GanóMario Armando Valdez Herrera, de aquí a septiembre del 2018, será quien lleve las riendas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; el candidato que apoyó la exsecretaria Silvia Luna Rodríguez, se llevó la elección del fin de semana con casi 280 de los más de 300 votos, aunque en el auditorio de la Universidad Tecnológica de Aguascalientes, en las listas de participantes sólo estaban 293 delegados con derecho a voto.
Perdió, evidentemente, Juana Alicia Espinosa de los Monteros Ortiz, no sólo porque se va la otrora primera maestra de la entidad, pues por estatutos del sindicato ya era hora de que la relevaran, pierde porque el cambio sólo confirma que fue relegada en las simpatías de la dirección central del SNTE, desde principios de año, cuando Juan Díaz de la Torre envía a Abel Espinoza Suárez a Aguascalientes para quitarle todo poder sobre la chequera del sindicato de maestros; pero también pierde porque el candidato al que apoyó, junto con Heriberto Gallegos Serna, no logró convencer.
Ganó el voto de los delegados Valdez Herrera por encima de las candidaturas de Ramón García Alvizo, María Elena Uribe Torres y Antonio Murillo Adame; ahora, quienes lo apoyaron, además de Luna Rodríguez, pedirán su parte del pastel, así que no tardarán en aparecerse en busca de puesto Estela Cortés y Abner Martínez Robles (quienes fueron los primeros que se presentaron junto con el candidato ganador para integrar una planilla, y junto a ellos vienen Manuel de Jesús Anaya Cardona, Antonio Trinidad Cruz y Herminio Ventura Rodríguez, como le habíamos adelantado en la columna del viernes pasado.
Perdió o está por verse pero no la tiene sencilla, la estructura con que el delegado Abel Espinoza Suárez intentaba renovar la Sección I del sindicato, su SNTE joven; es decir, no bastó ir limpiando la estructura administrativa (más parecida a una corte) que han dejado a su paso los exsecretarios y que logró, aunque sea momentáneamente, deslindar las oficinas de la representación magisterial de las del Partido Nueva Alianza, tan así, que Armando Quezada Chávez no pudo convencer a nadie de que lo apoyaran en una nueva aventura de candidatearse, ni siquiera para engordar la lista (como hizo en las elecciones pasadas). Los movimientos del delegado al interior de la oficina del SNTE incluso alentó la participación de un candidato independiente, el líder de los jubilados, Antonio Murillo Adame, quien hizo campaña sabiendo que no tenía oportunidad de ganar, pero sus declaraciones mediáticas permitieron conocer el desconcierto de la Base Magisterial y lo alejados que están los maestros de quienes los representan.
Ganó a pesar de todo la diputada Juana Alicia Espinosa de los Monteros Ortiz, pues si bien no se llevó la elección su candidato (Ramón García Alvizo), la influencia que tuvo en el proceso bastó para que no se hicieran públicos los resultados de la auditoría a su gestión al frente de la Sección I del SNTE. Se supone que antes de elegir nuevo representante sindical el Comité de Vigilancia, Transparencia y Rendición de Resultados del CEN informaría los resultados, sin embargo, se convenció a los delegados que favorecían a Valdez Herrera que era preferible echar tierra al asunto, con el pretexto de que ventilar las irregularidades de la administración de la actual diputada “sería un atentado contra la unidad del magisterio”… ahí nomás.
Todos ponen, aunque por las plantillas que participaron en la elección ya se daba por hecho que no habría cambios sustanciales en el SNTE, no deja de llamar la atención la discreta retirada del delegado Espinoza Suárez, pues si bien su actitud desde que llegó a Aguascalientes ha correspondido a un característico poco ruido y muchas nueces, en este caso la reserva con que actuó durante el proceso sólo da señales de una retirada que deja en manos de la empoderada Silvia Luna Rodríguez al sindicato. Y aunque se demostró, como tanto insistió Francisco Chávez Rangel, que el gobierno estatal no intervino en las elecciones, el mutis del delegado deja terreno fértil para la especulación, pues frente a las autoridades la carga del respaldo con que llega Mario Armando Valdezno es la mejor. No es sólo que en este tiempo la Reforma Educativa haya quitado presión a la relación entre los gobiernos estatales y los representantes sindicales de los maestros, es que además la administración de Carlos Lozano de la Torre ya se había deslindado tanto de Espinosa de los Monteros como de Silvia Luna; si se repasan los últimos “conflictos” entre los maestros y la autoridad estatal, el SNTE no juega y en el Congreso el voto incondicional de la Juana Alicia y Salvador Dávila Montoya no ha servido de mucho.
Toma dos. Con poco, o casi nada que negociar en materia presupuestal con el gobierno estatal, la dirigencia de la Sección I del SNTE no parece ya la llave más adecuada para que Silvia Luna Rodríguez vuelva por sus fueros y sea una candidata con la venia de Palacio; además, el nuevo dirigente llega con la sombra de haber sido uno de los más de 60 comisionados que aparecían en una lista oficial que mostraba cómo le mordían a la nómina, todavía a finales de 2012 Mario Armando Valdez Herrera aparecía cobrando como comisionado en dos ocasiones, en una le pagaban 110,343 pesos y en otra 167,199 pesos en ese catálogo que nunca fue desmentido y que la omisión de la auditoría no permitirá comprobar para que le rindan cuentas a los maestros, pues con todo, una parte del dinero sale de las contribuciones que hace el magisterio.
Pon 1. En ese escenario, a menos que el delegado Abel Espinoza Suárez tenga un as guardado bajo la manga, se puede suponer el ascenso de Silvia Luna Rodríguez a Nueva Alianza y a Yuri Antonio Trinidad presentándose como candidato a diputado federal para la siguiente elección, ante la sosegada aceptación de Arturo Fernández Estrada, quien lo más que puede pedir es que ya lo releven de la dirigencia del Panal, cargo del que lo han estado queriendo quitar desde la campaña anterior, pues de acuerdo a los estatutos del partido no se puede ser regidor y presidente del Comité de Dirección Estatal. Fernández Estrada había estado jugando sus cartas a favor de Juana Alicia Espinosa de los Monteros pues cuando se le cuestionaba sobre la doble función como diputada y líder sindical, quien cobra como dirigente partidista y regidor (y presidente de la Comisión de Educación en el Cabildo de Antonio Martín del Campo) incluso se presentaba como ejemplo de que sí se puede cumplir con dos encargos (aunque las leyes digan otra cosa), quien sabe si esa justificación le funcione con Silvia Luna, quien necesita al Panal para volver al ruedo de la política.
Toma todo. Lo que queda claro es que la recomposición de Nueva Alianza y la Sección 1 del SNTE sólo incumbe a los dirigentes de siempre, no a sus representados (los maestros están ocupados en otras cosas) y mucho menos al gobierno estatal. En ese escenario es que se espera la presentación en sociedad de Mario Armando Valdez Herrera.
¿Y todo para qué? Después de tanto alboroto por un periodo extraordinario, los panistas se quedaron viéndolo a lo lejos porque de tantas iniciativas que Adolfo Suárezapostó para subir al Pleno sólo le aceptaron la de Sylvia Garfias y además modificada por una priista (Lourdes Dávila). En la sesión de la Diputación Permanente donde se convocó a tal periodo extraordinario, llenaron la sala como espectadores los panista menos el que debería de haber estado como vicepresidente de la diputación, Mario Álvarez Michaus, luego se quejan que no les dan lugares en las mesas directivas ¿para qué las quieren si se la pasan parloteando o faltando sin permiso?
La del estribo. Y así comenzamos la semana, que se espera movida en materia de noticias sobre suspirantes del tricolor, hoy antes de mediodía Carlos Lozano de la Torre firmará un convenio de colaboración con la Profeco, incluso se ha convocado a una conferencia de prensa en conjunto con la procuradora Lorena Martínez, será inevitable que la cuestionen (sí, otra vez) sobre sus aspiraciones; como en la noche la exalcaldesa tiene programado un encuentro con mujeres empresarias, no dude que enseguida el PAN se lance contra ella.
@PurisimaGrilla