Modi, practicante del Arthashastra / Taktika - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Tokio, Japón. 1 de septiembre de 2014. Vistiendo una kurta, prenda tradicional confeccionada con seda y algodón, el primer ministro de la India, Narendra Modi, voltea hacia su anfitrión, el premier Shinzo Abe, y le dice: “Si el siglo XXI es una centuria asiática, entonces la dirección futura de Asia moldeará el destino del mundo”.

La escena arriba descrita sirve como prefacio al presente artículo, el cual pretende explicar cómo la diplomacia económica y la autonomía estratégica del primer ministro de la India, Narendra Modi, parecieran una calca del libro Arthashastra.

Chandragupta, tras el vacío de poder dejado por la retirada de las falanges macedonias de Alejandro Magno, se dedicó a unificar la mayor parte del subcontinente indio bajo su liderazgo. El primer ministro de Chandragupta, un brahmán llamado Chanakia o Visnú Gupta, redactó un tratado llamado Arthashastra (Ciencia de la Economía Política).

El libro en cuestión, el cual ha sido comparado al Arte de la Guerra de Sun Tzu o a El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, es un “ejemplo típico de la falta de moralidad”, ya que describe, con un helado realismo, la serie de artimañas y estratagemas a los que debe recurrir un gobernante para tutelar y administrar un dominio, pues “en la felicidad de sus súbditos radica la felicidad del reino, en el bienestar de ellos, su bienestar”.

Narendra Modi arribó al poder con la fama de implementar programas que llevaron el agua potable y la electricidad para la población del Estado de Gujarat. Además, priorizó el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. Por último, Modi atrajo inversión proveniente de China, Corea del Sur y Japón.

En la cuestión de política exterior, el discurso de Modi, sin embargo, fue nacionalista, pues insistía que India no debía, en una clara alusión a China, ser “cercado por potencia extranjera alguna”. Además, propugnaba continuar con la alianza estratégica que los Estados Unidos, bajo la égida de George El Texano Tóxico Bush, habían ofrecido a la India.

Los primeros pasos de Modi en el ámbito internacional parecieron confirmar su dicho: sus primeras visitas fueron a Bután y Nepal, países situados en la frontera con China. Luego recibió a una delegación de Australia, país muy cercano a la Unión Americana. Enseguida, visitó Alemania para reunirse con la canciller, Frau Angela Merkel.

No obstante, una vez reunido, en Fortaleza, Brasil, con los líderes de los llamados “países emergentes”, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), acordó conjuntamente la creación de un banco de desarrollo y un fondo de reserva, los cuales serán el contrapeso de las instituciones financieras dominadas por los Estados Unidos y la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

A finales de agosto pasado, Modi viajó a Japón, donde adhiriéndose a su eslogan de “Hecho en India”, invitó a la comunidad empresarial nipona a considerar a la India como “un centro de distribución competitivo y a bajo costo”. Además, durante un discurso en la Bolsa de Valores de Tokio, el primer ministro indio dijo que su país ofrecía a los inversionistas japoneses las 3Ds: democracia, demografía y demanda.


Modi -que pareciera seguir otro consejo tomado del Arthashastra, el cual consiste en el uso del Sama (persuasión gentil)-, escogió el 17 de septiembre, fecha de su onomástico, para recibir en su entidad natal, Gujarat, al presidente de China, Xi Jinping.

Los chinos, viejos rivales estratégicos de la India, han ofrecido invertir 50 mil millones de dólares para modernizar el sistema ferroviario de la India. Además, en un intento de seducir a los indios, Xi ha ofrecido signar un acuerdo para comprar productos indios. Este hecho mitigaría el enorme déficit comercial de la India con China.

Las instituciones acordadas con los BRICS, la “alianza especial global y estratégica” con Japón, y la visita del líder Chino, parecieran seguir el consejo de Chanakia de que el artha (economía sólida) es muy importante, pues el dharma y el karma obedecen a ella.

En el aspecto estratégico, Modi ha renovado la alianza militar, la cual data desde los tiempos soviéticos, con Rusia. Para tal efecto, las marinas de guerra de ambos países realizaron, en julio, ejercicios navales cerca de la ciudad de Vladivostok. Asimismo, aviones de combate indios se entrenaron, en agosto, con sus contrapartes rusas.

Igualmente, Modi visitará los Estados Unidos, donde hablará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, y, posiblemente, en un intento por enmendar la relación bilateral, dañada por el supuesto espionaje norteamericano en la India, se entrevistará con el presidente Barack Obama.

Modi quizás no tenga la publicidad que rodea al genio de la geopolítica moderna, Vladimir Putin, o a la líder de facto de la Unión Europea, Angela Merkel, pero India, la mayor democracia y el segundo país más poblado del planeta, es digna de tomar en cuenta.

Aide-Mémoire.- El referéndum escocés decidirá la suerte del Reino Unido e influirá en la posible atomización de Europa.


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