Con eso que una veintena de funcionarios municipales de la capital se fueron sin el menor rubor a la bella España, gastos pagados con el dinero público, yo evoqué la antigua y mítica ciudad de Roma, Italia, cuando un buen amigo me comentó que se había encontrado a Paco Guel, presidente del PRI estatal en el Roma. De inmediato le corregí se dice la Roma fino amigo ¡No mujer! Te hablo del restaurant Roma, Roma; ahí en Colosio, al norte de la ciudad. ¡Ya decía yo! Que una cosa era el desparpajo de los gastadores de recursos ajenos en un dudoso viaje de trabajo y otra que Paco Guel Saldívar (quien recién estrena presidencia del tricolor en Aguas) anduviera de fresco paseando con el dinero de otros.
La llave de Roma. Cuando estudiaba la Normal, me encantaba un juego que consistía en pasar de mano en mano una servilleta, cuidando que ésta no se doblara. Al pasarla a la mano siguiente se decía en voz alta “esta es la llave de Roma y toma…”. Perdía a quien le tocara el infortunado doblez y se le imponía un castigo. Pues bien, al joven Paco Guel le pasaron “la llave de Roma” y no la tiene nada fácil: se encuentra en Agüitas con un PRI disperso, alicaído y desmotivado. Si la “llave de Roma” (la servilleta) se doblara, el castigo para Paco sería perder los dos procesos electorales que previsiblemente encabezará. Al pensar en ello, decidí lanzarme a conocer “Roma-Roma” el restaurante. Tuve el deseo de imaginar a mi joven y moderno presidente priista en un lugar que frecuentara, para sacar un par de deducciones y por otra -lo confieso- me provocó la comida italiana y ya tenía el pretexto perfecto.
Cajeta de Celaya. Pues nada que en ese confortable y bohemio restaurant puede Usted pedir como postre pastel de queso con cajeta. Así que pensé en el recién llegado senador por Guanajuato Miguel Ángel Chico Herrera, excandidato a presidente municipal por ¿Dónde cree Ud.? ¡Sí¡ ¡Adivinó! Por Celaya.
Plausible que Chico Herrera sea un hombre de letras, culto y conocedor del ambiente periodístico, lo que ayudará en mucho a mejorar la mala comunicación habida hasta ahora entre el PRI y su electorado (por ya no hablar de la ciudadanía en general). Bueno para el Comité Estatal del PRI, que llegue un hombre hecho y maduro, como dicen en La Labor, Calvillo: hombre de respeto. Lo no tan bueno, es que a la nueva dirigencia que encabeza Paco Guel le habría venido bien uno de esos políticos “de gran proclama” que el Comité Nacional ha formado en su filas, y resulta que el nuevo Delegado es más un hombre bien intencionado que formado.
¿Pizza de cochinita pibil? En ese pequeño restaurant al que acude Paco Guel hay un servicio es-me-ra-do. Mauricio el propietario y su personal, lo atienden a uno de dar gusto ¡vaya! Parece que le adivinaran el pensamiento. Con base en ello, queda desear que el joven presidente Paco Guel, le brinde a los miembros de su partido un trato personal y se esmere, en entender los justos reclamos y las sentidas necesidades (por tanto tiempo ignoradas) de su militancia. ¡Ah! Y además probé una pizza de cochinita pibil simplemente deliciosa, y me dije, que si Paco Guel emula la virtud de ese platillo, de armonizar maravillosamente dos culturas culinarias; también podría él sentar a una mesa a las diferentes “culturas”, grupos, pensamientos, corrientes priistas locales. ¡Oiga Usted! De ser así, estaría el PRI en Agüitas del otro lado de las urnas… del ganador, claro.
Ambiente familiar. Me encantó del pequeño restaurant, su ambiente relajado y hasta bohemio. El encanto con que lo mismo recibía grupos de jóvenes, que parejas o familias. Sin pretensiones a pesar de la alta calidad de su carta, cocina y cafetería. Pensé, que si al joven presidente Paco Guel le gustar estar ahí, quizá pueda regresarnos al PRI de antaño, pleno de un ambiente de camaradería, sencillo y cálido. Quizá Paco pueda volvernos a esa pertenencia de familia ampliada, extensa, diversa, plural e incluyente en la que hay un rinconcito para todas y todos. Ese PRI en el que nos reconocíamos y encontrábamos las mejores mujeres y lo mejores hombres. Un PRI de líderes. Un PRI líder.
CODA. Un acierto de J. A. Martín del Campo, traer a cantar a su “mera” tierra y en el “mero” día de su cumpleaños, el 439 de Agüitas, a José María Napoleón. El cantante y coterráneo nos brindó lo mejor de su voz y composiciones y nos hizo reconocernos como orgullos aquicalidenses. Ojalá que Martincito-Martín, deje de andar desluciendo allende fronteras y no se le despeguen los pies de lo local.
¡Nos vemos en la próxima! Recuerde Ud. que en esta su cocina, se come, se lee, se estudia y se conversa de todo, particularmente de política.
