- El comprador es víctima de un etiquetado impreciso
- Algunos productos alternativos suelen ser más costosos que los originales
La comunidad de lecheros no ha conseguido normar el etiquetado de los productos alternativos. El problema yace en que se vende como leche lo que en realidad es una fórmula láctea.
Idéntica situación ocurre con los embutidos. Ernesto de Lucas Palacios, delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), dijo que no hay legislación que garantice el conocimiento de las conocidas como fórmulas cárnicas.
“No es jamón, es un proceso cárnico que se puede meter a un molde y va a salir algo parecido a un jamón. Que la gente no se confunda, el precio del ‘jamón de pavo’ es mucho más alto, inclusive, que el de pierna de cerdo. Eso es lo que tenemos que concientizar”.
De Lucas aseguró que de acuerdo con los registros oficiales en el mercado no hay productos de mala calidad.
“El problema no es que cumplan la norma de procesos, sino que cumplan la norma de etiquetado, que es lo que vamos a pelear, que la gente sepa. Si va a comprar un embutido de chorizo al menos que sea de cerdo, porque tradicionalmente así debiera ser. Lo que no se permite es que sean de 80 por ciento soya y 20 por ciento de carne y digan que es un chorizo. Eso debería tener un etiquetado específico… No quiere decir que la soya sea mala, lo que no podemos permitir es que la gente sea engañada”.
–¿Se requiere que las cámaras emitan una ley?
–Sí, es algo que se está viendo en las comisiones nacionales de la carne. Así como existe un mecanismo que controla la calidad de la leche, hay un organismo que va a empezar a trabajar en esos puntos finos.
–¿Las grandes empresas también cometen ese tipo de fraudes?
–Creo que es falta de ética. Fraude sería violando circunstancias del orden jurídico, pero si la normatividad te lo permite.