Volver al futuro. Con bombo y platillo la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa, para los cuates) anuncia la reunión de los 33 delegados federales y secretarios de Desarrollo Rural de todos los gobiernos estatales con el coordinador general de Delegaciones de la dependencia, Víctor Hugo Celaya Celaya, ¡Madre de Todas las Comprobaciones de Viáticos¡, pensamos con sospechosismo, ¿cuánto se han de haber gastado en la reunioncita, seguro todos los recursos en concurrencia que para este año tiene la Secretaría… pero inmediatamente nos dimos cuenta de que estábamos exagerando, la magna actividad fue una videoconferencia transmitida desde las oficinas centrales de la organización a cargo de Enrique Martínez y Martínez… uf, menos mal. Ya nos habíamos imaginado a Ernesto de Lucas Palacios y Jorge Narváez Narváez, asoleándose en Cancún o cualquier otro destino playero del gusto de los legisladores para realizar sus importantísimos encuentros… pero no, fue algo tan sencillo como aprovechar las herramientas tecnológicas y conectarse, lejos, muy lejos de la oportunidad de cargar hasta con la familia en un viaje a las Europas para acuerpar la recolección de la escoba dorada.
De ciencia ficción… pues sí, a veces olvidamos que los avances tecnológicos ofrecen posibilidades crecientes de conectarse y dialogar, sin importar si se está en Alaska o Timbuctú, de hecho, es posible que esa sea una de las causas por las que acá ya hemos olvidado un poco la rebambaramba que provocó el traslado de las oficinas centrales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a Aguascalientes, cómo se presumía que la organización hoy a cargo de Eduardo Sojo Garza-Aldape era el modelo de descentralización impulsado por Miguel de la Madrid, quien al grito de ¡salvemos al DF! (y aprovechando los terremotos de 1985) formuló estratégicos planes para que salieran de la capital de la República aquellas dependencias que no tenían que estar ahí o que podían realizar sus funciones fuera de la mancha urbana de las 16 delegaciones… El resultado ya se sabe, al final una parte de la SCT se fue a Cuernavaca y el INEGI construyó su ¿majestuosa? pirámide en los terrenos que le consiguió Miguel Romo Medina cuando fue alcalde.
Recordar es preciso… no es que nos pongamos nostálgicos, simplemente nos acordamos en un intento de insertar varias chaquiras en el hilito, ahí le va. Hace unos días le comentábamos el escenario imaginario en el que Miguel Ángel Osorio Chong tenía asuntos de mayor relevancia sobre los cuales ocuparse que la guerra de lodo entre las dirigencias partidistas en Aguascalientes; una de ellas sería atender la definición “guerra contra las drogas” con que Felipe Calderón justificó la salida del ejército para combatir el narcotráfico, dando preponderancia a la acción armada que a la atención a las políticas de salud pública. La administración de Enrique Peña Nieto lo que ha hecho es matizar el término procurando que no se repita en los medios, pero la estrategia ha sido la misma que el sexenio anterior, y si no, ahí están los motivos que la administración federal aduce para tener detenido a José Manuel Mireles, el fundador de los grupos de autodefensa en Michoacán a quien el sábado 5 de julio, un juez federal dictó auto de formal prisión. Eso es de importancia, ¿no?, pero las dependencias, todas, no venden pan frío, y cualquier reunión la ofrecen a los amigos de la prensa como la Madre de todos los War Room.
Que siempre no… como la relevantísima videoconferencia de Sagarpa o el anuncio que hicieran acerca de que el 29 de julio tendrá lugar el Encuentro Regional de Delegados de la Secretaría de Gobernación en Aguascalientes (así con mayúsculas, para que suene importante), por supuesto, se anunció bombo & platillo de por medio, que visitaría estas tierras Miguel Ángel Osorio Chong… pero no, que el secretario no va a venir, que tiene la agenda muy apretada (sí, suena a pretexto del alcalde de Calvillo, Javier Luévano, quien canceló la toma de protesta de los integrantes del programa Mediador comunitario, que porque estaba fuera de la ciudad); así que para presidir la trascendental reunión de delegados, Salvador Rizo Ayala, proveniente de Jalisco. En el temario oficial viene el tratamiento que se da a los programas federales, los proyectos relativos a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y, probablemente como la cereza del pastel, el impacto que ha surtido la Cruzada Nacional contra el Hambre en el centro del país. No, no, no… oro puro la agenda.
Profeta en su tierra… pero volvamos al INEGI. A pesar de todo, pero sobre todo de su personal, la institución se ha hecho indispensable para la toma de decisiones. Hace mucho tiempo quedó atrás la necesidad de subirse a los hombros de organismos internacionales para subrayar la importancia del uso de la información estadística en la toma de decisiones. Desde hace varios años, el INEGI ha sabido crecer y fortalecerse en su autonomía, que ya no es sólo técnica, sino total, es decir, Luis Videgaray ya no puede hacer una llamada para detener la difusión de los resultados del Producto Interno Bruto o las encuestas de ocupación y empleo, como sí hizo muchas veces Pedro Aspe Armella. Hoy el INEGI se ha transformado de acuerdo a los requerimientos de información de la sociedad, prácticamente está en todo. Es la institución que alguna vez soñó encabezar Carlos M. Jarque, claro, sin el protagonismo con que lo dañaba su dependencia política de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Cuando cuentes pobres… Si decimos que el INEGI está en todo, baste mencionar que como base de las recomendaciones del Coneval para las políticas públicas en combate a la pobreza está la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares; o que el Subsemun no da un paso sin el huarache de las encuestas de percepción sobre seguridad pública; o el constante jaloneo entre las entidades federativas cuando el organismo da a conocer los resultados de la tasa de desocupación; y ni hablar de los lloriqueos y acusaciones de los presidentes municipales que nunca están de acuerdo con los resultados de los censos de población y que siempre prometen que levantarán su propio estudio para así recibir más presupuesto… De ese tamaño es la confianza que, sin darnos cuenta, se tiene en el INEGI; hasta que aparece un estudio de Beatriz C. Labate y Pamela Ruiz Flores, investigadoras del CIDE en donde cuestionan, con los pelos de la burra en la mano, la Encuesta Nacional de Adicciones.
Que alguien explique… Sí, a Eduardo Sojo Garza Aldape le queda poco menos de un año al frente del INEGI, una de las herencia de la administración de Vicente Fox, tendrá que ser relevado dentro de poco, si bien nosotros pensamos en Rodolfo Tuirán Gutiérrez como un candidato que debe estar incluido en la terna que presenten al Congreso, esa especulación para otro costal; ante la presentación de Reflexiones Críticas sobre la Encuesta Nacional de Adicciones (ENAs) en México, en el que se analiza el principal instrumento de políticas públicas utilizado para medir el consumo de drogas ilegales en México.
- En diferentes ocasiones, el gobierno utilizó los datos de consumo incrementado de drogas para justificar parcialmente la “guerra contra las drogas” y el artículo de Beatriz C. Labate y Pamela Ruiz Flores justo revisa las encuestas de 2008 y 2011, poniendo en relieve limitaciones metodológicas y conceptuales en las ENAs, básicamente, los comentarios de las investigadores del CIDE, concluyen que las encuestas no dejan claro qué quieren medir: consumo o dependencia; además de que los resultados de la encuesta no permiten la medición precisa del fenómeno de consumo de drogas ilegales y, por tanto, no permite fundamentar políticas públicas eficaces con base en sus datos, entre otras linduras como fallas en la muestra y la metodología; problemas en las definiciones de categorías “uso”, “abuso” y “dependencia”; reduccionismo en la relación establecida entre consumo y prevención, y estigmatización del usuario… No es poca cosa. Beatriz Labate es PhD en Antropología Social (Unicamp, Brasil) y Profesora Investigadora Invitada del Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Sede Región Centro, en Aguascalientes, mientras que Pamela Ruiz Flores López es Licenciada en Derecho (Universidad Autónoma de Aguascalientes) y Estudiante de Maestría en Investigaciones Sociales y Humanísticas en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, en Aguascalientes; es decir, no son un presidente municipal quejándose por quejar… alguien (ahí le hablan a la junta de gobierno del INEGI), aunque sea Sojo Garza Aldape tiene la obligación de defender el trabajo en el que la administración federal basa su toma de decisiones. ¿Logramos ensartar todas las chaquiras en el hilo?, no lo sabemos, pero de que se requiere una respuesta oficial, de eso, no nos queda duda.
La del estribo. Vamos a la playa oh oh oh oh… Ya se veía cantando Luis Armando Reynoso Femat porque los jueces Margarita Zapata Cruz y Alfredo Quiroz García ya le habían dado permiso de ausentarse y no ir a “firmar” al penal, cuando apareció la Juez Segundo de lo Penal, Laura Elena Delgado, y le dijo que nones, que tenía que ser informado personalmente sobre su proceso… Lógico, ¿no? Es decir, ¿en qué cabeza cabe pedir permiso de irse a vacacionar a la mitad de los múltiples procesos que por corrupción se le siguen?… ah, es un Reynoso Femat, en esa cabeza cabe.
@PurisimaGrilla
