Un cuarto propio / La brutalidad en Aguascalientes - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Como la avestruz todos esconden la cabeza, todos se indignan y señalan la brutalidad policiaca mostrada en un video que circula fuertemente por las redes sociales en Aguascalientes y también a nivel nacional, en los principales portales de noticias. Pero nadie levanta la cabeza firmemente y señala a los responsables que encubren y avalan estas prácticas policiacas, por un lado el general Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, y desde luego al gobernador Carlos Lozano de la Torre.

Buena encrucijada tiene al frente Jesús Eduardo Martín Jáuregui de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Pues uno de las acciones importantes en este caso de abuso de autoridad será justo lo que emita dicha comisión y que a ojos de toda la ciudadanía queda claro que la sanción no puede ser mínima y que la recomendación que tanto se ha negado dar en estos cinco meses que lleva en el cargo tiene que ser abarcando un sentido integral en la formación y capacitación verdadera del cuerpo policiaco y desde luego en la sanción.

Por otro lado, otra instancia involucrada debiera ser el Instituto Aguascalentense de las Mujeres que al menos tendría que pronunciarse al respecto de la agresión cometida contra una mujer por la fuerza bruta de la policía estatal, es decir, los mismos de casa, y ni hablar también dentro de casa hay que poner límites y no establecer complicidades con la violencia hacía ninguna persona. Insisto, lo grabado en ese video muestra un enorme foco rojo sobre el verdadero estado y el actuar de quienes supuestamente nos brindan la seguridad pública, lo que miramos en el video nos enseña la forma en que piensan y actúan los policías respecto a las mujeres y no tengo duda que sea la misma manera que usan contra jóvenes. Resulta urgente que el IAM establezca una estrategia de capacitación y evaluación de la policía en materia de género y desnaturalización de la violencia. Urge un mecanismo que evalúe a la policía estatal, desde luego una evaluación externa y no gubernamental.

Tampoco puede quedarse atrás la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso Local y no basta con el silencio de la diputada titular de la Comisión de Equidad de Género, con el presidente de la Comisión de Seguridad Pública y de Servidores Públicos, no es suficiente que estén “observando y al pendiente del tema” como andan declarando, porque “el tema” es la violencia contra las mujeres y no es ningún asunto menor. Además que la razón de ser de tanto puesto político infructuoso que ostentan todas estas personalidades se basa en los derechos humanos, la equidad de género, la seguridad pública y un montón de presupuesto se les destina para que hagan trabajo con esos cargos.

Finalmente todo apunta arriba, al responsable de lo que ocurre en el gobierno del estado, el gobernador Carlos Lozano de la Torre, quien debe exigir respuesta y eficacia a todas las anteriores instancias citadas pues en muy buena medida, incluyendo al ombudsman, es el gobernador quien los puso en esos puestos.

Resulta indignante, por decir lo menos, ver cómo personajes de peso político como Luis Armando Reynoso Femat, que robó tanto dinero, no es tocado ni con el pétalo de una rosa, cómo ridículamente está libre, la exhibición irrisoria que hizo del gobernador y del procurador quienes no pudieron hacer nada para mantenerlo detenido y encarcelado, resulta pues un insulto que estos ladrones sean intocables y que para la detención de una mujer que no es una personalidad política, sino una ciudadana común se emplee la fuerza bruta, la violencia y que ningún policía de los presentes haya detenido esos actos, ese abuso.

Queda claro que la justicia es para unos muy benevolente, permisible, y para otras, para las mujeres, es dura, contundente, violenta. Imagínese usted si esos policías actuaron así frente a una cámara, en un espacio público, con testigos y arropados en su propio grupo ¿Qué no harán, a solas, en el interior de su casa, contra su pareja, hijas e hijos y con un arma? ¿Cómo estos policías dirimen los conflictos dentro de su familia, entre las y los vecinos?

De nada sirve que ahora salga Hidalgo Eddy a decir: no se toleran ni tolerarán brotes de indisciplina, ni se va tolerar la prepotencia, corrupción o el actuar en perjuicio de cualquier ciudadano. Absurda declaración, en una política de cero tolerancia no ocurren estos actos porque previamente se ha hecho un trabajo que asegura que estos abusos no se van a dar, resulta obvio que es una práctica común, que no es un solo policía quien ejerce violencia contra la detenida, que ningún otro elemento intenta al menos detener el abuso, es bastante claro que el grupo policiaco intimida a la detenida y a quienes están alrededor de los hechos.

Y el pobre general remata diciendo: ya podrían tenerse identificados a los presuntos responsables del altercado. ¿Y luego, por qué no los han presentado? Para su mala suerte este caso se destapó porque hubo una cámara grabando, pero sin lugar a duda esta es la forma en que comúnmente se realizan las detenciones, la violencia y brutalidad de la policía queda de manifiesto, pero también la violencia y la brutalidad de tantas y tantos personajes involucrados que guardan silencio o como la avestruz, meten la cabeza al hoyo para no ser vistos y seguir nadando de pechito al siguiente cargo político.


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