Janis Lyn Joplin murió el 4 de octubre de 1970 a los 27 años de edad. Sí, efectivamente, justo como lo estás pensando, ella también forma parte del distinguido club de los 27, comparte esta elitista membresía con Jimi Hendrix, que murió un par de semanas antes que ella, el 18 de septiembre; con Jim Morrison, el Rey Lagarto, líder del grupo The Doors. Con Brian Jones, el fundador de los Rolling Stones y primer miembro de este club ya que fue el primero en morir a esa edad, el 3 de julio de 1969, el mismo día que Morrison, pero dos años antes, y más recientemente, Kurt Cobain, el motor móvil de Nirvana, que murió el 5 de abril de 1994, hace 10 años y que fue uno de los principales protagonistas del llamado grounge, movimiento que aprecio, sobre todo por devolverle al rock esa esencia que le es, o debería serle connatural, ese salvajismo y crudeza que ha ido perdiendo porque la industria lo ha sometido a intereses que le son ajenos y que lo han separado, lo han arrancado de su natural esencia. De ahí la importancia de este movimiento que surge desde las entrañas del rock en el área de Seattle, Washigton, en Estados Unidos.
Pues bien, Janis Joplin es una de esas cantantes que no se dan en el rock con tanta frecuencia. Definitivamente no es una gran instrumentista, que yo recuerdo, no tocaba algún instrumento musical, tampoco podemos ubicarla como una compositora destacada. Recuerdo algunas buenas canciones en las que ella colaboró en la composición y algunas, muy pocas, en donde ella aparece en los créditos como la única compositora, por ejemplo: “Move Over”, “I need a man to love”, “One good man”, “Mercedes Benz” y, por supuesto, “Kozmic Blues”, seguramente su más grande éxito, y una buena cantidad de inmensos covers, o estándares para no desentonar con el lenguaje del jazz y del blues, música tocada por el inconmensurable encanto de la negritud.
Durante los años 60’s hubo algunas muy buenas exponentes del rock, imposible no mencionar a Grace Slick, cantante del grupo de Jefferson Airplane o Mama Lion, aunque ella inició su carrera en 1972, pero respetando todo el peso de la tradición del rock de la década anterior, y todas las excelentes cantantes dentro de este género que se han dado desde entonces hasta nuestros días. Todas ellas, quiero pensarlo, han encontrado en Janis una inagotable fuente de inspiración, imposible entender el rock femenino sin la influencia de esta cantante originaria de Port Arthur, Texas.
Janis Joplin no cantaba el blues, lo hacía parte de su vida, como una extensión de su ser, de su esencia, de su alma. La recuerdo en el festival de Woodstock, el documento fílmico nos la muestra aferrada rabiosamente la micrófono golpeando enérgicamente con sus pies el escenario y desgarrando aquellos blues en una especie de catarsis, en una explosión de sensibilidad a la que nadie puede ser indiferente.
La primera vez que supe de ella, no sé, yo tendría unos 16 o 17 años de edad, para ese momento para mí el rock se reducía a un panorama muy pobre, un puñado de unos cuantos exponentes, entre los que, por supuesto, estaba Janis Joplin, pero sin apreciarla dentro de su verdadero contexto, sin saber lo que para ella significaba cantar el blues; poco a poco, tocado por la magia de su voz, fui profundizando en su vida y conociendo más para apreciarla mejor. Resultaría imposible poder disfrutar debidamente de su música, si no entendemos lo que vivió y de qué manera, cada una de sus canciones, se convirtieron para ella en una válvula de escape. Fue una chica que en su momento sufrió del acoso y burlas de sus compañeros de la escuela, hoy le llamaríamos Bullying, por el problema de acné que sufría, lo que le ganó el apodo de “Pig Face”. Muy pronto dejó Port Arthur para trasladarse a la costa este de los Estados Unidos, concretamente a la ciudad de San Francisco, California, ahí estaba surgiendo todo, era una ciudad en constante movimiento, se estaba ya gestando el movimiento hippie que sería la generación que marcó definitivamente la década de los 60’s. Grateful Death, Jefferson Airplane, y otras bandas del área de la bahía preparaban ya una revolución cultural que impactaría sensiblemente al mundo hasta nuestros días. En el Golden Gate Park se llevaban a cabo esos “Happenings” en donde conceptos como “Flower Power” o “Peace and Love” adquirieron el estatus de identificación personal para cada uno de aquellos jóvenes de la segunda mitad de la sexta década del siglo XX, como lo dice Scott McKenzie en la canción “San Francisco (Be sure to weare some flowers in your hair”: “There’s a whole generation with a new explenation, people in motion, people in motion” (Hay una generación completa con una nueva explicación, gente en movimiento). Ese fue el lugar ideal para el crecimiento, desarrollo y madurez de la propuesta musical de Janis Joplin; participó, siendo todavía una desconocida, en el Monterey Pop Festival en junio de 1967, el primer gran festival masivo en el rock, ahí surgió todo. Su carrera fue muy corta, como la de todos los del club de los 27, no más de tres años. Como ya lo hemos dicho, murió el 4 de octubre de 1970, su vida fue fugaz como la Hendrix, Morrison o Brian Jones, tan fugaz y breve como el movimiento hippie, pero realmente no necesitó más tiempo para sacudir, junto con toda su generación, la cultura del siglo XX con su irrefutable impacto hasta nuestros días. Descanse en paz la diosa blanca del blues, Janis Joplin.