Éste es mi país (Mon pays que voici, fragmento) *
Continúo mi lenta marcha de Poeta
porque tengo la vocación de lo invisible
Soy el extranjero en la Ciudad de los hombres de mi raza
soy aquel que sale de todas partes
y que no es de aquí
Llego sobre la música de mis palabras
sobre el ala del poema y los catorce pies del verso
a enseñar una nueva partitura
renovar el repertorio
de las voces quejumbrosas y rotas
porque maestros del coro caducos y perversos
redujeron la Gesta única
a las dimensiones de una anécdota
e intelectuales de finas manos
versados en el arte de las palabras sonoras
han mantenido al pueblo
en el misterio y la ignorancia
Portador de levadura a todo un pueblo sin defensa
a todo un pueblo sin consejo
pueblo hablador contador de leyendas bajo la enramada
que vive en el alargamiento perpetuo del deseo
pueblo despreocupado pueblo ingenuo
que camina su vaivén como hormiga loca
pescando al pie de los muelles la pieza de oro del extranjero
cortando pañoletas de la tela de cuarenta y ocho estrellas
pueblo negro como la noche
(y porque el amo visitó a la esclava
en su cama de paja
algunos tienen cabellos rizados y color isabelino)
y Portador de levadura a todo un pueblo ácimo
vengo de las playas del saber
por los caminos movedizos del agua
con misión de preservar
la ardiente argolla de la sed
ese nudo de arena en la frontera de lo tangible
* Éste es mi país (Mon pays que voici, Joan Boldó i Climent, Editores, Les Productions Caliban, 1987, traducción de Mónica Mansour, PP. 33-34.
Mujer América (Fragmento) *
Las casas descubren su techo para saludarnos.
El asfalto nos tiende la alfombra roja.
Rodamos latidos extraños el corazón
obertura secreta.
Mi escritura en aria de flauta te hechiza.
Tu dicha en coro estalla.
Hoy
ayer
Mañana
es el mismo día que nos aspira
rechaza o guía
el mismo espacio fundido
en el que Défilé-laFolle
platica acerca de huesos con la Malinche
en que la Mistral y la Sampeur
se envían collares de alfabetos:
corales de españoles
de franceses
de negros y de indios
donde se mezclan cauris
papeles verdes
doblones cuentas de cristal
monedas en camafeos
con la imagen de Sor Juana.
* Mujer América (Écrits des Forges y Mantis Editores, 2005, traducción de Gabriel Martín), p. 83.
Anthony Phelps
Después de terminar su bachillerato en Haití, vivió en Estados Unidos y en Canadá donde estudió química, cerámica y fotografía. Al regresar a su país, en 1953, se dedica casi exclusivamente a la literatura. En 1960, junto con los poetas Villard Denis (Davertige), Serge Legagneur, Roland Morisseau y René Philoctệte, funda el grupo “Haïti Littéraire” y la revista Semences. Organiza y anima el grupo de actores “Prisme” y realiza emisiones de poesía y teatro en Radio Cacique, radio educativa de Québec de la que fue uno de sus fundadores. Sus actividades son interrumpidas por su encarcelamiento por parte de la dictadura de su país. Cuando logra su liberación, se ve obligado a abandonar Haití en un periplo que lo llevó a Montreal desde 1964 y a otros países, entre ellos el nuestro. Actualmente vive en Montreal.
Ha sido traducido al alemán, inglés, español, italiano, japonés, ruso y ucraniano. Varios de sus libros son parte de los cursos de los Departamentos de Literatura caribeña-francófona en las universidades de Milwaukee y Princeton, en Estados Unidos, y en algunas universidades de Italia y Francia.
Algunos de sus poemarios más destacados son: Été (1960), Présence (1961), Éclats de Silence (1962), Points Cardinaux (1967), Motifs por le temps saisonnier (1976), Mệme le soleil est nu (1983), Les doubles quatrains mauves (1995), Immobile Voyageuse de Picas et autres silences (2000), Une phrase lente de violoncelle (2005), Une plage intemporelle (2011), y la mencionada antología Nómade je fus de très vieille mémoire (Nómada fui desde hace tiempo, París, 2012), que reúne 50 años de su trabajo poético.
Con información de Púlsar Comunicación Cultural