Políticas públicas con perspectiva de familia - LJA Aguascalientes
28/01/2025

En estos días, la ONU organiza los debates para el análisis de los objetivos del milenio 2015, objetivos que se trazaron hace catorce años y que la intención fue que los estados miembros cumplieran una serie de acciones de desarrollo social y humano que podemos considerar como “mínimas necesarias” para reducir la brecha de desigualdad en el mundo.

Pues en esas mesas y como es la costumbre de esta organización, más la presión de las organizaciones que la integran, hay una intención clara de desaparecer o de “esconder” el término familia. La familia cuya importancia histórica y actual, en la transmisión de la principal característica humana que es la socialización -cuyo aprendizaje se da en primera y fundamental instancia en el seno familiar- desaparecerá de los preceptos de esa organización.

En la declaración de derechos humanos de la ONU se puede leer lo siguiente: “1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto a matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. 2. Sólo mediante el libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse matrimonio. 3. La familia es el elemento fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.”

Si estos debates de la ONU en cuanto a la familia logran esconder el concepto familiar, corremos el riesgo de perder una institución fundamental para el desarrollo humano como lo es la familia.

A lo largo de los años, las políticas públicas de los gobiernos han procurado proveerle según su experiencia, sus compromisos políticos, su presupuesto y su propia visión ideológica, elementos de protección a la familia en general. Sin embargo, en uno de esos intentos, lo que se ha hecho es desagregarla para poder tratar a cada miembro con programas específicos. Esto a primera vista podría parecer lo idóneo -y más en un país como el nuestro donde siempre ha sido así. Sin embargo, la familia no es un elemento desagregable sino un sujeto integral. Es decir, la familia es un sujeto de derechos, está como un ente indivisible. Pensemos, por ejemplo, en una propuesta para erradicar las adicciones en los adolescentes. De entrada, estamos asumiendo que los padres de familia no tienen ni culpa ni responsabilidad, y los proyectos se dirigen exclusivamente a la población objetivo. Esta estrategia queda incompleta, porque no se atiende a la familia, sino a una de las partes, siendo que al haber adicciones, algo hay al interior de la familia -no solamente del adolescente- que no está funcionando bien.

Desde la perspectiva de familia, es la familia la que otorga conceptos, valores e ideas al gobierno para que proponga los programas adecuados para fortalecerla y vincularla con la parte de la realidad que le toca vivir, primero porque la familia no es un producto cultural, en efecto tiene una serie de atribuciones culturales que acumula y transmite, pero el ente familia es una forma de identidad humana primaria: usted antes que ser mexicano, americanista, licenciado, etcétera, es hijo, hermano, padre y así. Por lo tanto, al estar la familia en la base de esta pirámide, es a partir de ella y no para ella, que las políticas sociales deben construirse, así, con perspectiva de familia, es decir, con la intención de integrar a los humanos para darles herramientas para su vida. La educación de los niños, la calidad humana en el aprendizaje de la socialización, la solidaridad intergeneracional, el papel económico y asistencial que realiza la familia, son sólo algunos de los papeles protagónicos que le pertenecen y todos están ligados con derechos sociales, sí, pero difícilmente el estado o la autoridad podrían suplir a la familia para hacerlo ellos (no me imagino al estado enseñando a hablar a los niños o enseñándoles a ir al baño), porque la familia cumple una función protectora que no se puede suplir.

Construir políticas con perspectiva de familia, implica también separarla de la ideología. Han estado insistiendo en construir -deconstruir- la familia con base en las ideologías emergentes, políticas o religiosas, y en términos reales, nos estamos equivocando: la familia es un ente neutral, transparente en el que los humanos sin ideología o religión o a pesar de ella, aprenden una serie de conceptos y aptitudes para toda su vida. Desgraciadamente toda esta ideologización, hoy nos tiene metidos en un debate infructuoso que sólo confunde a quienes viven en una familia y pretenden algún día tener una. La familia es un centro de aprendizaje que debe cuidarse a pesar de las ideologías.

Habiendo dicho lo anterior, lo que seguiría en este proceso de construcción de políticas con perspectiva de familia, es el saber qué espera la familia de la sociedad y ahí es necesario hablar y escribir claro: políticas que la protejan, que la cuiden como baluarte social necesario para el desarrollo de la humanidad.

Por otro lado, debemos hablar de la concreción de la familia. Puede hablarse si usted gusta como un concepto -como dicen los que saben, para su estudio- pero la identidad de la familia es específica “esta familia o aquella familia”, porque cada una tiene una identidad propia y concreta. Así como en la escuela hay -había- materias sobre civismo y ética, debería también haber materias de familia, de orientación familiar que permitan entender al ser humano a través de estudiar su pasado, su presente y prospectar su futuro, en el contexto de lo familiar, de la familia, así nos ahorraríamos muchos problemas y mucho dinero del presupuesto.


[email protected]


Show Full Content
Previous Selección Brasileña de Diseño / H+D
Next ¿Es un fracaso la educación por competencias? / Discere
Close

NEXT STORY

Close

Bendita Copa Libertadores: Recordamos la polémica actuación arbitral del Santos Laguna vs River Plate

14/11/2024
Close