- Tres niños de siete años de edad traen de cabeza a maestros y padres
- Se golpean entre ellos y les prohíben juntarse pero no hacen caso
En la colonia Lomas de Nueva York, además de la galopante pobreza de la que a muchos no les gusta hablar, se incuba poco a poco, pero incontenible y sin freno, el acoso escolar; seguramente los sociólogos encontrarán que en él hay una cierta semilla de infelicidad futura, llamada quizá delincuencia.
Hay tres pequeños de siete años de edad que traen de cabeza a sus padres y a los maestros, pues a cada rato se pelean, se lastiman y ni los directores escolares y profesores saben qué hacer, ni a quién acudir, ni para dónde correr. La Jornada Aguascalientes entrevistó a las madres de esos niños, dos de ellos mellizos, pero reservaremos los nombres de ellas y ellos por respeto a su infancia, y también a la ley, así como a nuestras fuentes con voces grabadas.
Julieta N, es la mamá de Juliancito, y nos dice: “Aquí tenemos un problema muy serio en las escuelas. A mi hijo le pegan unos niños que son gemelos. El maestro Aarón… dijo que él iba a hablar con los niños, porque yo fui bien enojada y le dije al maestro: ‘Si no habla usted con ella, yo voy a hablar con la señora mamá de los niños, pero ya no voy a hablar bien’, porque mi niño ya no quería ni ir a la escuela”.
Agrega: “No sé qué le diría el maestro y ya como el niño sí quiso ir; son dos niños los que me lo golpean, ya van muchas veces que lo golpean… Mi niño, un día se enojó y a uno le picó con unas tijeras y entonces sí, ya me mandó a hablar el maestro y le dije: ‘Ah, ahora sí me manda hablar, si desde cuando le estoy diciendo, que a mi niño lo están agrediendo y usted ni me hace caso’”.
Vamos con la mamá de los otros niños, ella se llama Teresa y su pequeños hijos Abel y Antonio, nos dice: “Yo he hablado con ellos, haga de cuenta, como estuvieron en el kinder juntos, entonces yo le comentaba al maestro de kinder una vez que fue a visitar a los niños y le pregunté: ‘¿Oiga, que mis niños golpearon mucho a él (Rodrigo) desde el kinder?’ Y el maestro me dijo que no”.
Añadió: “Él me decía: ‘La señora (Julieta) no quiere entender que su niño tiene un problema y yo lo tengo bien sabido, su niño se defiende cuando le hacen algo. Es típico que se defienden (los gemelos) cuando él los agrede. De hecho ya el director y yo quedamos en prohibirles a los niños que se juntara con él’”.
–Un poquito complicado el asunto, ¿pero usted lo está viendo como mamá, no?
–Sí, yo lo estoy viendo. De hecho, cada rato les digo: “Evítense problemas’”.. Pero son niños, ellos siempre andan juntándose aunque uno les impida las cosas… Mi esposo también les dijo que evitaran juntarse con ese niño. Pero es cierto que él también los busca, me ha tocado ver en el salón cómo el niño (Juliancito) les mete el pie y es típico que los niños (los gemelos) reaccionen.
Es el bullying entre tres niños de siete años de edad… ¿Qué será a los 15, 21 o 35 años de edad, si nadie pone remedio?
PIE DE FOTO (Gilberto Barrón)
En la colonia Lomas de Nueva York, además de la galopante pobreza de la que a muchos no les gusta hablar, se incuba poco a poco, pero incontenible y sin freno, el acoso escolar; seguramente los sociólogos encontrarán que en él hay una cierta semilla de infelicidad futura, llamada quizá delincuencia