Por la raza hablará la Chimoltrufia. ¿Pa qué más que la verdad? Somos veletas, todavía ayer Francisco Guillermo Ochoa era la peor decisión de Miguel Herrera, evidente imposición de los poderes fácticos (el apodo que algunos conspiranoicos le dan a Emilio Azcárraga Jean) para mantener en la banca a Jesús Corona con quién sabe qué oscuro propósito, pero seguramente para mantenernos distraídos de la discusión de las leyes secundarias de la Reforma Energética; después del partido de la selección nacional contra la de Brasil, Memo es grande, es nuestro Memo, Memorable, he’s saving México, y miles y miles y miles de memes dedicados al portero Guillermo Ochoa en los que se le declara héroe nacional por el estupendo juego con que evitó en varias ocasiones que los verdeamarelas se robaran el intacto honor de la portería mexicana. Ay raza, como dicen una cosa dicen otra.
Disculpen las distracciones que este seguimiento le ocasiona. Un paréntesis, no nos queda más que conceder la razón a quienes con su pasión obligan a que la Nissan pare un par de horas o que los empleados del INEGI salgan varias horas antes o a que en la UAA permitan la transmisión de los partidos del Mundial, para ser sinceros, el encuentro entre las selecciones de México y Brasil ha sido por mucho, pero en verdad muchísimo, más interesante que los ires y venires de los legisladores en torno a la discusión de la Reforma Energética. ¿En qué vamos?, ayer Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD, acuerpado por una sumisa Dolores Padierna salió a decir que el Partido de la Revolución Democrática regresaba al debate, que porque están seguros que, ahora sí, no se violará la ley; al mismo tiempo, Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados del Partido Acción Nacional, amenazó con levantarse de la mesa, pero no se crea que por los irreductibles siete puntos de los que ya nadie se acuerda, no, sino porque PRI y PRD pretenden revisar la Ley General de Partidos en cuanto al derecho de repartirse los votos entre los partidos que vayan en coalición en apoyo a un mismo candidato, “nos levantamos de la mesa, la condición para llegar a consensos es que se honre la palabra”, amenazó el panista; y en otra esquina del cuadrilatero donde el resto de los partidos nomás no juegan, Manlio Fabio Beltrones repartió para todos, que ni pretextos ni chantajes van a evitar que las reformas pasen y que el Partido Revolucionario Institucional no permitirá “chantajes que nos hagan seguir en la mediocridad”… En resumen: aburrido.
Donde nos quedamos: Ahora todos amamos a Memo Ochoa, todos (subrayado, por favor), y no nos extraña porque así estamos acostumbrados, a toro pasado juramos y perjuramos que nuestro afecto siempre estuvo con el vencedor; con esa premisa entendemos cuál es entonces la función del delegado priista José Manuel García García y por qué encabeza su lista de candidatos con el nombre de la titular del DIF estatal y, ajá, esposa del gobernador Carlos Lozano de la Torre.
La recordamos la lista de García García, la cual encabeza Blanca Rivera Río de Lozano y le siguen Lorena Martínez; Anayely Muñoz; María de los Ángeles Aguilera; Salvador Farías y Eduardo Rocha Álvarez… La desesperación del delegado por quedar bien con el gobernador debe ser mucha para emplear esa vieja táctica adulatoria; al parecer no le ha bastado al enviado del CEN del PRI, a través de sus columnistas de bolsillo, menospreciar los méritos de quienes ya se destaparon, en específico de la titular de la Profeco, con quien se puso poeta y campesino y agradeció que vaya sembrando, pero le advirtió que no necesariamente será ella quien coseche lo que va haciendo.
Más allá de las filias y fobias del delegado, lo que pone en evidencia la lista de García García es el desconocimiento de cómo funciona el PRI en Aguascalientes, pero sobre todo, quiénes lo conforman. Desde que llegó a ensombrecer el trabajo de Guadalupe Ortega Valdivia, el delegado se ha propuesto “levantar desde sus cimientos al PRI” y en un principio presumía a través de los comunicados de prensa cualquier reunión, por mínima que fuera, con la “estructura”, fotos y fotos para presentar las reuniones con un puñado de militantes en Jesús María o de Calvillo; pero, al interior del Revolucionario Institucional, cada vez son más las quejas de que no se está reuniendo con quienes encabezan las diferentes corrientes de interés del partido; al parecer, la estrategia de borrón y cuenta nueva del delegado en verdad intenta comenzar de cero y no tomar en cuenta no necesariamente a quienes serán los candidatos, sino a quienes a pesar de todo, se han mantenido en el PRI.
Entretenimiento distractor. Y es que al levantar los cimientos, José Manuel García García se ha entretenido en arrojar cada piedra hacia quienes considera sus enemigos políticos; en descargo del delegado habrá que apuntar que nunca falta el amigo de la prensa que le pone las preguntas en bandeja para que muestre la fuerza del brazo con que arroja el pedrusco; parece mentira, pero ante la facilidad con que se engancha, Guadalupe Ortega Valdivia es un dechado de paciencia y tolerancia; apenas ayer, un acomedido reportero le preguntó “¿Qué opinión merece que el alcalde se la pase haciendo destapes, como ocurrió con el reciente destape que hizo de Martín Orozco?” y el dirigente estatal, de entrada, señaló que estaba bien, que él respetaba; haga a un lado el servilismo con que se busca amarrar navajas para conseguir la nota, lo importante es cómo la circunstancia logra que Ortega Valdivia recupere, poco a poco, las riendas de la organización.
Suma no restes. Si a la respuesta de Ortega Valdivia agrega que tras la difusión de la lista del delegado García García más de uno buscará a su líder para conocer las razones por las que fue excluido, no dude que el dirigente estatal pueda aprovechar la oportunidad para conciliar, al menos de aquí a que se dé el banderazo de salida rumbo a las siguientes elecciones; para seguir el espíritu de estas fechas, el balón está en la cancha del dirigente estatal del PRI, habrá que estar atentos a cómo lo juega.
Para que no digan, también hablamos de Acción Nacional, partido que ya mandó a protestar a su primera línea (es un decir), Rubén Camarillo, uno de los redactores de la Reforma Energética, ya recriminó al Ejecutivo federal que sus iniciativas no favorecen la autonomía de los futuros consejeros de Pemex. Las iniciativas, dijo el diputado durante el reclamo, ven a Pemex como una paraestatal y no como una empresa, pues Enrique Peña Nieto al encargarse del nombramiento de los consejeros, permitirá que sean reelectos sin límite. No por nada la ofensiva del panista coincide con la sincronización de la Reforma Política en la mayor parte de los estados. Aparentemente sólo Colima se ha armonizado totalmente con aquella disposición. Entre la Política y la Energética, el PAN hará valer su voto decisivo. Quizá deje de presionar en materia de energéticos a cambio de mayores concesiones en el tema electoral. En lo local, la bancada va con todo para eliminar al procurador Felipe Muñoz de la propuesta que emitió el gobernador Carlos Lozano. Los panistas no quieren que un procurador con el cual se encuentran totalmente confrontados asuma la titularidad de la Fiscalía General, pues no vaya a ser que en las elecciones de 2015 y 2016 salgan a relucir los trapitos sucios que el partido y sus personajes guardan en cajones. El PAN ya presentó su iniciativa de reforma constitucional en materia electoral. El PRI, según se sabe, no ha hecho lo mismo. Para qué dividir esfuerzos cuando hay que respaldar el proyecto redactado por Lozano de la Torre; pero sobre todo cuando el procurador mismo ya ofreció su cabeza, pues no hay que olvidar que dijo que renunciaría si su presencia obstaculizaba las reformas, a ver, entonces, ¿para qué tanto brinco?
La del estribo. Tristísimo, cierto es que en algunas de las pancartas de las madres de familia que ayer se manifestaron afuera de Palacio de Gobierno para evitar el cierre de la Escuela Primaria Francisco Guel Esparza en San Francisco de los Romo, se multiplicaban las faltas de ortografía; sí, educación se escribe con c, cierre lleva doble r, y etcétera, pero nadie merece menosprecio alguno, como sí hicieron los guaruras de las puertas, “ciérrale, wey, no se nos vayan a pegar los piojos”, “regrésense a su rancho”, “vayan por las carnitas y no vengan a fregar” fueron algunas de las frases que les espetaron los guardianes de la puerta. Pena ajena.
@PurisimaGrilla