliché del evento del reencuentro porque de hecho nunca habíamos estado todos juntos. Mientras nos identificábamos físicamente y confirmábamos a través de la charla la autenticidad de los nombres que ostentamos, el último y más joven Jornalero hizo su arribo, sí, era Néstor Damián Ortega, quien con libro en mano irrumpió el patio de maniobras para incorporarse como él sólo pudo hacerlo.
Todos juntos por fin, todos listos al fin, nos decidimos proceder con la invasión al recinto, no sin antes el señor Popoca y un servidor zarandear un poco más al joven Cruz.
Ya adentro del foro de televisión pudimos percatarnos que teníamos público, en verdad había jóvenes estudiantes, pocos, pero había y no sólo eso querido lector, se iba a llevar a cabo un programa de televisión con nuestra mesa de diálogo. En ese momento me sentí como en las nubes, era como lograr el sueño de todos los Jornaleros y estar en Tercer Grado, ser televisos por un día, maquillados y convertidos en intelectualoides mediáticos, sí, señor, nuestro mero mole. Ya se imaginará la cara de todos nosotros, menos la de Cruz; teníamos conocimiento de que conformaríamos una mesa de diálogo de los temas más relevantes de la agenda nacional pero no que íbamos a ser mediáticamente explotados…
En fin, la charla inició, el señor Soto muy profesional (siempre viendo a la cámara) nos presentó y soltó el primer tema que abordamos. Para abrir bocado, la pérdida física del maestro Vicente Leñero; y nos arrancamos con la opinión de cada uno de nosotros, poca polémica y mucho reconocimiento al finado maestro, coincidencias sobre los adjetivos hacia su persona y la conclusión de que se fue un maestro TODO TERRENO de las letras, término acuñado por Aldán y retomado por Néstor Damián, seguido por todos los demás Jornaleros.
Independientemente de los problemas técnicos de la producción la charla fue más que enriquecedora, fue una sesión con los expertos, el momento para aprender de mis compañeros. El siguiente tema puesto por Soto en el aire, la casa blanca de la señora Angélica; de nueva cuenta coincidencias en la postura, atinadas percepciones desde la óptica particular de cada uno de los panelistas. El cierre con la reflexión obligada y el consejo para los estudiantes, el agradecimiento y el aplauso de un público que tal vez no tuvo del todo claro lo que los Jornaleros teníamos por decir, bueno, fue la primera vez, no es nuestro terreno, el natural es el qué escribir no el qué decir al micrófono.
Sinceramente espero que hayamos dejado algo en la cabeza de los jóvenes estudiantes en su mayoría de Comunicación, porque le puedo garantizar que nosotros los Jornaleros nos las pasamos bien, en grande, a gusto.
Ya sabe, no faltó el grupo de admiradoras que quisieron fotos, besos y autógrafos de cada uno de nosotros, la invitación a cenar y la propuesta indecorosa.
¿Qué Jornaleros, ustedes no vieron esa parte del show?
Twitter: @ericazocar