Cabos sueltos
Enterarse que un mequetrefe con aspiraciones a una candidatura dejó de pagar la pensión porque su exesposa lo acusó en Facebook, una profunda investigación que consistió en duplicar los comentarios de la red social, seguida de la deplorable réplica del suspirante… El close-up de un rostro golpeado atrapado en una bolsa de plástico, imagen devastadora que impide leer qué intenta vender como noticia pues lo único que le interesa es atrapar el morbo… La denostación de los personajes públicos mediante el uso de su apelativo y nunca de su nombre… La difusión de que un cómplice del exgobernador fue capturado en Dallas, destacando que la nota es exclusiva, más que los motivos de la supuesta aprehensión de Raúl Cuadra…El título del boletín oficial transformado en las ocho columnas, sin prurito alguno… La fotografía, también oficial, de cualquier actividad que realicen el gobernador y el presidente municipal, sin criterio, sin que importe la relevancia de lo que hacen o declaran, es indispensable su imagen en primera plana… La intención de hacerse una idea de lo que ocurre en Aguascalientes a partir de las revisión de los medios de comunicación impresos se topa con el obstáculo de que no hay datos duros, ni comprobación, sólo declaraciones e imágenes.
Con los medios electrónicos no mejora, las poquísimas opciones de televisión abierta cada vez dedican menos espacio a las noticias locales y ceden su tiempo a la conversación con funcionarios; en la radio, invariablemente abren con la nota roja, reporteros a los que es indispensable reconocer su capacidad narrativa, seres dotados con una imaginación subyugante, previo a la descalificación del presunto culpable, de salpimentar con horrorizados adjetivos la baja estatura moral de los acusados, son capaces de contar qué estaban pensando y así descifran los motivos del asaltante, del asesino, del violador.
No es Aguascalientes, es todo el país. Si uno lee la prensa de “circulación nacional” para encontrar el reportaje, la nota, la crónica que sacie la sed de estar informado es necesario saltar por encima del Lady Pioja; el vergonzante tuit de Andrés Manuel López Obrador y su deseo oculto de que Enrique Peña Nieto enferme; el siempre firme posicionamiento de algún legislador; el detalle esquizofrénico con que el redactor se revuelca en aquello que en las redes sociales siempre fue una broma…
Distorsión
La distorsión de la realidad en el informe es el informe verídico sobre la realidad
Karl Kraus
Con motivo de la celebración del Día de la Libertad de Expresión en México, a lo largo de este día escucharemos el lamento sosegado de quienes se dicen periodistas y encuentran en esta conmemoración el motivo preciso para acusar de censura al sistema; el ruido que provocan impedirá escuchar y distinguir a quienes son víctimas de las autoridades, verdaderos reporteros que son asesinados, amenazados, silenciados; son los que no conducen en noticiero, no juegan al gestor social de rostro furibundo mientras abusan de la pobreza de sus entrevistados.
No los vamos a poder escuchar porque son más quienes se cobijan en el periodismo para hacer de la redacción de panegírico a los servidores públicos; son más quienes emplean los espacios que tienen para la difusión del insulto como paso primero del chantaje. Y, principalmente, no los vamos a escuchar porque quienes tenemos la posibilidad de cambiar las cosas, no tenemos la menor intención de hacerlo. Ante cualquier queja, se desvía la atención hacia la posible responsabilidad de los editores y dueños de los medios.
Se prefiere ese irreal informe verídico que refleja las aspiraciones de la clase política al cansado intento de llevar información comprobada y de interés público a los lectores; lo he escrito demasiadas veces, así de real lo considero: quienes tienen los medios no hemos sabido hacer un motivo el que un medio venda espacios, mas no criterio. Partiendo de lo anterior, el único camino posible es la catástrofe que son nuestros medios de comunicación.
Negados de cualquier talento para convertir un medio de comunicación en una empresa que viva de sus lectores, nos rendimos a la negociación con la clase política, cerramos las puertas a la innovación tecnológica como complemento de lo que se puede hacer (y comercializar) en el impreso o en las horas aire y por la facilidad que implica, el diseño informativo que se podría hacer para formar opinión a través internet, siempre pierde la batalla contra las reglas que impone un mercado que sólo quiere saber de entretenimiento.
Poco, muy poco hay que celebrar en este día, a menos que se rinda al lugar común de festejar el reconocimiento de un derecho humano fundamental, entonces sí, miles de bravos, hip hip hurras al “sistema” que nos concede lo obvio.
Ayer, hoy y mañana, a las redacciones irán llegando los oficios, las cartas membretadas, el regalito o la invitación a una comida para celebrar que tenemos derecho a expresarnos libremente; el destino de esos obsequios son responsabilidad de cada quien, lo grave es que se les señale de corruptos por aceptar los presentes, por atender la cortesía… Hay muchas otras maneras de corromperse, si se concede que una dádiva dimensiona el comportamiento ético de un reportero, su compromiso profesional, en muy poco se valora su trabajo.
Quizá valga la pena aclarar que no veo nada malo en la fiesta por la fiesta misma. A mis compañeros y colaboradores, ellos sí: periodistas, no les puedo desear otra cosa que sigan cosechando éxitos y agradecerles que me permitan acompañarlos en el desarrollo de su talento; pero una vez finalizada la fiesta, me parece indispensable la reflexión acerca de qué es lo que podemos hacer desde los medios para cumplir con nuestra función social, quejarse, por supuesto, no es una opción, eso es quedarse por encima, tal y como estamos haciendo hoy.
Coda
…la prensa no es más que una forma impresa de la vida, ya estoy avisado, porque sé cómo está hecha la vida. Y de pronto me pasa que un día turbio me queda en claro que la vida es sólo la forma impresa de la prensa. Así como en los días del progreso aprendí a subvalorar la vida, hube de sobrevalorar la prensa. ¿Qué es? ¿Sólo un mensajero? ¿Uno que nos molesta además con su opinión? ¿Que nos tortura con sus impresiones? ¿Que con los hechos nos trae a la vez la representación? ¿Que nos atormenta con sus detalles sobre los pormenores de informaciones sobre ciertos ambientes o con sus percepciones sobre observaciones de pormenores sobre detalles y con sus continuas repeticiones de todo lo que nos cala los huesos? ¿Alguien tras de quien se arrastra un séquito de personalidades informadas, enteradas, iniciadas y destacadas, que tienen que confirmarlo, que darle la razón, relevantes parásitos de lo superfluo? ¿La prensa es un mensajero? No: el acontecimiento. ¿Un discurso? No, la vida. La prensa no sólo se arroga la pretensión de que sus noticias sobre los acontecimientos son los verdaderos acontecimientos, sino que concreta esa siniestra identidad, gracias a la cual se tiene la sensación de que se informa sobre los hechos antes de que éstos se lleven a cabo, y a menudo hace concreta la posibilidad –o en todo caso, las circunstancias– de que los corresponsales de guerra no puedan ser espectadores, por supuesto, pero los combatientes se vuelvan corresponsales.
En esta gran época. Karl Kraus
@aldan
