- No se punzó con temas como la pobreza, la violencia y la inseguridad
- Los gobernadores intercambiaron aplausos con el presidente de la República
Los mandatarios estatales y Enrique Peña Nieto intercambiaron diversos elogios durante la XLVII reunión ordinaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), cuya titularidad cedió Carlos Lozano de la Torre al duranguense Jorge Herrera Caldera.
Aristóteles Sandoval, de Jalisco, hizo un posicionamiento relativo a “las reformas transformadoras del presidente”. Graco Ramírez, gobernador de Morelos, aprovechó el foro para decir que “ante los actos de violencia ocurridos en el estado de Guerrero, en particular en el municipio de Iguala, la Conferencia Nacional de Gobernadores realiza un reconocimiento al Gobierno de la República por las acciones y las estrategias enfocadas a fortalecer el estado de derecho”.
César Duarte aplaudió que la figura presidencial se reintegrara a dichas asambleas, y felicitó a su copartidario priista por la captura del narcotraficante Vicente Carrillo Fuentes, “este hecho impacta al grupo delictivo más importante que ha afectado a mi estadon (Chihuahua)… consideramos esta detención como la de mayor calado”.
El diputado perredista Cuauhtémoc Escobedo Tejada criticó el tono de los discursos. Consideró que el referido evento en realidad fue “una reunión entre amigos”.
“El mundo de los gobernadores y el del presidente de la República es un mundo muy distinto al de la sociedad. Entre ellos sólo hay elogios y flores cuando el país está ardiendo en violencia, te puedo mencionar cuatro casos: Tlatlaya en el Estado de México, Ayotzinapa en el estado de Guerrero, la violencia en el estado de Tamaulipas, y por supuesto, no hay que dejar de pasar el alto nivel de violencia que existe en Michoacán”.
Agregó que “este país no lleva ningún capitán, tampoco hay un auxiliar que le ayude a tomar consideraciones. Ese mundo, que podríamos denominarlo peñalandia, es muy distinto al que todos los ciudadanos ven. Podría considerarse una reunión de amigos, como para taparse unas cosas con otras, me parece que se perdió una gran oportunidad de hacer reflexión para retomar las decisiones de un Jefe de Estado en una situación como la que está viviendo el país”.
–El presidente sí le hizo un llamado a los gobernadores, para desahogar ciertas materias. Señaló como inaceptable la presunta relación entre gobernantes y delincuentes.
–Ese fue un llamado de buenas intenciones, quien tiene el equipo de inteligencia es el Gobierno Federal, ellos seguramente saben qué presidentes municipales y qué gobernadores están coludidos con el crimen organizado. Más que hacer un llamado con buenas intenciones hay que tomas definiciones basándose en todo ese aparato de inteligencia.
“Más que un mensaje o un estirón de orejas del Jefe de Estado, debería tomar definiciones y sancionar con antelación a que se den hechos como el de Ayotzinapa”.
–Los reclamos debieron ir del presidente a los gobernadores o viceversa?
–Me parece que el reclamo no debe darse entre autoridades, el reclamo es de la ciudadanía. Lo que el presidente de la República y los gobernadores deben hacer es entender la realidad que está viviendo el país: índices de violencia como nunca se habían visto, el crimen organizado ya se mete con los estudiantes, hay una pobreza que sigue acrecentándose, una economía que nada más no despega, hay señales francas de ingobernabilidad.
–Según Peña, Carlos Lozano entregó resultados satisfactorios en la Conago. ¿Lo ves así?
–Yo pienso que no, ve cuántos estados están ardiendo. Me parece que la agenda que debió establecer la Conago no fue la que hubiera respondido a los intereses de los ciudadanos. Hoy, todos los gobernadores le quedan a deber a sus representados. Por supuesto que no deben echar campanas al vuelo.
“Vemos cómo se dan flagrantes violaciones a los derechos humanos en varios estados, esa fiesta en la que conviven los gobernadores es una ofensa a los ciudadanos que están esperando resultados. El presidente es el solapador mayor”.
Pie de foto: “Se perdió una gran oportunidad de hacer reflexión para retomar las decisiones de un jefe de estado”, consideró el diputado local Cuauhtémoc Escobedo