- La Quinta Semana de Historia en la UAA concluyó con la conferencia del académico Pedro Salmerón Sanginés
- El investigador de la UNAM habló acerca de los diferentes escritores que han publicado obras con versiones alternas a la “historia oficial”, creyéndose poseedores de la verdad
Luego de dos días de actividades académicas en torno a la celebración de la Quinta Semana de Historia en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), este jueves se dieron por concluidos los trabajos, destacándose la conferencia de clausura, encabezada por Pedro Salmerón Sanginés, historiador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien habló acerca de los escritores que a través de sus obras, ofrecen lecturas que se anuncian como desmitificadoras y alternas a la historia oficial, a los cuales calificó de falsificadores.
Para Salmerón Sanginés, dichos escritos han marcado los intentos por modificar la historia de México, pretendiendo constituirse como versiones alternas a la historia oficial, misma que se dice, fue estructurada por el priismo, partido que gobernó por más de 70 años el país, lo que le valió para calificarlo como autoritario y hegemónico pero no totalitario.
Para criticar el proceso de falsedades en las que algunos escritores se basan para querer modificar la historia, el académico de la UNAM recordó el proceso de transformación de los libros de texto gratuito de Historia y como tanto los movimientos de izquierda como de derecha han pugnado por una u otra versión, sin embargo, puso énfasis en la crítica hacia aquellos que “se pretenden vestir de héroes al criticar la historia oficial y decir que son desmitificadores de ésta, yendo en contra de lo establecido en los libros de texto gratuito”.
Señaló que los historiadores del siglo XX no debatían sobre la Revolución Mexicana, lo que creó una especie de movimiento que se convirtió en moda, los denominados “desmitificadores”, explicó, vieron su principal momento posterior a 1992, cuando durante la estancia del Ernesto Zedillo como secretario de Educación, se impulsó la transformación de los libros de texto gratuito, teniendo detrás de sí a su principal operadora, Elba Esther Gordillo, así como un importante número de intelectuales como Héctor Aguilar Camín. Los intelectuales basaban su argumento en que gran parte de la historia reflejada en los libros de texto eran mentiras por lo que habría que cambiarlos, sin embargo, se creó, desde su perspectiva, una historia incomprensible, cambiando desde 1992 a la fecha, 19 veces los programas de Historia.
Hizo mención sobre la labor de Luis González de Alba, el cual -consideró Salmerón Sanginés- escribió un libro lleno de mentiras titulado “Las mentiras de mis maestros”, mismo que fue ampliamente promocionado por los medios de comunicación, en el que se tenía a los mexicanos como acomplejados y llenos de mitos sobre diversas situaciones, como la propiedad del petróleo, entre otras, basándose en una visión conservadora contemporánea y como plagio de escritos de Bulnes y Vasconcelos, para modificar la historia.
Criticó que con dichas pretensiones se “vulgarizaran las ideas de la historia de México para poder llegar a la modernización” y subrayó que “parece que les cuesta mucho trabajo leer a historiadores de verdad”. Detalló que entre sus principales mentiras, González de Alba habla de la extensión del territorio nacional y el de Estados Unidos previo a la invasión de dicho país.
Además de González de Alba, añadió a Macario Schettino, al que también situó entre los escritores de falsedades anunciadas como verdades absolutas y expuso que su sustento se basa en prejuicios y un desprecio por el análisis de los hechos históricos, ya que este último, advirtió, rechaza las causas de la Revolución Mexicana, concernientes al problema agrario y la desigualdad social, la emancipación de la clase obrera, y la lucha antiimperialista.
A dichos autores agregó a otros escritores como Armando Fuentes Aguirre Catón, y se reservó utilizar el mismo calificativo para novelistas que parece que pretenden escribir sobre historias reales disfrazadas de novelas.
Pedro Salmerón hizo un llamado a los historiadores, académicos y estudiantes, a no caer en dichos vicios, sino escribir con la verdad, dejando de lado el interés económico, que ha orillado, desde su perspectiva, a dichos autores a escribir de esa manera y en contraste adquirir un compromiso como historiadores que divulgan su disciplina.