El bueno, el malo y el feo. Un corrido de consultas populares - LJA Aguascalientes
21/11/2024

A la hilaridad social, se le ha sumado otro tema más: no se nos distraiga el ciudadano con otra cosa, así que hagamos consultas para preguntarle lo que le gusta o no de las leyes, es más, qué tal si le preguntamos si quitamos o ponemos leyes.

La perenne lucha de “pertenencia” del petróleo que encabezan las izquierdas mexicanas, dígase el PRD y la sucursal uno, MORENA, han reunido unos millones de firmas para impedir que se “venda” el petróleo a la iniciativa privada. Cabe mencionar que al menos ya no fue con marchas, sino ahora con cajas llenas de firmas. “El petróleo es nuestro” dicen y a nosotros que nunca nos llegó el cheque con las utilidades anuales de aquella empresa pública.

Una empresa pública es un organismo que se deja bajo la administración del gobierno cuando se tratan de temas estratégicos como el petróleo, la electrificación y los recursos naturales, según comenta la Constitución. Las empresas públicas pueden tener un lucro o ser de asistencia social como los Pronósticos para la Asistencia Pública, que a través de sorteos se supone reúnen recursos para programas sociales gubernamentales.

El pleito por el petróleo tiene un significado histórico, pero los que se meten a fondo, saben que el presidente Cárdenas recuperó y no el petróleo de la Huasteca petroleum Company o de la Royal Duch Shell. Lo digo porque, en efecto, en términos de la ley y de los activos, éstos fueron retomados por el gobierno, pero al poco tiempo de la expropiación petrolera, se tuvo que pedir apoyo, asesoría y recontratación de personal estratégico que manejara y mantuviera esos activos en operación. Justo lo que se pretende hacer ahora: sin perder el patrimonio, pedir apoyo. En fin.

Por otro lado, los panistas andan queriendo subir el salario para subir la inflación o al menos eso parece. El tema del salario surge con Mancera en el DF, y no estaría mal subirlo, siempre y cuando suba también la economía, porque está medio complicado nomás subir el salario por decreto y que la economía no mejore, en fin, otra cosa que parece lógica. Será que los tecnócratas saben algo que los de a pie no.

Y el tema de bajarle senadores y diputados a la cámara, este tema lo había escuchado mucho en voz de Pedro Ferriz hasta que, como dijo Cantinflas “le encontraron un detalle” y ya no he oído nada. Pero en el PRI están seguros que se puede y eso ha generado distinta voz, primera, sobre la viabilidad y segunda -los más enganchados- sobre “la intención obscura de los priístas a quitarles representatividad proporcional a los partidos chicos” -que por lo general son los izquierdos.

Los tres temas son interesantes. Los tres temas son inviables desde la consulta popular. No requerirían una consulta popular para poderlos realizar. Sí es necesario distinguir el proceso legislativo y la capacidad ciudadana para presentar iniciativas populares, y por otro lado el tema real de impacto que tiene una consulta popular. La pregunta sería así: ¿Qué pasará entonces si estas consultas generan una expectativa alta en los consultados? ¿En realidad esos cambios pretendidos se llevarán a cabo? Es como preguntarle a un pobre si quiere ser rico, la respuesta será que sí en la mayoría de los casos, pero que responda sí, no necesariamente implica que lo vaya a ser ni en el corto ni en el largo plazo. Sugiero que se tome en cuenta el dicho popular de “al César lo que es del César y adiós que te vaya bien”, en el que le damos a los legisladores su chamba de legislar sin hacer menos cabo a los ciudadanos para opinar o participar, pero estas consultas, según el punto de vista de quien esto escribe, sólo generarán expectativas incumplidas. Las consultas se deben de hacer cuando se están elaborando las leyes, para que los expertos participen en la construcción de las mejores leyes.

La dinámica de participación ciudadana con base en consultas también tiene sus riesgos, y esos al parecer no están siendo calibrados por los partidos -o quizás están siendo demasiado calibrados- puesto que querer hacer de las consultas una forma más de hacer grilla o presión para las componendas típicas del trabajo político, puede ser peligroso, más con una sociedad que cada día se informa más y participa de manera más unánime a través de las redes sociales

Las consultas tuvieron o tienen las siguientes preguntas:


MORENA: ¿Estás de acuerdo o no en que se otorguen contratos o concesiones a particulares, nacionales o extranjeros, para la explotación del petróleo, gas, refinación, petroquímica y la industria eléctrica?

PRD: ¿Estás de acuerdo en que se mantengan las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución en materia energética?

PAN: ¿Estás de acuerdo en que la Ley Federal del Trabajo establezca que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) fije un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia para garantizar al menos la línea de bienestar determinada por la Consejo Nacional de Evaluación (Coneval)?

PRI: ¿Estás de acuerdo en que se modifique la Constitución para que se eliminen 100 de los 200 diputados federales plurinominales y los 32 senadores de representación proporcional?

Mi pregunta es, estimado lector: ¿Está usted de acuerdo con las consultas ciudadanas?

[email protected]


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