- Somos una generación que se niega a ser sacrificada en nombre de los errores y deudas del pasado
Tal vez nunca se hayan escuchado en Palacio de Gobierno discursos tan emotivos como el que dictaron dos jóvenes al obviar el protocolo y alzar la voz más alto de lo imaginado, cuando criticaron que poco a poco se siembre un mundo incierto.
Karla Guadalupe Martínez, una de las galardonadas con el Premio Estatal de la Juventud 2014, subió al estrado y ante el micrófono compartió su tristeza por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Postuló:
“No soy la portavoz de nadie, pero espero que todos estemos conectados en el mismo mensaje. Este premio también va para ellos (los políticos corruptos y vendidos, y los maestros que no dan clases), porque ellos nos enseñan día con día lo que no queremos los jóvenes, y !lo que no estamos dispuestos a entregar ni a dar!
“Esta es la incertidumbre de vivir en un país que celebra la juventud, de vivir en estados que celebran a la juventud, pero que también, de a poco nos van sembrando un mundo incierto, en una modernidad que ni nos ven, ni nos miran a todos de la misma manera”.
Antes, ahí mismo, el director del Instituto de la Juventud, Orlando Sánchez Quezada, había anunciado nuevas formas de pensar, sentir y actuar, recordado con inusual firmeza que: “Somos una generación que se niega a ser sacrificada en nombre de los errores y deudas del pasado… Somos una generación que busca hacer una historia sin héroes ni traidores”.
Y ofreció firme: “Vamos a superar los días aciagos que vivimos, vamos a cortar las ramificaciones de las cosas negativas que los desestabilizadores están tratando de sembrar entre nosotros; hoy los jóvenes rechazamos la violencia porque es la antipolítica… Desvía la exigencia de justicia, haciendo ella la injustificada violencia y esto no se merecen los jóvenes”.
Karla Guadalupe Martínez, al inicio de su discurso, ya en un camino sensibilizado por su antecesor en el micrófono, manifestaría: “Por un lado, me siento muy agradecida por haber obtenido este trofeo, pero también por el otro, me siento triste, bastante triste porque me pongo a pensar en 43 jóvenes que muy seguramente en el estado de Guerrero pudieron haber concursado…
“Me siento muy triste porque porque cualquiera de esos 43 jóvenes o de otros cinco mil más, otros 50 mil más, en este triste pero esperanzador país que tenemos, pudieron haber recibido éste y otros premios más y desgraciadamente hoy no sabemos dónde están; esperemos que estén con vida pero no lo tenemos cierto”.
Luego brindó su premio a sus padres, amigos, maestros; pero también “para aquellos que me han enseñado lo que no quiero, para los políticos corruptos, para los políticos vendidos… Para los maestros que no dan clase y no por estarse manifestado, sino dentro del mismo salón no dan clase y se la pasan sentados todo el día delante de un escritorio”.
ahí te hablan;Don Luis Armando Reynoso y su Ridicula y Celosa esposa; Doña Maria del Carmen López