- Autoridades descartan que puedan haber sido utilizadas por los aspirantes. El examen y las respuestas son diseñados por el Ceneval, lo que dificulta que pueda filtrarse la información
- Consideran que puede haber sido un examen aplicado hace tiempo, pero cada año es diferente y existen niveles de seguridad que impiden su filtración
Hace una semana dábamos a conocer la divulgación a través de las redes sociales informáticas, de las que pudieran ser las respuestas a los exámenes de ingreso de diversas carreras de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), razón por la que cuestionamos al secretario general de la institución, Francisco Javier Avelar González, acerca del fenómeno, para conocer la explicación por la cual se pudiera haber podido acceder a dichos documentos.
Avelar González afirmó que fenómenos como éste son cuestiones que crean mucha expectación, pero descartó que tengan importancia en el medio académico, argumentando que no existe manera mediante la que los aspirantes puedan responder el examen basándose en dicha información.
El secretario general de la UAA explicó que el diseño del banco de preguntas y respuestas de la prueba es una función que corresponde al Consejo Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), el cual dijo, cuenta con un importante esquema de seguridad para evitar filtraciones previas a su aplicación, además de contar con representantes del organismo como observadores, descartando con ello que los aspirantes puedan recurrir a algún tipo de información ya sea escrita o verbal, entre quienes comparten la aplicación del examen.
Comentó que probablemente se trató de un examen que se aplicó en algún momento determinado y desconoció si las respuestas planteadas son correctas y su forma de obtención, pero añadió que aun siendo correcto resulta muy difícil poder aplicarlo, ya que cada año los exámenes son diferentes, y dentro del mismo campo de aplicación existen pruebas rotatorias, como parte de la estrategia implementada por el Ceneval para garantizar que el examen sea contestado en su totalidad por el aspirante, sin valerse de ningún otro recurso.
Aunado a ello, señaló que si fuera correcto y se aplicaran igual cada año, pudiera hablarse de un proceso de filtración, a lo que sumó otros elementos de seguridad como el hecho de que cada pregunta cuente con un tiempo determinado y la amplitud del banco de preguntas y respuestas, así como su procesamiento automático a través del sistema informático.
De esta manera descartó que las respuestas identificadas en internet pudieran permitir que hayan sido aceptados alumnos sin mérito alguno y sentenció que para poder haberlas respondido de esa manera se tendrían que haber aprendido la respuesta de los noventa reactivos que se encontraban en los documentos.
Entre otras cosas, Avelar González dio a conocer que no existe una lista de espera para alumnos que no fueran aceptados en la institución, sino que dependen de los mínimos lugares vacantes que resulten, a quienes podrán aspirar aquellos que lo soliciten, respetando la prelación según sus resultados.