- Para el grupo, la exigencia y la justicia tienen que ser cosa generacional y masiva
- En su segundo día, el Festival de la Ciudad recibió al grupo con gran respuesta juvenil
En su segundo día, el Festival de la Ciudad ofreció durante poco más de 60 minutos una clínica de batería con Alfonso André, baterista del grupo mexicano Caifanes; tanto jóvenes como adultos ochenteros cuestionaron sus dudas técnicas y pidieron algunos consejos del músico mexicano.
Por la noche, el escenario ubicado atrás de Palacio Municipal recibió a Mula de Blancas, un proyecto de reunión “entre amigos”, conjuntando a Alfonso André (Caifanes), Armando Vega Gil (Botellita de Jerez) y Macario (La Barranca). Durante sus ensayos, los músicos manifestaron haber empezado cuando en una reunión para jugar dominó, decidieron “aventarse” a crear diversos proyectos, entre ellos el grupo musical.
Vega Gil reiteró ser urgente que como músicos se unan y hagan cosas que griten justicia ante el clima político del país, “lo que nos queda es juntarnos, salir a la calle, hacer redes con los amigos, con la gente con la que tú te identificas”, todo ello para hacer sonar las inquietudes de lo que quieren y buscan de la vida.
Para André, este ejercicio de Mula de Blancas es el encuentro de amigos, “había un taller multidisciplinario en los Estudios Churubusco y uno de los organizadores fue invitado a jugar dominó, él propuso hacer el proyecto con ese nombre, digamos que es más que nada para inventar cosas”, incluso juntos han creado proyectos fotográficos y editoriales, como un libro ilustrado para niños. Este fue el segundo concierto del proyecto, el primero fue en el Distrito Federal y esperan llevarlo a la mayoría de los estados de la República.
Para el grupo, las líneas musicales las van marcando el mercado del momento, pero sin perderse aquellos músico reales que dan voz a las problemáticas sociales que está pasando el país, “la música de fondo siempre tiene que dar voz a quien no la tiene, eso es la línea que nunca debe perderse”.
Insistieron en que el país está pasando por un momento difícil y controversial pero a la vez importante para la sociedad: los jóvenes están despertando de la oscuridad. “El que los chavos del Poli estén manifestándose, la gran respuesta de la sociedad civil ante lo sucedido en Ayotzinapa y la realidad sobre el caso de los niños calcinados en Hermosillo (resultó que fue una treta del gobierno para quemar unos papeles que no querían que se hicieran públicos), muestra que estamos rodeados de criminales y gente podrida”.
Desde su perspectiva, el cambio, la exigencia y la justicia, tiene que ser cosa generacional y masiva, no sólo algo de cantar o crear canciones de amor y en inglés, sino tomar la estafeta de reclamo musical, social y político.
Dos anotaciones: Macario es una banda independiente de La Barranca -aunque amigos-, y pablozeta (yo) es el que pintó en vivo, y junto a Armando Vega-Gil hizo el libro de “El Marciano y el Ciempiés”. Gracias a Cultura de Aguascalientes por invitarnos.