- Necesario, un rediseño de las bibliotecas para obtener un aumento en la lectura infantil y juvenil
Para el autor de Tristania, Andrés Acosta, el acercamiento que tienen los niños y jóvenes a la lectura es una tendencia natural que siempre ha existido, sólo que en los últimos años se ha observado con mayor proporción, debido al aumento de estrategias de fomento a la lectura y de creación de productos editoriales más adecuados para el sector.
“Nosotros queremos que los jóvenes lean pero si les damos libro clásicos -que sí deberían de leer, pero después- jamás lo lograremos”, desde su perspectiva, es mejor llevarlos con una lectura digerible, una que les guste más, para que sea más fácil el atraparlos a la lectura y posteriormente comiencen con textos clásicos de mayor complejidad.
Las estrategias deben ser cambiadas para obtener un mejor resultado, si se les ofrece sólo títulos clásicos a los niños y a los jóvenes se van a aburrir rápidamente, convirtiéndolo en una vacuna en contra de la literatura, “precisamente eso queremos evitar, porque por muchos años se hizo y no se llegó a nada bueno”, tal vez si se comenzara con libros “de moda” e irlos relacionando con los clásicos, se da otra perspectiva de la lectura, convirtiéndolo en un círculo virtuoso.
En su caso, ejemplificó con la combinación de un libro de zombies con la Ilíada, “ahí ya la perspectiva podría ser distinta, porque el contexto histórico es tan lejano a un joven que fácilmente lo podemos perder”, pero al vincularlo con la aventura actual de los famosos muertos vivientes, quizá podría introducirlos a los clásicos de una manera más digerible.
Acosta celebró el repunte y la evolución que ha habido en la literatura infantil y juvenil en México, “es una literatura muy viva”. En el ambiente de los adultos, las personas leen por cuestión de cultura o de moda y pocas veces por gusto, mientras que en el sector de los niños y jóvenes, la lectura se da por curiosidad, por gusto y diversión, razón por la cual han sido los usuarios más fuertes de las ferias de los libros, bibliotecas y librerías, “este sector lee por gusto, ellos buscan libros que les llamen la atención, mas no por ser cultos o aprender, sino por entretenerse”.
El escritor manifestó que durante su estancia en Canadá observó una estrategia casi perfecta para fomentar la lectura: las bibliotecas públicas renovadas; todos los recintos están alfombrados, tienen una sección de literatura rosa para jovencitas, una sección de cómics, una de video y otra de thrillers, “es algo muy interesante porque ves a los chavitos acostados en el suelo, leyendo su texto en plena biblioteca”, de esta manera tienen una experiencia más cómoda e interesante de conocer el mundo de la lectura.
Esto contrasta fuertemente con el concepto de biblioteca que se tiene en México, donde se considera un espacio serio, silencioso y sin ningún tipo de diversión, lo cual ha hecho que se conviertan en grandes construcciones abandonadas, “yo consideraría que desde la sociedad se comience a romper este paradigma y crear una nueva forma de utilizar una biblioteca”.
Si se deja un espacio para lectura popular -por así llamar a los títulos de moda- puede lograrse un mayor acercamiento por gusto y no por obligación, de ambos sectores mencionados, y de manera temporal se irán teniendo brincos a lecturas más profundas.