Por: Fernando Herrera
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”, es un corto relato del escritor Augusto Monterroso que inevitablemente ha venido a mi mente en los días recientes, una y otra vez, ya al ver el clamor por justicia en las calles, redes sociales, universidades, aún fuera de nuestro país; ya al revisar lo concerniente a la Ley de Ingresos que esta semana habrá de dictaminarse en el Senado.
En este sentido, muchas son las divergencias que separan la promesa del gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto de la realidad, a dos años de administración. Se prometió -como muchas otras cosas-, un déficit de cero por ciento, mientras que en la propuesta de la Ley de Ingresos se contempla déficit de uno por ciento (significa gastar más de lo que se genera con el Producto Interno Bruto, PIB).
En lo que va de esta administración se han registrado récords históricos en materia de endeudamiento, pues en 3 años el nivel ha sido mayor que en los doce años de los gobiernos antecesores.
También en la propuesta para 2015 se contemplan ingresos por concepto de impuestos con un incremento de once por ciento respecto a lo aprobado en 2014, esto implica heredar a las generaciones próximas, mayor carga tributaria, que ya de por sí es insostenible.
Asunto no menor es lo relativo al aumento de la gasolina, que actualmente es 17 por ciento más cara que en 2012 (y 30 por ciento más cara que en Estados Unidos)… también se dijo que se acabaría con los gasolinazos.
Ganar a como diera lugar, fue la única consigna, con promesas y ofertas osadas, tan fuera de proporción como de lógica, subestimando la conciencia colectiva y los análisis financieros, pues finalmente el control mediático sería la vía de legitimación. El regreso del Revolucionario Institucional se posibilitó a fuerza de estímulos baratos y a medida del “pueblo”, con nula intención de reivindicar siete décadas de arbitrariedad.
Por nuestra parte, los legisladores de oposición estamos obligados a intensificar el análisis de las iniciativas oficiales, a su complementación y enmienda, así como a la presentación de propuestas que respalden los intereses de la sociedad y los protejan.
Una fachada tan endeble como la paciencia de los mexicanos, poco a poco se ha ido agrietando, por más intentos de resanar, se resquebraja hasta poner al descubierto un país con prácticas y vicios tan arraigados que terminan por regresar, ya no como una amenaza, sino como una franca realidad de control criminal que ha llegado a las entrañas de instituciones, gobiernos, así como del sistema de seguridad y de justicia ante la incapacidad o complacencia de un presidencialismo anacrónico.
*Senador de la República por Aguascalientes, vicecoordinador del GPPAN. Sus bases formativas son la Contaduría Pública y el Derecho, desde donde ha ejercido apasionadamente el servicio público, la política y la representación social como férreo militante de Acción Nacional.
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