- El empresariado no puede quedar exento de penalizaciones, señala Godínez Antillón
- En el país se desvían millones de pesos y no hay consecuencias
Miguel Ángel Godínez Antillón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), refirió que la parte gubernamental no puede vacilar con la anunciada Ley Anticorrupción si lo que desea es abonar a la recuperación de las inversiones.
“Que no sea una ley en el cajón, que se aplique de verdad porque el tema de la corrupción desgraciadamente ha permeado en diferentes ámbitos. Lo importante es que a quien le tenga que tocar la sanción, le toque”.
Incluso, consideró, el nuevo ordenamiento debería incluir penalizaciones para los empresarios que emitan sobornos o fomenten las corruptelas. “Tanto peca el que da como el que recibe”.
“Debe ser un tema de cumplimiento. Desafortunadamente la corrupción tiene un costo en los negocios, muchos inversionistas extranjeros ya lo tienen como una partida dentro de sus costos, por desgracia así es, es algo que debe evitarse. El que da es el que tiene el sartén por el mango, no debe entregar, debe exigir un cumplimiento al funcionario”.
El dirigente mencionó que en países cultivados los pequeños deslices suelen terminar en castigos ejemplares, mientras “aquí por millones y millones de pesos que se desvían no pasa nada. El tema es que se aplique la ley”.
–¿Qué sanción se le antoja para un funcionario público que pida un soborno?
–Lo que marque la ley, desde la sanción económica hasta la cárcel, en un momento dado. Sobre todo que restituya el daño. El tema del servicio público es de convicción. Pedir (dinero) por fuera no debe ser.
–El presidente Peña considera que el mexicano es genéticamente corrupto.
–Es una mala definición, me parece que el mexicano es proclive a ganar dinero de la manera más fácil, a veces utiliza diversos elementos que caen en la corrupción. Debemos ser congruentes, si exigimos un país que avance, un gobierno que trabaje eficientemente, debemos aportar al menos con transparencia y honestidad.
Los mecanismos de fomento a la denuncia, comentó Godínez, no pueden quedar fuera de una Ley Anticorrupción, y menos en un país donde el empresariado contempla, a priori, una parte de su presupuesto para satisfacer esta demanda.
–¿A veces al empresariado no le resulta más fácil ofrecer un soborno y saltarse a la burocracia?
–Tanto peca uno como el otro y los dos tienen la culpa, el que da y el que recibe, pero de mayor importancia es el no dar que el no recibir. Esto se detiene no dando, lo vemos en carreteras, en oficinas de gobierno y hasta en empresas. Paulatinamente hay que trabajar en la cultura de la honestidad.
Pie de foto: “El que da es el que tiene el sartén por el mango, no debe entregar, debe exigir un cumplimiento al funcionario”