- El Consejo Nacional tendrá toda la responsabilidad en el equilibrio de espacios políticos
- El riesgo de la disidencia ha sido eterno en el partido, señala Gilberto Carlos Ornelas
Ya en los albores de su elección interna, después de la cual habrá nuevas dirigencias en todos los niveles, en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) comienzan a imaginar distintos panoramas.
Desde el nacimiento de la organización, en 1989, reconoció el exdiputado Gilberto Carlos Ornelas, ha sobrevivido un reto elemental: “Hasta esta fecha, un esfuerzo principal es lograr que la competencia interna sea lo más civilizada y lo más transparente para que deje satisfechos a todos los participantes; ha sido muy difícil lograrlo, por supuesto que en esta ocasión también tiene sus dificultades, por eso se está solicitando que el INE organice la elección interna”.
Durante entrevista añadió que el partido siempre se ha distinguido por la diversidad de corrientes, y que la próxima dirigencia tendrá la obligación de reaccionar ante esta realidad.
“Eternamente ha habido riesgo de separaciones y disidencias, lo que tiene que garantizar un partido, como el PRD, que es plural, es la capacidad de incluir a los participantes de una manera digna. El principal peligro de toda dirección política, pero más de la del PRD, es cuando se establecen criterios excluyentes, ahí no hay ni por dónde”.
En un escenario así, añadió Carlos, “no solamente dirigentes se irían, sino inclusive base social, electorado, grupos. Hay que recordar que el PRD, como partido de las izquierdas de México, depende mucho de ese gran electorado de opinión”.
–¿Morena sería el mayor beneficiado de una escisión en el PRD?
–Morena está haciendo su esfuerzo para ganar base social. Los diferentes grupos de la izquierda en México básicamente compiten por ganar la simpatía de ese electorado. El PRD tiene la obligación de ganar el gran electorado de la izquierda.
Manifestó que en Aguascalientes hay un universo de 100 mil electores identificados con la política de izquierda.
La militancia perredista votará el próximo 24 de agosto por los integrantes de su Consejo Nacional. Serán estos últimos quienes determinen el nombre del presidente nacional así como del secretario general del partido. Esta será la primera elección donde la cúpula no quedará designada por un voto directo y secreto.
“Lo que va a determinar la composición ahora va a ser la correlación de fuerzas del Consejo Nacional. Tiene que haber una composición que refleje la pluralidad del PRD, es posible que la presidencia la gane una expresión y la secretaría general otra… en política a veces lo que importa no son los buenos deseos, sino la combinación de las fuerzas”.
Gilberto Carlos señaló que se antoja difícil una candidatura de unidad en torno a Cuauhtémoc Cárdenas, toda vez que Carlos Navarrete ya ratificó su intención de competir. Si el proyecto a favor de Cárdenas no se solidifica, Marcelo Ebrard se añadiría a la lista de candidatos.
–Generalmente se busca la candidatura de unidad. A como están las cosas, ¿al PRD le viene bien la competencia?
–Siempre es deseable el consenso total, pero cuando se trata de esclarecer una correlación el único mecanismo es una competencia reglamentada, civilizada, bien dirigida, para lograr una amplia pluralidad.
Ante la primera vez en manos del Consejo Nacional, dijo el perredista, “va a requerirse mucha capacidad política, talento para conjurar los riesgos que nos han advertido: riesgos de que haya disidencia, conflictos, desbandada… Si llegara a establecerse una dirigencia cerrada, intransigente, autoritaria, es obvio que el riesgo se incrementa”.
Pie de foto: “El principal peligro de toda dirección política, pero más de la del PRD, es cuando se establecen criterios excluyentes, ahí no hay ni por dónde”