- Entre reformas, la tipificación del acoso laboral pasó desapercibida
- Unos temas son para hombres y otros para mujeres, señala senadora panista
La vida parlamentaria no ha logrado librarse del sexismo, dijo Mariana Gómez del Campo, al señalar que pese a las quejas, la Reforma Energética fue dominada y quedó definida por la representación varonil en la Cámara de Senadores.
“A veces pareciera que los temas son exclusivos de hombres, en muchas de las reformas estructurales, los que estaban en la discusión eran hombres. Las senadoras de diferentes partidos políticos decíamos ‘a ese tema también le pueden entrar las mujeres’. Yo no soy abogada, pero dentro del PAN tenemos grandes abogadas, sé que hay hombres muy valiosos, pero también mujeres”.
Consideró que una discusión mixta podría cubrir puntos imperceptibles o secundarios para alguno de los géneros.
Ayer en sesión plenaria, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la nueva Ley General de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, con 420 votos, además de uno en contra y 10 abstenciones.
La senadora panista comentó que en su momento el mismo ordenamiento estuvo rodeado por la actitud criticada.
“En la Reforma Energética hubo puros hombres, en la ley de protección a nuestros niños, jóvenes y adolescentes había prácticamente puras mujeres. En diversas entrevistas veías a tres senadoras de los tres partidos políticos (PAN- PRI y PRD), pero siempre mujeres… escuchabas muy pocas voces de hombres hablando sobre esto. A veces pareciera que los temas sociales le tocan a las mujeres y las reformas estructurales a los hombres, y no”.
La clase política, añadió, debe hacer esfuerzos para cambiar lo que hoy tiene tintes de regla parlamentaria.
Dijo que en el contexto de las reformas producidas por el Pacto por México hubo una modificación al Código Penal Federal que pasó prácticamente desapercibida. El acoso laboral ha quedado establecido como delito.
“Por supuesto que hay acoso laboral, siete de cada 10 casos son mujeres. No están exentos los gobiernos. He recibido varias denuncias, sobre todo en secretarías de estados, de mujeres que me dicen ‘me acosaban laboralmente’. El acoso laboral no tiene que ver con el acoso sexual, son cosas completamente distintas”.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en el 37 por ciento de los casos las mujeres son humilladas, en el 11 por ciento presentan menos oportunidades que un hombre para ascender, en el 10 por ciento hay menos pago por una misma labor, en el cinco por ciento se les solicita pruebas de ingravidez, y en el siete por ciento reciben menos remuneraciones.
“Se da que a una mujer se le baje el sueldo, la despidan o no la contraten por su edad o por su condición civil: soltera o casada. ¿Pretendes casarte, tienes novio, quieres tener hijos, cuándo, en qué año? Yo no sabía que aquí me iban a cuestionar la parte privada”.