- La oposición pública y política ya ha tirado estos proyectos en Estados Unidos y Australia
- Inyectar agua tratada al subsuelo luce prometedor, pero a la vez podría significar un riesgo
El Estudio de la Recarga Artificial del Acuífero del Valle de Aguascalientes, realizado por el Instituto del Agua del Estado (Inagua) en el marco del Plan Transexenal Hídrico presentado en 2013 por Carlos Lozano, destina un apartado entero al tema de la socialización.
El titular del Poder Ejecutivo ha planteado inyectar 25 millones de metros cúbicos de agua tratada directamente en los mantos acuíferos, lo cual, refiere el Instituto del Agua, precisa comentarse con amplitud.
“Hay que tener muy presente la importancia de la aceptación pública en la puesta en marcha de proyectos de recarga artificial de acuíferos con agua reciclada, especialmente en aquellos en que el uso final del agua es el público-urbano. La mayor preocupación de la población gira en torno a los posibles efectos en la salud pública a largo plazo”.
Cada año salen 500 millones de metros cúbicos de los depósitos del subsuelo, y se estima que sólo 300 millones reingresan de manera natural. La versión oficial dice que si no se toman cartas en el asunto “había severos problemas por el agua en 20 años”.
El citado estudio señala que para que el agua inyectada quede apta para el consumo humano los procesos de tratamiento deben regirse por la NOM-014-CONAGUA-2003. Se reconoce que la recarga artificial de los mantos es una prometedora opción de gestión del agua, aunque todas sus ventajas se pueden perder si la población queda expuesta a enfermedades.
“En consecuencia, cualquier proceso de reutilización debe ser minuciosamente evaluado desde el punto de vista microbiológico para limitar el riesgo de salud a un nivel aceptable… Son miles los organismos que ocasionan riesgos a través del agua (patógenos hídricos): bacterias, protozoarios, huevos de helminto y virus”.
El citado Estudio de la Recarga Artificial del Acuífero del Valle de Aguascalientesexpone que en “no pocos casos” la oposición pública y política -sobre todo en Estados Unidos y Australia- ha frenado intentos por inyectar líquido al subsuelo.
“Por ejemplo, en el año 2006 el Ayuntamiento de la ciudad de Toowoomba -Australia- propuso la reutilización del agua de las plantas de tratamiento para destinarlas a usos potables. La propuesta fue rechazada por el público después de pasar por un referéndum, siendo el voto de los ciudadanos del 62% en contra y del 38% a favor”.