Noche española en el cierre de temporada / Orquesta Sinfónica de Aguascalientes - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Dos factores comunes encontramos en el séptimo concierto de la segunda temporada de 2014 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. El primero y más evidente, es que todo el programa está integrado por obras españolas, y el segundo es que en todos los casos se trata de obras que tuvieron que ser orquestadas posteriormente y que en su gestación fueron concebidas para piano y, en algunos casos, concretamente en las canciones de Manuel de Falla son para guitarra y voz media, muy al estilo de las 13 canciones de García Lorca.

El concierto inició con las “Cinco Canciones Negras” de Xavier Montsalvatge, después escuchamos el ciclo de las “Siete Canciones Populares Españolas” de Manuel de Falla. Todas estas canciones, tango las de Montsalvatge como las de Manuel de Falla fueron interpretadas por la soprano argentina Gisela Zivic.

En la segunda parte del concierto escuchamos la orquestación de cinco de las 12 Impresiones para Piano Solo de Isaac Albéniz que realizó Enrique Fernández Arbós. Total y absoluto nacionalismo español. El concierto fue dirigido por el maestro Eduardo Álvarez, huésped para el concierto que cierra la segunda temporada del año 2014 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.

Durante la rueda de prensa realizada previa al concierto, la maestra Gisela Zivic mencionó que ella es una cantante que se identifica más dentro del repertorio operístico, y en honor a la verdad, eso lo entendimos casi de desde el primer compás. La maestra Zivic es una gran cantante, de eso no existe la menor duda, hizo una ejecución exquisita de los dos ciclos de canciones que le fueron encomendadas, resolvió solventemente el compromiso y no hay nada que objetar en cuanto a su dominio técnico, pero esto es más cosa de carácter, definitivamente no es su repertorio, la evidente negritud, el espíritu criollo de las canciones de Montsalvatge están muy alejadas de la naturaleza de la voz de Zivic. Ella es una cantante lírica cuyas facultades e indiscutible talento se aprecian mucho más en ese repertorio. Me la imagino sublime interpretando a Violeta Valery en Traviata de Verdi o sin duda haría una Mimí virtuosa, o quizás mejor a Musetta en la Bohemia de Puccini, sin duda debe ser increíble en esos papeles.

De hecho, la versión original, tanto de las canciones de Montsalvatge como de las de Falla es para mezzosoprano y acompañamiento de guitarra o piano, según sea el caso. Tengo una versión exquisita con la mezzo Teresa Berganza y el acompañamiento en la guitarra de Narciso Yepes en las canciones de Manuel de Falla y con el pianista Féliz Lavilla en el caso del ciclo de Montsalvatge.

Como sabemos Issac Albéniz compuso sus Cuatro Cuadernos de la Suite Iberia para piano sólo con el nombre de “Impresiones para Piano Iberia”. Inobjetablemente esta obra es una de las cimas más elevadas de la literatura pianística, y de la misma forma que sucedió con “Cuadros de una Exposición” de Mussorgsky , cuya versión original también es para piano solo, fue llevada a la gran orquesta. Ravel hizo lo propio con la obra de Mussorgsky, aunque sabemos que hay por lo menos una veintena de diferentes orquestaciones, y Fernández Arbós con Iberia de Albéniz, aunque sabemos que a Albéniz le habría encantado hacer ese trabajo, sabes que el francés ha sido uno de los más grandes orquestadores en la historia de la música.

El maestro Eduardo Álvarez, director huésped en este concierto y actual titular de la Filarmónica de Acapulco, hizo un trabajo extraordinario, creo que se entendió muy bien con la Sinfónica y logró un sonido espectacular. La orquestación de Fernández Arbós está llena de matices y tiene un colorido impresionante, situación que fue muy bien aprovechada por el director invitado. El maestro Álvarez no hizo sólo una buena lectura de la obra de Albéniz, sino que realmente interpretó, sacó sonidos poderosos y sacó mucho jugo de nuestra Sinfónica.

Los metales brillaron intensamente, por cierto que esta sección tendrá mucho trabajo durante la décima edición del Festival de Música de Cámara que está por iniciar, como cada mes de julio aquí en Aguascalientes. Es una buena época esta temporada estival cuando se realzan algunos de los festivales que le dan música a nuestros veranos. Te recuerdo, amigo lector, que después del Festival de Música de Cámara, que por cierto, se ha consolidado ya como uno de los más importantes y solventes de México, después del irremplazable Festival de San Miguel de Allende, Guanajuato, vendrá el Festival del canto Operístico y ya para terminar la temporada de verano tendremos el festival de Jazz, un verdadero manjar auditivo el que nos espera en las próximas semanas, y no creo equivocarme si afirmo que es un buen pretexto para animar un poco el turismo cultural. En Aguascalientes no tenemos impresionantes montañas nevadas ni espectaculares playas que pudieran generar turismo, pero sí podemos alentarlo en ciudades vecinas con este tipo de eventos que nos ubican en el mapa de nuestro país como una gran capital cultural.

Así termina la segunda temporada del año de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes de una forma muy digna y con una muy decorosa entrada en el Teatro Aguascalientes, la casa de nuestra Orquesta Sinfónica. Por fortuna, la tendencia fue para mejorar, después de un incierto inicio en donde nos quedamos con ganas de escuchar una mejor versión de la Sinfonía del Mar de Ralph Vaughan Williams.


Seguiremos al pendiente de las actividades musicales de este verano para compartirlas contigo, amigo melómano. Estamos en contacto.

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