Los problemas de la empresa familiar / Enredos financieros - LJA Aguascalientes
23/11/2024

El día de hoy, estimado lector, dejaremos de lado los problemas de la economía y las perspectivas que no han cambiado para nada en el país y en el mundo (al contrario, parece que por cada semana que pasa se están acentuando y son peores) para platicar sobre lo que ocurre en una empresa familiar, que representa al 95% de las empresas en México y que tiene grandes problemas que en muchas ocasiones hacen pensar que es un esfuerzo infructuoso.

La empresa familiar es aquella que al empezar como empresa emprendedora, en el camino empieza a hacer uso de los integrantes de la familia para su funcionamiento, o bien, la toma de decisiones de la misma está altamente influenciada por los motivos familiares.

Y veremos sobre todo las problemáticas principales a las que se enfrenta la misma empresa, y que son las que han hecho que se piense que es una especie en peligro de extinción.

El primer problema a que se enfrenta toda empresa familiar, es la distinción entre los ingresos y egresos del negocio y los de la familia. La familia necesita dinero, y es obvio que sale del dinero del negocio y también ocurre de forma contraria, de hecho, la forma de financiar la empresa es por medio de las tarjetas de crédito del fundador -cabeza de empresa- hombre orquesta. Como no hay distinción entre los ingresos y egresos de uno y otro, muy probablemente la empresa termine quebrando o en malos términos financieros siendo absorbida por otra más grande. Es muy importante que para esto se tenga la distinción entre uno y otro ingreso y egreso para que pueda entonces tenerse la mejor administración de efectivo.

El segundo problema viene derivado del anterior. ¿Cuánto gano en mi empresa? Se le olvida al emprendedor -director de la empresa familiar que la realidad es que la empresa ya es un ente independiente de él y que puede ser que no le pertenezca ya la totalidad a él. Si tiene empleados, por lo menos la parte de reserva para la liquidación de los mismos ya no le pertenece. Como piensa que es el único dueño y señor feudal de la misma empresa, entonces empieza a tomar decisiones cada vez más temerarias sobre su sueldo. Desde la perspectiva de que voy a ganar muy bien y me lo tiene que pagar la empresa porque soy el dueño, hasta la postura de que no tengo sueldo porque no me lo puede pagar la empresa pero cuando necesite dinero me lo tendrá que dar. Esta postura es todavía más grave que la anterior, porque de uno o dos pesos (por un decir) diarios que se necesiten, se llegan a cantidades estratosféricas que ponen en peligro la permanencia de la empresa. Para evitar esto, se necesita ver los flujos de la empresa y de la familia y ver la posibilidad de que se puedan cubrir ambos. Si no se pueden cubrir entonces el negocio no es negocio o se necesita otra entrada de dinero provisional para la familia.

Cuando llegan los hijos o sobrinos a trabajar viene el problema de cuánto pagarles o si están en el mejor punto para trabajar. Muchas empresas ponen a trabajar a sus hijos porque son los hijos y aunque sean unos buenos para nada allí están estorbando. O bien, son brillantes como ellos solos, pero como son parte de la familia, no se les remunerará de forma adecuada debido principalmente a que “son familia”. Esto lleva a muchos problemas internos, ya que el que trabaja empieza a tener resentimientos sobre el que no trabaja, o el que gana más o menos, o tiene ciertos privilegios ocultos como el auto u otro tipo de prebendas. Se dice que la tercera generación es la que acaba con el negocio, y se dice de forma peyorativa como el pensamiento de que es debido a la incapacidad de los miembros de la familia. La realidad es que es la incapacidad de ser justos con ellos y poner las reglas claras las que hacen que estos resentimientos acaben con la empresa o con la familia. Este problema no es exclusivo de las empresas pequeñas, las grandes empresas como Televisa al morir “El Tigre” Azcárraga lo vivió. Al ver que no era el más apto en ese momento Emilio Azcárraga Jean, empezaron los problemas entre los socios y la familia, hasta que se les liquidó a algunos sus acciones y a otros se les ganó en juzgados.

En fin, esto es sólo una muestra de los problemas a los que se enfrenta la empresa familiar día a día, y para los cuales hay que ayudarles a seguir adelante, ya que dan empleo al 70% de la población económicamente activa.

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