El fantasma de la derrota del Partido Revolucionario Institucional en los comicios federales del domingo 7 de junio de 2015, tiene un rostro tan horrendo que se han puesto nerviosos los tradicionales acaparadores del poder en Aguascalientes en beneficio de las nuevas expresiones políticas locales y regocijo de sus adversarios históricos.
De acuerdo con la nueva Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), los ciudadanos mexicanos deben depositar su voto universal, directo y secreto, el 7 de junio de 2015, para elegir a la 63 legislatura federal de la Cámara de Diputados. Además de votar en 17 entidades federativas para seleccionar a sus nuevas autoridades municipales y diputados a los congresos estatales; en 9 de ellas al gobernador del Estado; y en Oaxaca, a través del método de “usos y costumbres”, las comunidades elegirán sus autoridades municipales.
Pero si tales elecciones fueran pocas, se anuncian varios ejercicios alternativos de democracia directa, que el Instituto Nacional Electoral (INE) estaría obligado a incorporar a la jornada electoral del 7 de junio. La estrategia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de aparejar una Jornada de Consulta Popular a los comicios constitucionales y promover la emisión de la “papeleta del SÍ o NO” o, mejor dicho, “el voto de castigo” en contra la reforma energética aprobada entre el PRI y el PAN, podría arrojar una excelente rentabilidad al voto electoral de los partidos que conforman la Izquierda en México. Así las cosas, el PRD, aliado con el Movimiento Ciudadano (MC), el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), anunció su procedimiento para la Consulta Popular en materia energética ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Para el efecto, la izquierda en México le ha encontrado un recoveco a la Ley, para que sin caer en una violación previsible, tengan oportunidad de comenzar a promover una inédita pre-campaña política con rumbo a los comicios federales de 2015. El ejercicio pre-electoral que la “Izquierda” han venido ejecutando en todo el territorio nacional, parece haber despertado las conciencias y generado la impresión de que, por ahora ha sido exitoso y con posibilidades reales de acrecentar su influencia entre los electores. Por lo pronto, los medios informativos dan por hecho que en los próximos comicios federales se concretará legalmente una Coalición partidista de “izquierda”, con la salvedad de MORENA, que con registro condicionado no podrá coaligarse legalmente para estas primeras elecciones.
Ahora resulta es el Partido Acción Nacional (PAN) quien prepara su propia estrategia “plebiscitaria”, para que sin violentar las normas en materia de precampañas, tenga un buen pretexto para salir a las calles y promocionar el otro “voto de castigo” de la ciudadanía; podemos suponer que el PAN iría a promover el “plebiscito” en contra de la Reforma Fiscal aprobada entre los legisladores del PRI y el PRD. El PAN lanzará su propia estrategia del “SÍ o NO”, y buscará recolectar, al menos 2 millones de firmas de ciudadanos para apoyar su solicitud ante la SCJN, y tal como lo hizo el PRD, pedirá respetuosamente que los ministros consideren su aplicación en la Consulta Popular de la jornada comicial del domingo 7 de junio, a cargo de la estructura del propio INE.
Fatalmente y en contrapartida, el desprestigio electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI) parece crecer cada día más. El PRI no cuenta con una estrategia que neutralice al PRD y PAN en la promoción del “voto de castigo” en contra de Peña Nieto. Los dos partidos, aún siendo co-partícipes de las reformas estructurales en marcha, intentan desmarcarse de su hechura y reducir los votos de castigo en su contra. Entre ambos han aislado al PRI, o mejor dicho, al parecer el PRI se ve aislado en el debate pues no parece tener la menor imaginación para neutralizar los ataques de sus socios opositores. Las declaraciones de sus dirigentes suenan a demagogia, y con ese discurso no se gana en la guerra electoral. Ha resultado ser el malo de la película, quedó de espaldas y contra la pared.
Los empresarios beneficiados de las reformas han dejado solo al Presidente Peña y a su Partido, y en el corto plazo no se ve cómo los ciudadanos vayan a recibir algún beneficio económico como producto de las reformas estructurales. El Presidente Enrique Peña Nieto y el PRI, irremediablemente tendrán que asumir el “costo político” de las reformas y derrotas en algunos de los distritos federales, los gobiernos estatales y los municipales y congresos locales.
Sin prejuzgar si las reformas serán positivas o negativas para nuestra economía, lo cierto es que pasarán algunos años antes de que el PRI tenga los suficientes argumentos concretos para convencer a una mayoría del electorado y demostrar que van a generar bienestar a la mayoría de las familias y no a unos cuantos oligarcas capitalistas de la aldea global.
@davidperezcall1