- El geólogo Arturo Sotelo Rodríguez detalló las características en las que se encuentra el subsuelo del estado, condicionadas por movimientos tectónicos
- La reciente inundación de catedral obliga a replantear los motivos de su hundimiento, lo cual se debe a la existencia de una falla de 500 metros de longitud
Apenas hace poco más de una semana, la catedral del estado, ubicada en el centro de la ciudad de Aguascalientes, sería víctima de una inundación producto de las obras que se realizan en el Centro Histórico de la capital, así como el mismo hundimiento que ha mostrado durante los años el recinto religioso.
Al respecto cuestionamos a Arturo Sotelo Rodríguez, secretario del Colegio de Ingenieros Geólogos de Aguascalientes, quien aseveró que el suceso en el centro de la ciudad se debe a la existencia de actividad sísmica, y la ubicación de una falla geológica que cuenta con una longitud aproximada a los 500 metros, pero que durante años ha mostrado signos de inactividad, al igual que otras ubicadas en Jesús María y al sur del municipio de Aguascalientes, en el fraccionamiento Insurgentes, mismas que dijo, por las condiciones del subsuelo, compuestas de roca volcánica, echan abajo el argumento de los fenómenos debido a la explotación excesiva de los mantos acuíferos.
Sotelo Rodríguez señaló que con la instalación de la estación del Servicio Sismológico Nacional, ubicada en la Posta Zootécnica de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, se acepta la existencia de actividad sísmica en el estado, algo que durante muchos años se negó por parte de los gobiernos.
Estableció que los fenómenos están condicionados por la existencia de dos fallas geológicas de grandes dimensiones, una al poniente del estado, que atraviesa el municipio de Rincón de Romos, con una longitud de sur a norte de 150 kilómetros, mientras que otra al oriente con una longitud de 70 kilómetros, las cuales se formaron hace aproximadamente 18 millones de años según su composición.
Los hundimientos que se han registrado en el estado, como el referido en la catedral, así como en múltiples regiones de los diferentes municipios, estableció, han sido provocados por el desplazamiento de dichas fallas, llamadas también transcurrentes y que se mueven en sentido vertical, de norte a sur, provenientes de la falla de San Andrés, desde San Francisco, California, en los Estados Unidos, una zona de importante presencia sísmica.
Desde 1980, detalló el miembro del Colegio de Ingenieros Geólogos de Aguascalientes, se ha comenzado a manifestar el fenómeno del surgimiento de fallas desvinculado con la explotación de agua en el subsuelo, y advirtió que dicho fenómeno ha sido acreditado por el Servicio Geológico Norteamericano.
Criticó que aún cuando se ha determinado la instalación de la estación sísmica, el Servicio Nacional no explique las razones por las cuales se manifiesta la actividad telúrica, ni tampoco con qué frecuencia puede presentarse y de cuál magnitud. En el fondo, sentenció, todo lleva a un problema que el gobierno no ha atendido, correspondiente a la percepción que tiene el Fondo Nacional de Desastres Naturales, quien al no considerar dichas fallas como un fenómeno natural sino condicionado por la explotación del subsuelo, deja de erogar recursos para las familias que han visto afectaciones en sus viviendas y propiedades con dicha actividad.