- Celebrando sus 50 años de trayectoria teatral, preparó un mosaico escénico en el Teatro Víctor Sandoval
- Para la actriz, el problema de algunos jóvenes talentos es la falta de compromiso
Con un mosaico escénico enmarcado en cinco historias representativas para la vida profesional de Graciela Martín, le fue celebrado este fin de semana en el Teatro Víctor Sandoval sus 50 años de trayectoria teatral, “esta mujer es uno de los grandes personajes de Aguascalientes que ha dado todo por el teatro”, destacó la directora del mosaico, Mariana Torres, minutos antes de comenzar la celebración.
La Casa de Bernarda Alba,una tragedia española representada por Graciela Martín y Aída Ortiz comenzó el mosaico para dar pie al melodrama Inolvidable,con Claudia Ortega, en la cual compartió su cercanía con la historia pues justo cuando iban a estrenarla, su familia acogía el dolor de perder a un hermano, “así como Gertrudis y Marcela lloran la pérdida de Damián, yo sufría la de mi hermano”, compartió la actriz, con lágrimas en los ojos, al público.
Cambiando de escenario y de expresión, presentó La boda de la mujer maravilla junto a Melquiades, un imaginario hombre en la silla. Apoyada por Beto Béjar comenzó Los Perros, retratando una de tantas historias del México rural donde las mujeres son raptadas para parir y servir a un hombre; en ésta, Graciela Martín interpretó duramente a Marcela, quien sufrió el abuso por parte de Antonio Rosales.
Cerrando con fuerza, Alexa Torres subió al escenario como “Tacón dorado” acompañando a la celebrada con su personaje “Siempreviva” en la historia Cada quien su vida, un par de prostitutas que en medio del ambiente sórdido que habitan, han sabido tejer una fuerte amistad que las salva de la desesperanza y las conduce por un mejor camino.
Durante poco más de media hora, Mariana Torres presentó un video en el cual personalidades reconocidas a nivel local como Jesús Velasco, Silvia Martínez y José Concepción hablaron de la trayectoria de Graciela Martín, agradeciendo en múltiples ocasiones la terquedad con la cual trabaja, pues les ha enseñado a que en el teatro nada es imposible si se hace con pasión y entrega.
Una vez develada la placa conmemorativa, Graciela Martín indicó a La Jornada Aguascalientes que a lo largo de estos años ha sido fiel a su corazón donde cada fibra de su mente y sentir le ordenan hacer teatro, “mi empresa me da para comer, pero el teatro me da para vivir”.
Aunque no existe una fórmula perfecta para que un actor sea exitoso, sí lo hay para que sea de calidad, “tienes que ser entregado, profesional y no quejarse de que no hay dinero ni apoyos, porque ésos los consigues tú con tu trabajo”, si se continúa diciendo que el teatro está en crisis es por aquellas personas que dejan la entrega y disciplina por querer todo en “charola de plata”, siendo que, como cualquier otra rama de las Bellas Artes, se necesita de gestión, esfuerzo, iniciativa y paciencia.
El que las instituciones de educación superior locales hayan tomado el reto de elevar a licenciatura el teatro, es signo del avance que se tiene en el estado porque se está dejando de ver al teatro como una actividad indisciplinada, sin gota de profesionalismo, “me da gusto que cada vez más se está tomando en serio al teatro, es magnífico que se estén preparando a los actores porque así elevará la calidad de los productos que se les ofrece al público”, teniendo a mejores creadores se podrá dejar atrás la mala ideología de la sociedad de que los actores viven de los aplausos, “así se podrá educar al público a pagar por ver”.
Y es que el teatro, para Martín, es como cualquier otra profesión, así como se estudia para un contador público o abogado, un actor debe prepararse con libros, prácticas, trabajos, investigaciones y no sólo con representar a un personajes en un escenario, “detrás de cada personaje hay todo un trabajo del actor, director, coreógrafo, vestuarista, iluminista, es todo un equipo que nadie los toma en cuenta”.
El problema en algunos de los nuevos talentos es la falta de compromiso, desde que ingresan a la carrera hasta que egresan, pocos son los que realmente se comprometen a hacer teatro de calidad, “algunos creen que porque estar guapas o guapos ya van a ser la estrella que todo México esperaba, igual tendrán dos o tres papelitos pero a la larga no avanzarán más. El teatro no es fama, es entrega, pasión y mucho esfuerzo”, por ello insistió en que durante el camino de la academia, los docentes son lo más importante para el futuro del joven, pues así como pueden convertirlo en un excelente creador de teatro, pueden fallar y convertirlo en el peor ególatra y presumido.
“Tendré 50 años en esto pero no hay día que no siga aprendiendo y lo seguiré haciendo, soy tan terca que creo moriré en los escenarios”, concluyó sonriente al cuestionarle si ya con cinco décadas de trabajo dejaría de actuar.
Pie de foto: “El teatro no es fama, es entrega, pasión y mucho esfuerzo”