La semana pasada el Instituto Nacional Electoral (INE) hizo públicas las medidas éticas que deberán seguir los partidos y los medios de comunicación en cuanto a la información relacionada con las campañas lectorales, así como en lo personal sobre los candidatos. Lo anterior con la finalidad de que no se dé publicidad disfrazada de información y así buscar que sean más equitativos los comicios próximos a realizarse en nuestro país.
Sin embargo, las medidas cautelares dadas a conocer así como las sanciones que se aplicarán a los involucrados en los hechos que se tratan de impedir, no son claras; lo que se hace es que se deja a un código de ética de los actores en las campañas para que eviten estas conductas. Veremos en qué termina esto.
Algo de lo que también se habló es del fortalecimiento de nuestra democracia, pues el año que entra serán diez partidos políticos los que participarán en los comicios, pues se le dio su registro a tres partidos más. Además debemos tomar en cuenta que los partidos políticos en el año 2015, gracias a una fórmula adaptada a la ley de partidos federal, recibirán en los estados 1,300 millones de pesos. Esto a pesar de que la sociedad considera que en medio de una crisis económica, como la que estamos padeciendo, es verdaderamente injusto que se dé este aumento, sobre todo porque hay partidos que son negocios familiares o bien de grupos muy hábiles que viven de eso. Tenemos datos que los partidos en 25 años, de 1997 a 2014, han recibido 53,347’551,000.00 pesos (¡cincuenta y tres mil trescientos cuarenta y siete millones quinientos cincuenta y un mil pesos) de financiamiento público. Dinero de los impuestos de los mexicanos que durante ese lapso de tiempo han sufrido devaluaciones, crisis sexenales, escándalos políticos, fraudes electorales y una serie de eventos que han hecho que muchos mexicanos recelen de los procesos electorales, y que los partidos políticos, y los que participan en los mismos, estén en los últimos lugares de aceptación de la sociedad.
A pesar de esa estratosférica suma, en estos 25 años han desaparecido 18 partidos. ¿Se acuerda usted de: El PCM, Partido Comunista Mexicano; PMT, Partido Mexicano de los Trabajadores; PST, Partido Socialista de los Trabajadores; PSUM, Partido Socialista Unificado de México; PARM, Partido Auténtico de la Revolución Mexicana; PC, Partido Cardenista; PPS, Partido Popular Socialista; PDM, Partido Demócrata Mexicano; PSD, Partido Social Demócrata; ASC, Alternativa Social Demócrata y Campesina; PCD, Partido Convergencia por la Democracia; PFC, Partido Fuerza Ciudadana; PCP, Partido del Centro Democrático; PMP, Partido México Posible; PSN, Partido de la Sociedad Nacionalista; PLM, Partido Liberal Mexicano; y PAS, Partido Alianza Social?
Pues como partidos ya no existen, pero la mayoría de quienes los conformaron, salvo aquellos que por la edad ya se adelantaron a presentar cuentas ante el creador, ahora militan en otros partidos o siglas y, desde luego, siguen dentro del presupuesto.
Hoy los grandes desafíos del nuevo Instituto Nacional Electoral va a ser el cuidar que los partidos realmente representen a grupos de ciudadanos que quieran participar en las elecciones buscando el bien de todos los mexicanos, y sobre todo que sean respetuosos de la ley, dando cuentas puntuales de los fondos que la sociedad aporta para que el país transite por la vía democrática, la cual es cada día más fortalecida, y que no sean las alianzas con los “grandes” lo que les dé oxigeno para sobrevivir. El dilema ya no deberá ser el de democracia o autoritarismo.