- El líder revolucionario nació en 1878 en Durango y murió en Chihuahua en el año de 1923
- Autoridades estatales y municipales recordaron su importante contribución al movimiento revolucionario así como su participación en la Soberana Convención Militar Revolucionaria.
Este domingo se cumplieron 91 años de que se llevara a cabo uno de los hechos más lamentables que marcan las páginas de la historia de México y que dio cuenta de la etapa de caudillismo por la que transitaba en el país, cuando Francisco Villa, importante líder de la Revolución Mexicana, fuera emboscado y asesinado aquel 20 de julio de 1923 en Hidalgo del Parral, en el estado de Chihuahua.
La mañana del domingo, autoridades estatales y municipales llevaron a cabo la correspondiente conmemoración de la fecha, y mediante un acto cívico recordaron las principales hazañas de Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como Pancho Villa.
Con la presencia de integrantes de los diversos niveles gubernamentales, como Francisco Esparza Parada, director general del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA), Raúl Pérez Chica, director de educación básica del Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA), Juan Antonio Martín del Campo, alcalde de la capital, así como los hijos de veteranos de la Revolución y de la Asociación de Militares Retirados, quienes se dispusieron a participar del acto protocolario y la entrega de una ofrenda en el busto del Centauro del Norte.
Durante la conmemoración, destacó el mensaje de María Magdalena Veloz Ibarra, quien tiene a su haber importantes reconocimientos como oradora y que detalló la vida de Villa desde su nacimiento en la hacienda de Río Grande, en el estado de Durango, hasta su muerte en Hidalgo del Parral, en el estado de Chihuahua.
Veloz Ibarra explicó que más que hacer honor a esculturas, letras de oro, entre otros reconocimientos y cuestiones que identificaron como un personaje polémico, se debería poner en claro la necesidad del diálogo como ejemplo en la generación de acuerdos, recordando el papel que fungió éste en la pacificación del país.
Además, enfatizó la participación de Villa en las diferentes batallas de las cuales resultaría triunfador, añadiendo a dicha experiencia la de la celebración de la Soberana Convención Militar Revolucionaria y se remontó al año de 1915 para hacer mención de la promesa que fincó el líder de la Revolución en torno al compromiso de no tomar las armas nuevamente y garantizar el establecimiento del orden y la paz.