Como ya les he comentado, Tom Cruise -o mejor dicho, sus películas- son uno de mis “gustos culposos” así que, a pesar que últimamente nos da una de cal por cada una de arena y sumando que Oblivion me gustó mucho, no me resistí a ver Al filo del mañana, y, les puedo contar que, aunque no es la mejor cinta de la temporada, me parece que cumple con las expectativas de hacernos pasar un buen rato.
Para mí, el principal “pero” del largometraje es que no aporta nada nuevo al género de acción/ciencia ficción, todo, absolutamente todo, lo que vemos en pantalla, desde la trama hasta los efectos visuales, pasando por la actuación, ambientación, vestuario y hasta los chistes, lo hemos visto antes en otros filmes, así que, aunque resulta entretenido y un excelente pretexto para pedir la caja grande de palomitas, al final, termina siendo absolutamente olvidable.
Es difícil ver Al filo del mañana y no hacer la inmediata conexión con la cinta de inicios de los 90 Groundhog day –con el horrible e inexplicable título en español Hechizo del tiempo- la cual, aunque está categorizada como comedia, contiene la misma premisa que el filme de Tom Cruise, el personaje principal se encuentra atrapado en un bucle del tiempo. Y a pesar de que quienes estuvieron involucrados en la producción del largometraje que hoy nos ocupa niegan haberse inspirado en el filme de la marmota, a mí me parece que el hecho de que los personajes femeninos de ambas producciones compartan nombre es más un homenaje que una casualidad.
La película comienza con una rápida sucesión de cortos de noticieros de televisión en los que nos narran lo que ha estado ocurriendo en los últimos años, tras la caída de un asteroide en la región que ocupa Alemania. Este meteorito traía consigo una raza de agresivos alienígenas que semejan monstruos con tentáculos -alguna mezcla entre la criatura de Alien y un transformer- a los cuales se les ha bautizado como Mimics, y que se han apoderado de la mayor parte de Europa y continúan en su camino para acabar con todos los humanos.
La resistencia humana ha concentrado a personas de todos los países, soldados y voluntarios, quienes se alistan para implementar un ataque masivo contra los invasores y cuyo resultado traerá consigo el triunfo o la derrota, pero, en cualquier caso, el fin de la guerra.
El Mayor William Cage es un experto en mercadotecnia cuya labor es convencer a toda la población para que se enliste en el ejército anti-alien para esta última y crucial batalla, en la cual se pretende utilizar el arma secreta de la humanidad, un traje mecánico que le proporciona, armas, velocidad y fortaleza a quien lo porta.
Cage está muy conforme con alentar a la gente para que participe en la batalla, pero ya no lo emociona tanto cuando se entera que los planes de los jefes militares lo incluyen a él en la primera línea de fuego. En ese momento nos damos cuenta que Cage se ve muy bien de uniforme pero es un verdadero cobarde, al cual no le importa pedir, suplicar y hasta chantajear antes que poner en riesgo su vida.
A pesar de todas sus maniobras disuasivas, Cage se ve pronto como un soldado raso más y a punto de entrar en combate. Ya en el campo de batalla nuestro ¿héroe? intenta defenderse contra las terribles bestias y logra sobrevivir un par de escaramuzas, para finalmente, en un acto desesperado, terminar por hacer explotar a un enorme Mimic, pero provocando también su propia muerte.
Aquí viene la parte emocionante del asunto, pues en cualquier otra película estaríamos a un paso de la palabra FIN cuando fallece el protagonista, en esta cinta no ocurre así, y puesto que en los posters del filme podemos leer en grandes letras el slogan vive, muere, repite, no considero que es spoiler el contarles que justo cuando Cage se hace explotar, despierta nuevamente en el campo de entrenamiento, en el mismo momento en el que empezó su odisea.
Y así comienza una repetición de lo ya vivido, culminando siempre con su muerte. De pronto somos testigos de diferentes formas -algunas bastante graciosas- en las que Cage intenta cambiar su día, desde intentar convencer a su superior de lo que está pasando, hasta querer salvar a sus compañeros de escuadrón.
Una y otra vez nuestro protagonista trata de sobrevivir y una y otra vez falla, hasta que encuentra a una aliada, que le cree, lo entiende, le explica y lo insta a actuar para terminar con la guerra y salvar a la humanidad.
Intentando describir la sensación que me dio -en general- esta película, decía yo que era como estar dentro de un juego de video, en donde el personaje principal vuelve a aparecer al inicio de la misión cada vez que se muere, no obstante, mi marido, que es un gran fanático del XBOX, lo planteó mucho mejor, pues dice que es como jugar el video juego, pues se trata de cambiar la estrategia (al estilo de ensayo y error) cada vez que se reinicia la misión, siempre teniendo en mente alcanzar el mismo objetivo.
El caso es que, si están en ánimo de ver una película netamente palomera, súper entretenida y, en momentos, hasta divertida, Al filo del mañana es la opción a elegir, yo me la pasé muy bien y disfruté mucho las dos horas de proyección, aunque, para mañana tal vez ya la haya olvidado.
Productor: Erwin Stoff, Tom Lassally, Jeffrey Silver, Gregory Jacobs y Jason Hoffs; Director: Doug Liman; Guión: Christopher McQuarrie y Jez and John-Henry Butterworth, basados en la novela “Todo lo que necesitas es matar” de Hiroshi Sakurazaka; fotografía: Dion Beebe; Edición: James Herbert; Música: Cristopher Beck; Elenco: Tom Cruise, Emily Blunt, Bill Paxton, Brendan Gleeson, Jonas Armstrong, Tony Way, Kick Gurry, Franz Drameh, Dragomir Mrsic y Charlotte Riley.