Para el segundo concierto de temporada, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes nos presentó un programa que inicia con la Obertura Carnaval, Op. 92 de Antonin Dvorak, una obra cargada de elementos folclóricos de bohemia, lo que no debe extrañarnos si consideramos que este compositor es uno de los más comprometidos con el nacionalismo musical de Bohemia.
La segunda obra fue la Suite Algerinne, Op. 60 de Camille Sain-Saëns para terminar, después del intermedio, con el Gloria de Francis Poulenc. Esta obra está estructurada en seis partes, todas ellas con un apego fiel a la liturgia católica romana. Poulenc escribió su Gloria para soprano solista, coro y orquesta. Los intérpretes para esta ocasión fueron la soprano Lorena Flores, el Coro de Ópera del Instituto Cultural de Aguascalientes, nuestra Orquesta Sinfónica y la batuta del titular de nuestra principal organización música, el maestro Román Revueltas.
Como vemos, el programa quedó definido con dos compositores franceses, Saint-Saëns y Poulenc y uno checo, Dvorak. Podemos encontrar elementos nacionalistas en dos de ellos, evidentemente en el compositor bohemio y en el francés Poulenc, aunque en este caso no es un nacionalismo abierto y declarado, pero su pertenencia al “Grupo de los Seis” lo compromete en una labor de celoso cuidado, de respeto a las formas de la música francesa, sobre todo cuidándola de toda influencia alemana e impresionista, aun cuando Francia es el principal impulsor del impresionismo musical.
En verdad que la respuesta del público fue satisfactoria, las buenas entradas en cada uno de los conciertos de la OSA nos hablan del muy buen poder de convocatoria que tiene nuestra Sinfónica, lo que es importante reconocer, sobre todo si consideramos la casi total indiferencia de la mayoría de los medios de comunicación locales, algunos de ellos, lamentablemente, siguen fieles a la anacrónica y disparatada idea de que al pueblo no le interesa la música clásica, y lo digo con total y absoluto conocimiento de causa. A mi entender esto es obsoleto y ofende a quienes sí les interesan estos manjares auditivos, y son más, muchos más, de los que nos podemos imaginar, o de lo que los que dirigen estos medios indiferentes a la cultura, pueden llegar a considerar. La generosa oferta cultural que tenemos en Aguascalientes necesita, exige, más atención de parte de los medios, además de ejercer un verdadero periodismo cultural.
El maestro Román Revueltas hizo un trabajo destacado en cada una de las obras que interpretó generando en su batuta el carácter que cada partitura exige, lo que en honor a la verdad es algo muy complicado.
El Gloria es seguramente la obra más conocida de Francis Poulenc y no es esta la primera vez que la interpreta el Coro de Ópera. La soprano Lorena Flores dejó en claro en dónde reside su incuestionable prestigio, que por cierto, de acuerdo a su currículum, aborda con la misma solvencia el repertorio operístico como el oratorio.
El coro respondió con dignidad a las exigencias de la obra en cuestión, aunque se notaba cierta inseguridad en los pianos, además de evidenciar la necesidad de mayor atención en el trabajo de ensamble ya que de repente se escuchan las voces dispersas, pero en términos generales podemos hablar de una buena presentación del coro de ópera.
Vale la pena también señalar el comportamiento del público que respetó los silencios sin los inoportunos aplausos, consecuencias del desconocimiento de esas reglas no escritas en las salas de concierto, al aplaudir entre movimientos, se rompe la natural fluidez de la ejecución de la obra y se dispersa la atención del auditorio. En este caso hubo un bendito silencio después de cada uno de los cuatro movimientos en que está estructurada la Suite Algerienne de Camille Saint-Saëns, poema sinfónico en el que el compositor nos habla de sus numerosos viajes a esos lugares que en aquellos tiempos eran considerados como exóticos.
Para la próxima semana, dentro del Sexto Festival de Jazz, uno de los tres que dan sentido al caluroso verano de Aguascalientes, la Orquesta Sinfónica nos presenta La Fanfárrea Profana de Zeferino Nandayapa, el Concierto No.2 para Marimba y Orquesta de Ney G. Rosauro construido en tres movimientos: Water running in the White mountains, Reflections and Dreams y el último es Walking on Clouds. Quien oficiará como solista es Javier Nandayapa. Después del intermedio y ya en la parte final del concierto, escucharemos una de las obras de repertorio, la Sinfonía No.3, Op. 97 en Mi Bemol Mayor de Robert Schumann. Este tercer concierto ha sido confiado a la batuta del maestro Miguel Salmón del Real. La cita con su majestad la música es el próximo viernes 29 de agosto a las 21:00 horas en el Teatro Aguascalientes, la casa de nuestra Orquesta Sinfónica, por ahí nos veremos si Dios no dispone lo contrario.