Con todo respeto para el autor de esta frase, el maestro Lora, con su permiso; pero la verdad no pude encontrar mejor expresión para ilustrar lo que pasó hace unos días.
El músculo de los medios electrónicos más la mercadotecnia de Los Pinos y las luminarias de la pantalla chica, lograron que el auditorio y la crítica voltearan al canal de las estrellas (de manera directa o referida por otros medios) para dar fe de la entrevista que los conductores de un programa de revista hicieron al Presidente de la República Mexicana.
Si la intención fue que todos volteáramos, la misión tuvo éxito, la crítica y el análisis duro estaban contemplados por los expertos en mercadotecnia política y seguramente el impacto positivo rebasó al negativo, aun y con los comentarios que en internet se publicaron.
Una metacrítica mediática que confrontó la postura de los que ostentan ser líderes de opinión y una reflexión multicolor por parte de los que recibieron el mensaje.
Los espectadores de las 10:24 horas del programa HOY que se transmite por la señal estelar de la televisora más influyente de esta nación, tienen un perfil bien definido, dichos públicos son capaces de consumir discursos televisivos de contenidos sencillos, toleran el entretenimiento ligero y su capacidad de análisis es nutrida por los mensajes bien estructurados que los conductores de este programa ponen a discusión.
Roberto Hernández Sampieri y Carlos Fernández Collado, expertos en mercadotecnia política, en su libro Marketing Electoral e imagen de un gobierno en funciones hacen énfasis en el “brief” publicitario que la figura política debe seguir cuando se encuentra frente a las cámaras y micrófonos.
Primero, un objetivo; sin duda lo hubo, fue dar a conocer de manera completamente coloquial las seis reformas estructurales que el Gobierno Federal implementó con clara facilidad y poca resistencia por parte de los legisladores y sociedad en general.
Más digeridas, más aterrizadas, más “claras”, con un evidente guión estructurado y todo el rigor de quien sabe cómo construir discursos mediáticos.
Dos, segmento a los que se dirige; identificado y bien aplicado, tanto que parece que ese es el nivel ideal donde se siente cómodo el mandatario y sus elementos retóricos no se ven forzados.
Tres, mensaje central para comunicar; las reformas estructurales más importantes que al momento se han aprobado. Aunque no pareciera que era el medio adecuado, lo fue, su mensaje se difundió aun y cuando usted no tuvo la oportunidad de ver la transmisión en ese momento vía televisión abierta.
Cuatro, medios de comunicación masiva; insisto, aunque no lo vio “en vivo” tuvo acceso al mensaje a través de la internet.
Cinco, medios de mercadotecnia directa; las empresas que se dedican a la medición de impacto en teleaudiencia e internet, así como los foros de crítica que se abrieron después de la participación del Presidente en el programa de televisión.
Seis, evaluación del mensaje; a todos nos toca esta parte.
Con la innecesaria justificación por parte de los conductores del programa de revista que no son ni serán expertos en la materia, arrancaron la visita por Palacio Nacional, dejando en claro que las preguntas que iban a formularle al primer mandatario fueron planteadas por el público de ese programa.
El guión así lo marcaba, se tenía que contextualizar en el tema que en breve iban a profundizar con el señor Peña y entonces qué mejor que ir adentrándose con una charla sobre la telefonía de larga distancia y la desaparición del cobro por este servicio.
La parte del guión donde se habló de los beneficios quedó para el estelar de la historia, es decir para el Señor Presidente, quien astutamente se puso de ejemplo como beneficiado de la reforma en telecomunicaciones; el argumento, sencillo pero conmovedor, es un hombre con poco tiempo para estar con su familia, requiere de los servicios de telefonía a larga distancia, así como de voz y datos.
¿Qué tan coloquial y superflua debe ser la figura presidencial, es necesario ponerse al nivel de los conductores de un programa de revista que en definitiva dejan expuesta su falta de cultura general y preparación del tema? O simplemente así es el estilo, los halagos por parte de los colegas de estos dos presentadores no dan fe de nada.
La metacrítica que mencioné con anterioridad, es decir, la crítica por parte de los otros medios y periodistas, creo que no va en función de la baja capacidad que tienen los citados conductores titulares del programa de revista, porque cuando existe un guión de por medio no hay nada más que hacer; al contrario, los tres a cuadro demostraron ser unos excelentes actores, capaces de adoptar un papel y desarrollarlo de tal forma que el público espectador quede satisfecho y convencido de que lo que vio es la puritita verdad.
La cereza es que Los Pinos prepara una mesa de análisis con periodistas de primera línea y la figura presidencial. Ciro de Tercer Grado, Lily de Azteca, Pablo de Cadena Tres, Denise de Tercer Grado, Pascal de Excélsior, León de Foro TV y José también de Foro TV.
No estamos obligados a la exposición de medios y contenidos vacíos, el entretenimiento no está peleado con el fondo, no era necesario transformar nuevamente la figura presidencial en estrella de la televisión, las cosas van a funcionar cuando dejen de creer que eso le gusta a la gente, acerquen al jefe a la sociedad, busquen la estrategia adecuada para vender una imagen que evidentemente requiere un cambio de “look”.
Twitter: @ericazocar