Chile, dulce y manteca. Desde hace 14 años la revista Líderes mexicanos hace su listado anual de los más “influyentes”, el objetivo de la publicación, dicho por ellos mismos, es hacer un “periodismo propositivo” promocionando los valores de lo que consideran casos de éxito y en su portal destacan a personajes tan disimiles como Carlos Slim, Daniel Sertvitje y Hugo Sánchez, entre muchos otros. En la edición de este año los 300 líderes más influyentes de México aparecen en orden alfabético y encabeza la lista el empresario Salomón Achar Achar, presidente del comité central de la comunidad judía. La enumeración se divide en 14 categorías, desde ciencia o cultura, hasta deportes y poder judicial; ahí se mezclan Alonso Ancira, presidente de Altos Hornos de México con María Asunción Aramburuzabala, vicepresidente del grupo Modelo, el rector de la UNAM, José Narro Robles, con el actor Diego Luna, o los escritores Elena Poniatowska, Sergio Pitol y Juan Villoro con el periodista Julio Scherer García. Básicamente, es imposible no estar en la relación, el criterio de los editores es tan… amplio, que más que la repetición en la lista, al menos en el caso de los políticos, son las ausencias las inexplicables, un ejemplo rápido, en la categoría de Política, junto a los presidentes de los tres partidos mayoritarios (César Camacho, Gustavo Madero y Jesús Zambrano) están el presidente del INE, Lorenzo Córdova, Andrés Manuel López Obrador y René Bejarano… pero no aparece Enrique Alfaro, mientras que en la categoría Poder Ejecutivo sí aparece Aristóteles Sandoval… ¿en serio?, el Señor de las Ligas sí, el gobernador de Jalisco también, pero el presidente de Alianza Ciudadana y exalcaldes de Tlajomulco ¿no?
¿Hay ausencias que triunfan? De nuevo, con el desconocido criterio de la revista para designar “influyentes”, se entiende la presencia en esa categoría de Poder Ejecutivo de 18 de los titulares de la administración en las entidades federativas, desde el del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas hasta Rolando Zapata Bello de Yucatán, de hecho es una de las categorías más concurridas pues no sólo los gobernadores entran, también algunos miembros del gabinete de Enrique Peña Nieto (quien encabezó la comida de presentación del publirreportaje, ah no, de la edición de la revista), pero le decíamos que las omisiones son lo que cuentan entonces, no aparece el gobernador de Michoacán, pero sí Alfredo Castillo Cervantes, el comisionado para la seguridad y desarrollo de esa entidad; tampoco aparecen los gobernadores de las Bajas Californias, ni Coahuila, Colima, Durango, Guerrero o Nayarit… lo que se presta al sospechosismo y elucubración, ¿no le alcanzó a Gabino Cué o ir en contra de la Reforma Educativa le hace perder turno al gobernador de Oaxaca, que vaya a liderear la Conago, no cuenta? Tampoco alcanzaron sitio los titulares del Ejecutivo de Sinaloa, Tamaulipas y Tlaxcala, es más, de los 300 quedó fuera el gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes, pero sí está el coordinador de Comunicación Social de Presidencia, David Epifanio López Gutiérrez y Erwin Manuel Lino Zárate, el secretario particular de Enrique Peña Nieto… A la luz de esas ausencias, pero sobre todo por el brillo de algunas presencias, la lista de This is Sparta y sus 300, pues, tampoco es para tanto, básicamente tiene el mismo valor que cuando en Facebook te invitan a hacer la lista de las 10 canciones que te cambiaron la vida o las 10 hamburguesas más sabrosas… ¿no?
Otras voces, otros ámbitos. Así las cosas, las listas no son tan listas o no debieran tener importancia, no al menos en el ámbito local, donde a través de otras apariciones, los suspirantes buscan ubicarse en el top of mindaguascalentense, aunque, como dicen los clásicos, también en las presentaciones locales hay niveles. Mientras que el fin de semana Miguel Romo Medina y Lorena Martínez hicieron sus apariciones públicas tanto para presentar libros como para correr algunos kilómetros, además de unirse a la consulta del PRI, hay quienes insisten en seguir el ejemplo creyendo que basta con levantar la mano, en el caso del PRI está Gabriel Arellano Espinosa, quien no quiso quedarse atrás del senador y la procuradora y, sin convocatoria de su partido a medios, acudió a firmar su adhesión a la Consulta Ciudadana para reducir plurinominales y senadores de partido… “Sí voy, estoy en lo mío por supuesto que sí voy, no me voy a rajar”, este, ajá, por si alguien andaba preocupado. A diferencia del evento similar del pasado domingo, en que Lorena Martínez Rodríguez estampara su firma de adhesión a la Consulta Ciudadana del PRI para reducir las diputaciones de representación proporcional, “porque ya son insostenibles”, diría la alcaldesa, su partido no convocó a los medios para atestiguar la visita de Arellano Espinosa al mismo evento, y eso que al exalcalde también lo acompañaron Guadalupe Ortega Valdivia y Lucía Armendáriz.
Darse a desear… el exalcalde se toma en serio eso de posicionarse, pero, consideramos que está un poco fuera de lugar el buscar que los amigos de la prensa tengan que buscarlo para poder presumir que sí va, para que diga que él está haciendo lo suyo, con toda una estructura y maquinaria de trabajo en activo, recorriendo colonias, comunidades y rancherías del estado, llevando apoyo a los sectores predominantemente vulnerables de la población. Gabriela Arellano le está apostando a un trabajo paralelo donde frases como “Soy institucional y me apego estrictamente a los mecanismos y los calendarios que implemente mi partido, mientras tanto, vamos a seguir trabajando”, dichas después de Lorena Martínez y Miguel Romo Medina puedan servir… segundas partes nunca fueron buenas, pero esa es la estrategia del exalcalde… quién sabe si funcione.
Jugar a los medios. Donde sí están jugando al corre, ve y dile con los amigos de la prensa es entre empresarios. A últimas fechas se han esforzado por ser nota, aunque en el fondo todo dependa, como en la selección de candidatos del PRI, del PRImer elector; el relevo o reelección de Miguel Ángel Godínez Antillón se ha vuelto, a fuerza de inserciones, boletines y declaraciones, un asunto con una mayor importancia de la que realmente tiene. Por lo pronto, le podemos informar que Pedro de la Serna López no va por la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial, Heberto Vara no estiró y pocos apoyan a Jaime Durán Padilla, los declarantes más visibles en este intercambio de mensajes de doble sentido en que han convertido los del sector privado sus llamadas a los programas de radio y sus susurros a las columnas.
Anecdótico. ¿Por qué le decimos lo de Jaime Durán? Una anécdota: el martes 12 de agosto, a bordo del autobús en que realiza sus giras Carlos Lozano de la Torre pide: “Barajas, dile a los periodistas que vengan”, ordenó el gobernador cuando le tocaba turno al actual presidente de Coparmex; no queda más remedio que preguntarse si esa fue la forma de quitárselo de encima, cuando era evidente que el joven empresario iba por la bendición del titular del Ejecutivo estatal (que sí, sí aparece en la lista de los 300) ; al final, durante esa gira, Durán Padilla no consiguió su evidente propósito de quedarse a solas con Lozano de la Torre. La comitiva, al término del acto, volvió al vehículo oficial. Los reporteros tomaron sus lugares, acompañaba al gobernador su esposa, Blanca Rivera Río, y aunque Jaime Durán lo persiguió todo el recorrido, nomás no tuvo la oportunidad de presentarse como el bueno. Días previos a la asamblea de este sábado del CCE, cuatro cámaras no pagaron sus cuotas y no estuvieron presentes para votar a favor o en contra de la reelección de Miguel Ángel Godínez Antillón: La Federación Turística, el Colegio de Abogados, la Cámara del Vestido y la Cámara Maderera. También estuvo ausente la Asociación de Avicultores que preside el hijo de Jorge Quezada Muñoz, Patricio Quezada Macías, quien sí pagó pero tuvo que viajar de última hora, por lo que sólo estuvieron presentes 26 de las 34 cámaras que había en 2012 cuanto asumiera Godínez Antillón, y de las 39 con que se fundara ese organismo en 1993. Es decir, lo que se puede ver es la deserción, por un lado; y la decepción, por el otro.
La del estribo. En resumen, los nombres que se mencionaban para contender por la presidencia del CCE son, en primer lugar y en orden de “peso específico”: Pedro de la Serna López, expresidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción; el presidente la Canacintra, Heberto Vara Oropeza y su homólogo de la Coparmex, Jaime Durán, y nada más. De la Serna dijo ayer que no va, que tiene mucho trabajo donde está, en su empresa Maconser; y Vara Oropeza no cuenta con el apoyo requerido, porque desde su vicepresidencia en el CCE no consiguió que la averiguación previa contra Rafael Medina y socios, acusados de llevarse más de 11 millones de pesos, prosperara lo necesario para lavar la desgastada imagen empresarial, y Jaime Durán… Bueno, ahí está la anécdota, aunque Roberto Díaz Ruiz diga a quien quiera escucharlo que “Habrá sorpresa”. ¿Será?
@PurisimaGrilla