- Carta abierta a José María de la Torre por un católico colaborador del Correo Diocesano
- La manera de expresarse no es la adecuada, puede decir lo mismo sin frases peyorativas
Días atrás, Luis Manuel Navarro Dávalos, docente universitario, colaborador de diferentes pastorales y grupos eclesiales, articulista en el Correo Diocesano y colaborador de un programa de radio sobre temas católicos, presentó una carta abierta al obispo de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, expresando su inconformidad sobre sus declaraciones, que difieren mucho con las opiniones emitidas por el papa Francisco hacia la homosexualidad y otros asuntos sobre la moral cristiana.
“Es vergonzoso que en pleno siglo XXI diga a nombre de los católicos semejantes insultos a quienes también son nuestros hermanos y hermanas; no discuto su postura moral de la Iglesia sobre la homosexualidad sino el alarmante desprecio con el que se dirige a un sector de su grey.
“No son pocos los jóvenes que viven heridos a causa de que un sacerdote les dijo que por ser homosexuales se condenarían pues era pecado y que Dios no los quiere, y más aún que son una abominación de la creación, si usted a nombre propio, no en nombre del pueblo de Dios que representa, tiene esa postura, se le respeta, pero le pido a nombre de muchos católicos que no lo diga en sus ruedas de prensa porque no es lo que todos pensamos”.
Navarro Dávalos reitera que, si es tanta la prioridad del tema en su agenda pastoral, puede hacer actos concretos con medios oficiales para hacer mención a su postura, aprovechando a personas muy bien preparadas entre su presbiterio para hacer una contrainiciativa basándose en leyes y costumbres civiles de un pueblo.
El documento cierra con el siguiente párrafo: “yo creo que la Iglesia de Aguascalientes necesita un pastor con olor a oveja, que incluya a toda su grey, tan diversa y basta con realidades tan complejas que no necesita mensajes de menosprecio, condena o exclusión. Le invito a que reconsidere esa serie de declaraciones emitidas, de tal manera que no anuncie a un Jesús excluyente, en vez de uno que convive con pecadores en busca de rescatar la bondad de cada humano”.
Vía telefónica, el exdirector del Centro Ignaciano Pedro Arrupe, reiteró que la forma de expresarse no es la más adecuada ya que la comunidad de la diversidad sexual también es parte de su feligresía. Recordó que entre la religión católica ya se está debatiendo el tema de la homosexualidad de una forma seria y no bajo agresiones verbales; la semana pasada hubo un congreso en España sobre el tema de la diversidad sexual y las nuevas formas de abordarlo desde la iglesia, “salieron cosas muy interesantes y son posturas muy diferentes a las que dijo el obispo, el problema es que él no escucha los nuevos planteamientos, se cierra”.
Desde su perspectiva como católico, los mensajes deberían ser más conciliadores, que inciten a creer en la Iglesia católica; hay declaraciones de otros obispos que no hacen a un lado la postura de la iglesia pero aceptan que son derechos ciudadanos, como el caso de Raúl Vera López, obispo de Saltillo, quien asegura sobre este mismo tema de los matrimonios entre personas del mismo sexo, que son cuestiones legislativas y no de la iglesia, que a pesar de que ésta no los apruebe, no tiene por qué atacarlos ya que se trata de un derecho ciudadano, “ahí se continúa la postura de la iglesia pero sin usar los términos peyorativos”.
A la religión, indicó Navarro Dávalos, le toca acompañar a los creyentes, estar abiertos a las realidades sociales y tratar de adecuarse, aunque no las apruebe no tiene por qué ofenderlas; este y otros temas, como las madres o padres solteros o las parejas que no tienen hijos, rompen con ese modelo tradicional de familia, no precisamente hace que los integrantes de ella sean “malos” o “buenos”, pues todo está en la educación que se les dé.